Decenas dicen haber sido sanados y liberados, al ser bendecidos por el sacerdote canadiense Ghislain Roy

09 de junio de 2017

Uno de los momentos más esperados era la unción con aceite bendito para exorcizar demonios y una oración de bendición particular, que recibían al imponer padre Ghislain Roy sus manos sobre cada uno de ellos…

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Por siglos la Iglesia en sus fieles, santos, teólogos y Papas ha proclamado que la gracia de Dios también transita en carismas, confiados por el Espíritu Santo a determinadas mujeres y hombres como un bien para ser entregado -con la misma gratuidad- a todas las personas. Conocer a una de esas mujeres y hombres de Dios -recibiendo los beneficios que el Espíritu Santo regala a través de los carismas que les ha confiado-, es una experiencia que transforma, convierte, sana, libera a las personas…
 
Portaluz comparte aquí algunos impactantes testimonios de quienes asistieron a una de las últimas liturgias que en Chile celebró, hace algún tiempo, el sacerdote canadiense Ghislain Roy. Son estos fieles quienes dan fe de las gracias que el Espíritu Santo regala, en carismas confiados a mujeres y hombres de Dios, como padre Ghislain.
 
¿Cómo ocurre esta experiencia trascendente de la fe, donde los fieles ponen en el altar sus pecados, dolores, enfermedades y en particular aquellos padecimientos que atribuyen a Satanás y sus huestes del infierno; donde el tiempo no existe y solo se vibra la sintonía que el Espíritu Santo sopla en cada alma? No tenemos una fotografía en físico de esa dimensión espiritual, pero ninguno de los fieles que aquí testimonian ha olvidado “esa liturgia sacramental eucarística iniciada con cantos de alabanza a Dios, rezo del rosario, sacramento de la reconciliación, rezo de las letanías y finalizada luego en un momento donde el tiempo dejó de existir y sólo vibrábamos cantos, muchos cantos de adoración y alabanza agradecida al Santísimo Sacramento expuesto”... refieren desde la comunidad organizadora del encuentro.
 
Uno de los momentos más esperados era la unción con aceite bendito para exorcizar demonios y una oración de bendición particular, que recibían al imponer padre Ghislain Roy sus manos sobre cada uno de ellos…
 
Sanadas para una misión
 
Ocurrió que mientras escuchaba la homilía -nos cuenta la joven Camila Z.- comenzó a tener recuerdos de algunos sucesos de su vida que había olvidado. Y entonces, comprendió cuál era la causa de su tristeza permanente, angustia y ansiedad que padecía; de inmediato suplicó al Señor -expuesto ante ella en el Santísimo Sacramento-, ser sanada…  “Cuando el padre Ghislain oró por mí, sin saber lo que yo había pedido, me dijo: «La Virgen dice… Hija mía, ya mi Hijo ha empezado a sanar tu corazón de tanta tristeza, de tanto peso, que viene de un rechazo profundo, en este momento está llenándote de paz. Y agregó el padre: El Señor te tiene preparado un servicio como adoradora, por las almas jóvenes que tanto necesitan; pero primero sanará tu corazón». Hoy, doy gloria a Dios por esa exacta revelación a su hijo sacerdote, Ghislain, pues eso me trajo consuelo, alegría y anhelo de adoración a Jesús Sacramentado”.
 
Luego de Camila, avanzó hacia el sacerdote canadiense -para recibir unción y bendición-, una joven religiosa, la hermana Katherine, quien en todo instante sonreía, señalando quizás la dicha de esta experiencia.  Ella cree hay momentos que marcan un antes y un después en la vida. Este, destaca, es uno de ellos. “He experimentado el poder del Santísimo Sacramento siendo sanada de heridas de rechazo, de abandono; he sido liberada de espíritus de dependencia y de muerte”.
 
No es la primera vez que esta religiosa recibe tales gracias particulares. Quince días antes de la “muerte abrupta” de su padre, cuenta que vivió “uno de estos ungidos retiros y transcurrido el tiempo he visto a un Dios fiel que cumple sus promesas pues me mantuvo en pie y experimenté la fuerza de Dios”, puntualiza. Hoy dice estar agradecida de este encuentro con p. Ghislain, pues “he recibido gracias nuevas para esta comunidad universal, liberadora y sanadora,  querida por Cristo y María, con la intercesión de San Miguel Arcángel… Esto me hace más consciente de la historia de la salvación, del amor y predilección que el Señor me tiene. Así, el Señor ha puesto en mi corazón orar, ayunar y consolar en el Sagrario, por el padre Roy y por todos los sacerdotes que el Dueño de la Mies despertará”.
 
En el nombre de Jesucristo expulsando demonios
 
Ya en otro artículo de Portaluz titulado “Crónica de una inusual posesión demoníaca y liberación” (pulse para leer), una joven de 24 años daba testimonio de su feliz experiencia habida en un retiro tras ser bendecida por padre Ghislain Roy.

Semejante liberación de la acción maligna de Satanás es la que también testimonian haber vivido algunos, como la señora Julia. Ella cuenta sobre dolores de infancia que por años la marcaron. Su madre siendo soltera quedó embarazada de Julia y el abuelo impuso que ellos se harían cargo de criarla. Esa angustia y dolor de crecer sin sus progenitores se enquistó en Julia reavivando miedos cuando años después, tras casarse y ser madre, su esposo les abandonó. Por aquél tiempo, cuenta, comenzó a tener experiencias sensibles de la existencia y acción del demonio en su vida. “Conocí todo tipo de tentaciones, años de lucha. Envuelta en ese laberinto el demonio se hizo presente… sentía su olor nauseabundo, miedos y muchas cosas más. Gracias a personas de un grupo de oración llegué a este encuentro. Al bendecirme el padre (Ghislain) ocurrió la sanación. Lo sentí impactante. Salieron de mi cuerpo aquellos espíritus malignos, fui purificada y bendecida. ¡Gracias Jesús!”

No menor en impacto espiritual es la expulsión de los demonios causantes de “angustias y temores” que Luis padeció por años. Con palabras breves narra que ante el Santísimo y la bendición del sacerdote “he sentido la presencia del Espíritu Santo y la liberación… después de muchos años de matrimonio y dificultades pudimos compartir con mi esposa la renovación de nuestro matrimonio mirándonos a los ojos con el amor y ternura de Dios. Gracias Señor por tu perdón y sanación”, concluye.
 
Como ellos, decenas de otras personas nos han enviado por escrito lo que vivieron. Estela, quien no se había confesado en cuarenta años y resucitó tras confesarse y ser bendecida por el carismático padre Ghislain; Sonia Domínguez, sanada de sus dolores a la columna que padecía por más de una década; igual experiencia tuvo Patricia Díaz quien además testimonia haber sido sanada de sus dolencias por artritis.  Viviana que había “padecido las consecuencias de haberme acercado al ocultismo”; Ricardo Labarca quien también habla de una fe renovada tras ser sanado y así muchos otros que por motivos de extensión no mencionamos y a quienes agradecemos su generoso testimonio.

 

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