"Ser cristiano no está de moda, pero yo estoy orgulloso de serlo"

28 de julio de 2017

"La fe es un don que no todo el mundo tiene, por eso doy gracias por ella".

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El sevillano Eugenio Pradilla que a sus veinte años estudia Derecho, no teme hablar de su fe y sonríe, franco, cada vez que menciona a Dios.
 
Conversando con el Semanario de la Arquidiócesis de Sevilla cuenta que dos son los pilares de su fe: la familia, a la que debe una educación cristiana, y entre la que destaca el testimonio de su abuelo, que tras la pérdida de su esposa “no se siente solo gracias a la fe”; y sus amigos, un grupo de cuatro jóvenes que se apoyan entre ellos para abonar el vínculo con Dios: “Nos animamos a ir a misa cuando no nos apetece; hemos ido juntos a la JMJ 2017 y nos acompañamos”, apostilla Eugenio resaltando la vida de su amigo Jesús “que vive su enfermedad desde la trascendencia”.
 
Compartiendo el Evangelio
 
Recuerda que fue en segundo de Bachillerato cuando realmente optó por Jesucristo. “Te das cuenta de que te vas a confirmar y entiendes que hay algo más”.  Por entonces empezó a ser catequista de chicos de cuarto de la ESO, una experiencia que recomienda. “Me siento como uno más. Siendo joven es más fácil llegar a ellos, presentarles el mensaje del Evangelio de forma atractiva y entrar en sus mundos”, aconseja Eugenio.
 
Además este andaluz cuenta que cultiva su propia vida espiritual en los grupos Vida del Centro Arrupe: “Tenemos una reunión semanal que para mí supone un descanso en la agitación diaria y donde puedo hablar con otros jóvenes de temas que no hablo con nadie más”.
 
“Orgulloso de mi fe”
 
Eugenio pone el acento en la dificultad que supone hoy ser un joven católico, “al menos yo siento que te están cuestionando e interrogando constantemente, sobre tus creencias, la Iglesia, etcétera”, señala, y añade: “Ser cristiano no está de moda, pero yo estoy feliz y orgulloso de mi fe. Es un don que no todo el mundo tiene, por eso doy gracias por ella”.
 
Completar la prueba más exigente del triatlón, el Ironman; seguir los pasos de sus padres en Derecho, pudiendo ayudar a los más necesitados a través de su trabajo; viajar por todo el mundo o formar una familia para “enseñarle a mis hijos todo lo que mis padres me han enseñado a mí”, son algunas de las aspiraciones que este sevillano espera cumplir en el futuro, pero “siempre con Dios en el centro”, finaliza.

 

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