La riqueza de la Eucaristía

17 de agosto de 2021

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¿Qué es la Eucaristía? ¿Qué se supone que ocurre cuando nos reunimos para celebrar el ritual que Jesús nos regaló con la Última Cena con el fin de perpetuarlo hasta su regreso? ¿Se trata de una comida familiar o de una representación de la muerte sacrificial de Jesús? ¿Debe parecerse a la antigua misa en latín o tal como se celebra en la mayoría de las iglesias de hoy?
 
No hay respuestas sencillas a estas preguntas porque no hay una sola teología (con exclusión de todas las demás) de la Eucaristía, ni siquiera en el Nuevo Testamento. Más bien hay varias teologías de la Eucaristía, complementarias sin duda, pero cada una de ellas enfatiza diferentes aspectos de una realidad que es demasiado rica para capturarla en un solo concepto. ¿Qué es la Eucaristía?
 
En esencia, la Eucaristía es una realidad con estas dimensiones que se interpenetran.
 
  1. La Eucaristía es el abrazo físico que nos da Dios. Sin la Eucaristía, como bien dice André Dubus, Dios se convierte en un monólogo. La Eucaristía es donde Dios nos toca físicamente. Es el lugar donde Dios sigue tomando carne física.
  2. La Eucaristía es una comida que compartimos juntos. La Última Cena fue muchas cosas, pero también fue una comida, un momento de comunión humana, una celebración en la mesa. También la Eucaristía es muchas cosas, pero también es una mesa en la que se reúne una familia, donde se puede compartir la alegría y también donde se puede derramar el dolor.
  3. La Eucaristía intensifica nuestra unión con los demás en el Cuerpo de Cristo. Como discípulos de Jesús, también nosotros constituimos el Cuerpo de Cristo. En una Eucaristía, no sólo el pan y el vino están destinados a transformarse en el cuerpo y la sangre de Cristo, sino también nosotros, el pueblo. Por eso San Agustín, al dar la comunión, decía a veces: "Recibe lo que eres".
  4. La Eucaristía es un sacrificio. Es un hacer memoria (Zikkaron) del acontecimiento salvador de la muerte de Jesús. En definitiva, es la cena de la Pascua cristiana. La oración eucarística no se limita a pedir a Dios que convierta el pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo, sino que también le pide que haga que el acontecimiento salvador de la muerte de Jesús esté hoy disponible para nosotros.
  5. La Eucaristía es el nuevo maná. Así como Dios alimentó a su pueblo en el desierto con el maná cada día, así también ahora, diariamente, Dios alimenta a su pueblo con el pan del cielo. (Este aspecto es particularmente claro en el Evangelio de Juan).
  6. La Eucaristía es un acto de vigilia. Jesús nos dijo que celebráramos la Eucaristía para esperar su regreso. Celebramos la Eucaristía como una vigilia. Como dice Gerhard Lohfink "Las primeras comunidades apostólicas no pueden entenderse fuera de la matriz de la intensa expectación. Eran comunidades que esperaban el regreso inminente de Cristo. Se reunían en la Eucaristía, entre otras razones, para fomentar y sostener esta conciencia, es decir, que vivían en espera, esperando el regreso de Cristo". En la Eucaristía, nos reunimos unos con otros en vigilia para permanecer en espera del regreso de Jesús.
  7. La Eucaristía es un mutuo lavado de pies. El Evangelio de Juan no menciona el pan y el vino en la Última Cena; en cambio, donde los otros evangelistas y San Pablo destacan que Jesús convierte el pan y el vino en su cuerpo y su sangre, Juan sustituye el pan y el vino por una jofaina y una toalla. ¿Por qué? Entre otras razones, para enseñar que este tipo de acción humilde hacia los demás, lavarse los pies, es uno de los principales significados de la Eucaristía.
  8. La Eucaristía es una oración por el mundo, haciendo de la carne de Cristo un alimento para la vida del mundo. Es una oración para pedir la ayuda de Dios para el mundo entero. Al igual que un " Silencio Cuáquero ", lleva la impotencia del mundo a Dios y le pide que haga por él lo que no puede hacer por sí mismo: brindar paz y justicia.
  9. La Eucaristía es un sacramento de reconciliación y perdón. Vamos a la Eucaristía para que nuestros pecados sean perdonados, para estar como pecadores en la mesa con Jesús.
  10. Finalmente, la Eucaristía es el ritual religioso por excelencia a través del cual nos sostenemos en la fe, el discipulado y la comunidad. Nos reunimos para la Eucaristía con el fin de mantenernos vivos. Una celebración de la Eucaristía es análoga a un encuentro de Alcohólicos Anónimos. Nos reunimos porque sin esta reunión ritual regular, nuestra fe, discipulado y comunidad acabarían por desmoronarse. En palabras de Ronald Knox, la Eucaristía es nuestro único gran acto de fidelidad a Jesús. A decir verdad, nunca somos realmente fieles a los Evangelios; ni amamos a nuestros enemigos ni ponemos la otra mejilla, no obstante, si somos fieles a un acto fundamental, el de celebrar la Eucaristía, este único acto nos salvará.
 
 

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