¿Cuál es la solución para disminuir los suicidios?

20 de enero de 2017

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Según la Organización Mundial de la Salud, los últimos 45 años las tasas de suicidio han aumentado un 60% a nivel mundial (OMS 2012).

La tasa ha ido creciendo en la medida que el hombre se ha ido alejando de Dios y de la práctica de la religión. Cuando la persona se aleja de Dios se acerca irremediablemente al demonio.

Un índice grande de suicidios es un signo de un alejamiento más profundo. Esto explica que dentro de los 10 países con mayor cantidad de suicidios por 100.000 habitantes hay 5 países (Lituania, Hungría, Kazajistán, Rusia y Letonia) que estuvieron durante mucho tiempo bajo el ateísmo de la comunista Unión Soviética y hay un sexto (República de Corea) que durante 65 años ha permanecido bajo una dictadura comunista y es calificado el país más ateo del mundo. Otros dos países son paganos (Japón y Shri Lanka). Llama la atención que dentro de esta lista están Surinam y su vecina Guyana (ambos de mayoría cristiana), este último país conocido por el ritual del asesinato-suicidio en masa en la que 909 personas murieron en 1978. ¿Se habrá hecho un exorcismo magno en dicho país para enviar al infierno a los demonios que instigaron el ritual mencionado?

Los espíritus de muerte, que son demonios, están detrás de los suicidios. Si queremos evitarlos hay que cerrar las puertas a los demonios y abrírselas a Dios.

Hay varios estudios y testimonios que confirman que las ideas de suicidio desparecen o los suicidios disminuyen cuando la persona se acerca a Dios:

•          "Ser creyente y tener una familia constituida disminuye la tasa de suicidios"
•          Asistir a misa es "un buen remedio" para prevenir la depresión y el suicidio.
•          Buscó el suicidio, pero en una eucaristía volvió a la vida.
•          La experiencia humana de Dios, ¿solución al suicidio? Científicos y testigos directos responden
•          Neoyorquino, sin fe y endeudado en Sevilla, pensaba suicidarse

Lamentablemente, las autoridades de salud de los países así como la OMS (Organización Mundial de la Salud), que son los responsables de proponer o aplicar políticas para reducir los suicidios, están dominadas por un espíritu laicista y no creen en Dios o no se les pasa por la mente que la solución a un problema pasa por Dios. Al no creer en Dios, menos creen en los demonios. Esto conlleva que solo organizaciones que creen en el demonio, por ejemplo la Iglesia Católica, pueden desarrollar políticas que funcionen para reducir significativamente los suicidios.

El demonólogo padre Fortea recomienda, para evangelizar una ciudad con muchos suicidios, hacer un plan como si se tratara de una verdadera guerra, una guerra que se lucha con armas espirituales. Ese plan tiene que incluir predicaciones regulares por parte de los mejores predicadores de la diócesis y de fuera de ella, lograr que haya lugares donde siempre haya sacerdotes en el confesionario para que la gente se pueda confesar a cualquier hora del día, adoración del Santísimo Sacramento, grupos semanales de lectura de la Biblia, grandes liturgias eucarísticas realizadas con la mayor solemnidad posible, etc.
En lugares donde se han fundado capillas de Adoración al Santísimo Sacramento los suicidios han disminuido o desaparecido del todo. El párroco de la iglesia de san Pedro y san Pablo de la ciudad italiana de Trieste estableció una capilla de adoración perpetua en su parroquia y los suicidios cayeron menos de la mitad en un solo año. (Fuente: Adoración Perpetua, padre Ángel Peña O.A.R., Lima-Perú, 2008). El sacerdote canadiense Ghislain Roy también enseña lo valioso que es realizar adoración eucarística para liberarse de ideas suicidas.

De todas las armas espirituales que tiene la Iglesia Católica, sugiero aplicar las siguientes para reducir los suicidios:
  • Fundar capillas de Adoración del Santísimo Sacramento.
  • Establecer programas de oración por personas con pensamientos suicidas o en riesgo de suicidio. Por ejemplo, pedir a los orantes de una capilla de Adoración que recen por estas personas para que tengan la protección de Dios y la Virgen.
  • Promover que las personas recen por amigos, parientes y conocidos que tengan ideas de suicidio.
  • Tener sacerdotes, en lugares conocidos, que confiesen a las personas con pensamientos suicidas y en seguida les hagan oraciones de liberación. Después deben evangelizarlos en este combate espiritual contra el demonio motivándolos a la oración constante (misa, adoración eucarística, el rosario) y la frecuencia de los sacramentos.
  • Tener teléfonos de emergencia donde llamen personas en riesgo de suicidio para recibir contención y oración y sean derivadas después a los sacerdotes que hacen oraciones de liberación. Estos teléfonos podrían funcionar al lado de capillas de adoración.

 

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