Tras ser violada en su infancia quedó estéril y para ser madre, suplicó mediación a Santa María Goretti

09 de junio de 2017

Desde los 12 hasta los 17 años de edad Mercy Yulien padeció agresiones y violencia sexual de su padrastro. Las consecuencias no sólo fueron en el ámbito espiritual y psicológico.

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«¡Lo quiero conmigo en el paraíso!», dijo la niña Marietta momentos antes de morir a los 11 años de edad… expresando así su perdón al joven Alessandro Serenelli, su agresor; este, tras fracasar en sus intentos por seducir a la niña había intentado violarla y ante la firme resistencia de la pequeña le agredió con 14 puñaladas.
 
Alessandro vivió un largo proceso de conversión, arrepentimiento y expiación al abrigo espiritual de su víctima  -según él testimonia (lea en Portaluz)-, hasta fallecer el año 1970. Por su parte tras fallecer asesinada, la niña Marietta -luego del riguroso y debido proceso-, recibió de la Iglesia el reconocimiento de santidad en 1950. Conocida desde entonces como Santa María Goretti,  virgen y mártir, devota de la eucaristía, continúa siendo mediadora de intervenciones extraordinarias de Dios.

Uno de estos particulares sucesos fue difundido el año 2013 por los portales italianos VivereSenigallia y la Asociación Santa Maria Goretti de Nettuno. El protagonista es la misericordia de Dios, la mediadora Santa María Goretti y la benefactora una joven residente en Canadá: Mercy Yulien Ferreira.
 
Víctima de su padrastro
 
Desde los 12 hasta los 17 años de edad Mercy había padecido agresiones y violencia sexual de su padrastro. Las consecuencias no sólo fueron en el ámbito espiritual y psicológico, sino que años después cuando residía en Toronto (Canadá), su ginecólogo confirmó que los daños físicos padecidos a manos del padrastro la habían dejado estéril.
 
Navegando en Internet encontró una oración para las víctimas de violencia sexual y en ella estaba el nombre de Santa María Goretti. De inmediato buscó más información, sintiendo como nunca antes que alguien estaba con ella y entendía su calvario. Oró Mercy a la Santa, soñó con ella y en su corazón, confidencia, comenzó a nacer el sentimiento de perdón hacia su padrastro.
 
Un regalo inesperado
 
En aquél entonces y como parte de un programa evangelizador, la Asociación italiana Santa María Goretti organizó una peregrinación a Canadá desde el 20 de mayo al 5 de junio del año 2012. Llevarían en una urna de imagen visible, la reliquia de la niña Santa. Mercy, que solía navegar en Internet buscando contenidos sobre Marietta, no tardó en saber que visitarían su ciudad, Toronto.
 
El día 2 de junio la parroquia St. Clare recibía la providencial peregrinación y allí estuvo Mercy junto con Alexandre Ferreira, su futuro esposo, implorando mediación a Santa María Goretti. La petición era concreta… que Dios concediera a Mercy la gracia de ser madre. “Fue maravilloso cuando semanas después se confirmó que estaba embarazada”, cuenta la feliz madre.
 
Concebida por gracia


 
La niña Mercedes María Ferreira nació meses después, y en gratitud la Asociación que custodia la devoción a Santa María Goretti en su ciudad natal, Nettuno (Italia), acordó con Mercy y Alexandre bautizar a su hija en la parroquia del Santuario.
 
Así -cuenta  Roberto Porcari, presidente de la Asociación- la niña fue bautizada por Monseñor Marcello Semeraro, obispo de Albano, el 22 de julio del año 2013.

 

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