Cumpliendo el mandato de Jesús

Desde Brooklyn, NY, Mons. Joseph Malagreca aclara qué son las "misas de sanación"

24 de junio de 2016

El Espíritu Santo, sus carismas y dones, se derraman con particular potencia, enseña Malagreca, allí donde Dios es adorado en la Sagrada Eucaristía… "tenemos que dejar de pensar que las cosas extraordinarias son raras, ¡las cosas extraordinarias suceden a menudo!"

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Monseñor Joseph Malagreca fue ordenado sacerdote al servicio de la Diócesis de Brooklyn en 1976. Además de su Bachillerato en inglés y filosofía, cuenta con un Doctorado en Derecho de la New York University y ha servido por años en la Renovación Carismática Católica de los Estados Unidos. Actualmente lidera la parroquia de la Santa Cruz en Brooklyn, NY donde regularmente incorpora signos litúrgicos y oraciones de sanación-liberación en Eucaristías que convocan a cientos de fieles. 

Cuestión semejante ocurre en todo el mundo católico, allí donde se realiza alguna “misa de sanación”. El Espíritu Santo, sus carismas y dones, se derraman con particular potencia, enseña Malagreca, allí donde Dios es adorado en la Sagrada Eucaristía…

Los pobres, los enfermos, los afligidos, los dañados por el demonio, los que profesan públicamente su fe en Jesús Hijo de Dios suelen estar presentes en las llamadas “misas de sanación”. En diálogo con el periódico hispano de su diócesis de Brooklyn Msgr. Malagreca conversa sobre estas particulares fiestas de la fe…

 

 
¿Cuál es la diferencia entre una misa de sanación y la misa regular?
Monseñor Joseph Malagreca: Todas las misas son sanadoras y no hay que ir a una misa de sanación para sanarse, pero en las misas de sanación sí hay momentos especiales para orar por la sanación... En el momento de la predicación, en la oración de los fieles, en el momento después de la comunión, se hace una oración de sanación, pero no es una misa diferente de otra misa.

¿Tienen un don especial los sacerdotes que celebran estas misas?
No es el sacerdote ni la persona quien sana, es Jesús quien sana a través de la Eucaristía.

¿Por qué a estas misas acuden masivamente los feligreses?
Acuden masivamente porque esperan sanarse, porque la sanación atrae, así como en tiempo de Jesús cuando obraba las sanaciones. En este punto hay que evangelizar para que asistan a la iglesia no solo en busca de la sanación. Hay la tendencia de sólo buscar la sanación y no querer convertirse.

¿La misa de sanación debe celebrarse en un lugar especial, como una basílica, por ejemplo?
No hay que ir a una basílica para curarse, pero hay veces que Dios se concentra en sitios, personas o a horas especiales para moverse.

¿Lo que sucede en una misa de sanación es un acontecimiento extraordinario?
Sucede a menudo, tenemos que dejar de pensar que las cosas extraordinarias son raras, ¡las cosas extraordinarias suceden a menudo!

¿Se necesita un conocimiento especial para celebrar una misa de sanación?
La sanación ocurre constantemente y viene también acompañada por lo que se llama un don de conocimiento. Muchas personas que ejercen el ministerio de sanación ejercen también este don que el Señor le revela en el momento cuáles son las sanaciones que Él está haciendo en ese momento. Entonces en las misas o servicios de sanación a menudo hay palabras de conocimiento.

¿En una misa de sanación sólo se alivian las molestias físicas?
La sanación es una palabra muy amplia que contempla la sanación física, espiritual, sicológica, emocional, familiar, de adicciones y también la sanación de generaciones, la cual se hace cuando hay ciertos problemas que se pasan de generación en generación. Es Jesús quien pone las cosas bien, el que hacía todo eso en su tiempo y el que todavía lo hace.

Quienes celebran las misas de sanación, ¿tienen un don especial?
Es cierto que ciertas personas son dotadas de un don de sanación y no necesariamente son sacerdotes, todos los sacerdotes podemos celebrar misa y podemos estar abiertos a dones, creer en el don, ejercer el don.

¿Todos aquellos que van a una misa de sanación resultan curados?
No necesariamente todo el mundo va a sanar porque eso es parte del plan de Dios. Parte de la experiencia de la sanación es que uno tiene que entrar no creyendo que uno va a cambiar a Jesús, porque se puede llegar a pensar que Él tiene la sanación y no la quiere soltar, que es el sacerdote, la palabra correcta o la reliquia correcta… y entonces ahora voy a sacarle la sanación que Él me debe, esa es una actitud muy mala. Es preferible la actitud de decir “estoy aquí en tu presencia Jesús, yo creo mucho en ti, haz en mi lo que tú quieras, si me quieres sanar aquí estoy abierto”. Pero no es mi culpa que no me sane y tampoco la culpa de Jesús.

¿Recuerda un caso de alguien que se haya sanado en una ceremonia celebrada por usted?
En una hora santa recibí una palabra de conocimiento, que aquí había una señora que estaba embarazada y los doctores le habían dicho que el niño iba a nacer con una deformidad porque le faltaba una arteria que debía llegar al feto y el mensaje fue: “no tengas miedo que el niño va a nacer bien”. Había una señora allí que recibió un don de sanación, ella oyó la palabra y de inmediato la creyó. Luego de haber pasado cinco meses de miedo y angustia finalmente se puso en paz y al dar a luz era cierto, al niño le faltaba una arteria ¡pero nació perfectamente bien!

 
   Al finalizar Monseñor Malagreca quien es un hombre de fe carismático y celebra horas santas de sanación desde hace unos 30 años, confidencia: “El don de sanación se manifestó y lo sentí así como cuando se dieron los otros dones, porque nosotros ejercemos don de lenguas, don de profecía o de prédica fuerte”.

 

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