Según la Palabra revelada

"Dios nunca abandona a nadie". El eje y desafío del próximo Sínodo sobre la familia

17 de julio de 2015

"El Vaticano II, que terminó hace 50 años, nos ha enseñado a mirar al mundo con amor, para aceptar los desafíos", señalan Pina y Franco Miano, dos de los protagonistas locales del próximo Sínodo que amenaza incendiar corazones.

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Ellos estaban el pasado año 2014 entre los "expertos" del Sínodo extraordinario sobre la familia, la primera etapa de una reflexión sobre uno de los más importantes desafíos que busca refrescar la pastoral de la Iglesia. La segunda etapa, ordenada por el Papa Francisco, el Sínodo Ordinario, siempre dedicado a la familia, ocurrirá en octubre próximo. Deberá definir para varias realidades la… "Vocación y misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo".

Pina y Franco Miano, los referidos expertos, son esposos, padres y académicos universitarios. Franco, además, por ser ex presidente de la Acción Católica italiana, conoce bien las aguas en que se moverá el Sínodo. Por todo lo dicho y más, les ha entrevistado la revista Famiglia Cristiana. Diálogo que reproduce en español Portaluz.




La Secretaría para el Sínodo ha emitido hace algunos días el nuevo Instrumentum Laboris, fruto de una amplia consulta a través del mundo. ¿La familia se ha convertido en un tema de auténtico debate en la Iglesia?
Hay una mayor preocupación sobre todos los aspectos y dificultades de la vida familiar. Han aumentado por supuesto los análisis de los desafíos pastorales para la Iglesia. Y eso es bueno, junto con el esfuerzo de unir verdad y misericordia. Nos parece que, efectivamente, hemos tenido una gran participación de la base de la Iglesia. A la Secretaría General del Sínodo han llegado respuestas, observaciones, aportes muy importantes que se resumen en el Instrumentum Laboris.

¿El método utilizado es el mismo del año pasado?
Sí. Nos parece que las palabras clave son tres: saber escuchar, acoger y acompañar. Es un método que une forma y contenido. Teje y refresca elementos de análisis, ejercicios de discernimiento, da perspectivas de acción acorde a la realidad del Evangelio al observar la vida de nuestras familias.

¿Es el método del Concilio?
Exactamente. El Concilio (Vaticano II), que terminó hace cincuenta años, nos ha enseñado a mirar el mundo con amor, para aceptar los desafíos del mundo. La familia es uno de ellos. .

¿El Sínodo podría ser un pequeño Concilio sobre la familia?
El Sínodo tiene como base el mismo espíritu de colegialidad del Concilio. Lo ha dicho el Papa al cierre del Sínodo extraordinario (2014). El Sínodo es una manera de ir juntos y esto se aplica también para este tiempo intermedio. Hay esperanzas y expectativas, pero nadie desconoce las dificultades y preocupaciones. Se podría resumir todo con la frase: "misión en la dialéctica" con las realidades concretas… y esto no es para reducir la vocación de la familia, sino para encontrar una mejor manera de expresarla hoy en día.
 

¿Cuáles son los riesgos?
El simplificar la realidad, ofreciendo una tranquilizadora linealidad ante los  problemas. Creemos que el Instrumentum Laboris es capaz de evitarlo, ya que toma en cuenta la complejidad de las situaciones y la riqueza de la vida de las familias.
 
¿Y cuál es el papel de la Iglesia?
Ir tras la búsqueda de lo esencial y de caminos que le permitan estar abierta, disponible al encuentro con quienes se ven más lejos de la fe. Evitar cualquier juicio apresurado.

¿Aquí entra en juego la misericordia?
Sí, y el concepto es acompañar. El Instrumentum Laboris dice que todos deben tener una mirada de comprensión. Nos invita a reflexionar sobre el hecho de que las situaciones distantes de la vida de la iglesia no siempre son deseadas, algunas son inducidas y a veces con sufrimiento. La Iglesia, que acompaña a la familia, debe mirarla con los ojos de Cristo, teniendo la capacidad de capturar la diversidad de situaciones individuales, con paciencia. Pero existe la necesidad de encontrar líneas pastorales comunes para evitar la confusión y la arbitrariedad. Y esta es precisamente la tarea del Sínodo.

¿Cómo hacer frente a los temas más sensibles?
El Instrumentum Laboris no propone caminos, ni soluciones definitivas. Las cuestiones más delicadas quedaron abiertas por el Sínodo Extraordinario y se abordarán en el Sínodo Ordinario del mes de octubre. Se trata principalmente de tres cuestiones sobre las que, también en este tiempo intermedio, el debate no ha cesado: la simplificación de los procedimientos de nulidad; la integración en la comunidad cristiana de los divorciados y vueltos a casar civilmente y la posibilidad de su participación en la comunión; la pastoral hacia las personas con orientación homosexual. Sin embargo se recuerda un principio que no debe pasarse por alto y es que… la Iglesia debe usar un lenguaje que inspire esperanza y tiene el deber de mostrar el rostro de un Dios que nunca abandona a nadie.

 

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