El Sagrado Corazón intervino

Daban casi por muerta a una pequeña en Argentina. Ella agradece a la Virgen del Rosario su mediación

02 de octubre de 2015

Luego de que le cayera una rama sobre la cabeza en la plaza de Almagro en 2009, la niña de 12 años visitó la Virgen del Rosario de San Nicolás para agradecer su inesperada recuperación. Alguien la esperaba allí…

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Entre los miles de peregrinos que llegaron desde distintas provincias y países limítrofes para participar este 25 de septiembre de la celebración religiosa en la ciudad bonaerense de San Nicolás, estaba la pequeña Zahira Morales.

Tenía 6 años, cuando en 2009, una rama cayó sobre su cabeza mientras jugaba en la plaza Almagro de la ciudad de Buenos Aires.

Trasladada al Hospital Gutiérrez, estuvo en coma farmacológico y fue intervenida en numerosas oportunidades. Su madre, Bárbara, por aquellos días le rezó infinidad de veces a la Virgen del Rosario de San Nicolás, ante una imagen de esta advocación ubicada en el interior del centro de salud.

Hasta quien fuera entonces Arzobispo de la ciudad capital, monseñor Jorge Mario Bergoglio, visitó a la niña mientras se encontraba en estado crítico. Pero la historia no termina ahí, con el tiempo la pequeña pudo superar el episodio, manifestando en múltiples oportunidades a sus familiares cercanos, que un “señor” había ido a visitarla mientras se encontraba en coma, para acompañarla a un lugar que describió como “las puertas del cielo”.

En su primera visita al santuario de la Virgen del Rosario de San Nicolás, poco después de su recuperación, Zahira reconoció de inmediato la imagen de aquella persona que tantas veces la había acompañado cuando todos pensaban que estaba sola.

En un rincón escondido, tapado de la vista del público, la mirada bondadosa del Sagrado Corazón de Jesús parecía esperar que Zahira la descubriera. Llanto, rezos y asombro. No había dudas para la pequeña Zahira, él era aquel que la había llevado al cielo y decidió que no era su momento.

Zahira este 25 de septiembre esperó con calma su turno para poder llegar hasta la imagen de la Virgen del Rosario y dejar como ofrenda el casco especial que utilizó durante más de 5 años. La cofia que protegió su cabeza y que, debido a su extraordinaria recuperación, no necesitará más, porque donde antes no había nada ahora se formó nuevamente un hueso. La familia, entrevistados por el diario bonaerense Crónica, han señalado que los médicos califican como no explicable por la ciencia la excelente recuperación de la niña.
 


La historia de la Virgen María del Rosario de San Nicolás

 

 

En septiembre de 1983, la población nicoleña (San Nicolás de los Arroyos) se conmocionó con la noticia de que en diversas casas de familias se estarían iluminando los rosarios. Mientras esto se repetía, cada vez con más frecuencia, congregando al rezo del Santo Rosario a multitud de vecinos, a Gladys de Motta una mujer sencilla -esposa de Ricardo Motta y madre de dos hijas-, comienza a aparecérsele la Santísima Virgen... según dará testimonio ella misma.

El 24 de septiembre de 1983 Gladys Motta dice que vio cuando el rosario que tenía colgado en su habitación se iluminaba. Algunas personas vecinas también corroboran el fenómeno y rezaron juntos el Rosario. Luego, ella lo rezó sola. Un día después, el domingo 25 de septiembre, Gladys dice que rezaba nuevamente el Santo Rosario cuando de pronto vio a la Santísima Virgen María, con el Niño en brazos, ambos dentro de una extraordinaria luz. Esta aparición la sorprendió, pero no la asustó, ya que reconoció la figura que veía ante sus ojos y que la miraba con dulzura, puntualiza. Sin embargo, ante las dudas que la asaltaron más tarde, decidió guardar silencio y no decir nada a nadie.

La aparición -manifiesta la vidente-, se identifica como la “Virgen del Rosario” y le comunica su complacencia en que, para distinguirla de los otros lugares donde se la venera con esa advocación, se le llame “María del Rosario de San Nicolás”. Dice la Santísima Virgen, señala la vidente: “Yo Soy la patrona de esta región. Haced valer mis derechos”.

La Santísima Virgen continuó apareciéndose en el mismo sitio, dice la vidente, quien confiesa que por aquellos días tenía miedo de que la consideraran una demente y siguió guardando silencio hasta que el día 12 de octubre decidió confiarle lo sucedido al párroco de la catedral, el padre Carlos Pérez.

El sacerdote la escuchó con atención y le aconsejó rezar, y la confortó diciéndole que si eran cosas de Dios, sería para bien de todos.

El 15 de noviembre 1983 la Virgen -dice la vidente- se apareció bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario.

Gladys describió perfectamente lo que vio, y su descripción asombró al Padre Pérez, ya que una imagen de Nuestra Señora del Rosario con características iguales a las descritas por la vidente, había ocupado un lugar destacado en la catedral de San Nicolás, la cual había sido inaugurada en 1884. La imagen había sido donada por una dama que la había traído de Roma, luego de ser bendecida por el Papa León XIII. Es de madera, un poco más alta que una mujer de estatura normal y data de hace unos 200 años. Luego de haber estado ubicada en diferentes sitios en la catedral, y a consecuencia del deterioro sufrido, fue depositada en el campanario a la espera de una futura reparación.

Cuando el Padre Pérez llevó a la vidente al campanario de la catedral para que viera la imagen que estaba allí guardada, ella la reconoció de inmediato, a pesar de que a la misma le faltaba una mano y no tenía el rosario. En ese mismo instante, la Virgen -dice Gladys- se le apareció delante de la imagen y le dijo:

Me tienen olvidada, pero he resurgido. Ponedme allí para que me vean tal cual soy. No os apenéis, ya me tendrán. Quiero estar en la ribera del Paraná. Ponte firme. Allí viste mi luz, que no flaqueen tus fuerzas. Gloria al Altísimo Padre”.

Por expreso deseo de la Santísima Virgen, señalado por la vidente, la imagen sería trasladada de la catedral al santuario que se construyó luego.

El Padre Carlos Pérez, Director Espiritual de Gladys, y Asesor Pastoral de todo lo referente al culto a la Virgen del Rosario, ha expresado lo siguiente:

“Quiero dejar expresa constancia de que me siento profundamente convencido de la autenticidad de este hecho, como consecuencia de todo lo que me tocó vivir como receptáculo de las vivencias de la Sra. de Motta… Las cosas del cielo, diríamos que la han sacado de un modo simplemente humano de verlas, para vivir el gusto de la presencia del Señor, en las manifestaciones de la Virgen… Los sufrimientos que esta misión le han significado a la señora de Motta sería muy difícil explicarlos en palabras. El principal es la incomprensión, por cuanto vive una experiencia inexpresable y las palabras no le alcanzan…”

Monseñor Domingo Salvador Castagna, Obispo de San Nicolás, se encargó de la diócesis en octubre de 1984, encontrándose frente a una serie de acontecimientos extraordinarios y a un creciente movimiento de devoción Mariana declaró:

“Creo firmemente que esto es un acontecimiento de la Virgen. No puedo decir más de lo que la Iglesia dice. La Iglesia pone entre paréntesis todo esto. No lo rechaza ni tampoco define que es verdad, sino, simplemente, dice: “Miren, puede ser verdad, por lo tanto, lo tomamos respetuosamente” y no hay ningún elemento que diga que no es verdad, al contrario, los elementos existentes son positivos. Entonces yo digo lo mismo. Evidentemente ésta es una manifestación promovida por Dios a través de la Virgen”.

 
 

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