Salvado por la Biblia

El disparo fue directo al corazón. La bala se detuvo en San Lucas 10,3

07 de agosto de 2015

San Lucas 10, 3: Mirad que os envío como corderos en medio de lobos

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Hasta el 25 de febrero de 2014, Rickey Wagoner, era un discreto conductor de autobús de Dayton, un municipio de Ohio. A partir del día 27, sin embargo, pasó a engrosar la lista de quienes han evitado la muerte tras rozarla de cerca gracias a una inesperada intervención divina, según él lo califica.

En su caso, ha sido el ejemplar de la Sagrada Biblia que llevaba en el bolsillo izquierdo de su camisa desde hacía apenas una semana.


Mientras acometía unas reparaciones en el autobús en el costado de una carretera local, Wagoner, según el informe policial, fue asaltado por tres adolescentes.

Antes de recibir dos balas en el pecho, el conductor, de complexión obesa, tuvo tiempo de oír decir a uno de ellos decir que “ya era hora de matar a un oso polar para poder formar parte del club”. Según los observadores, esta frase puede referirse al rito de iniciación de una banda de malhechores.

A punto estuvieron los delincuentes de lograr su propósito pero se produjo un milagro: pese a los dos balazos en el pecho y al apuñalamiento en el brazo, Wagoner permaneció en pie. 

Pudo pelear para arrebatar el puñal a uno de sus agresores. Consiguió rajar a otro con su bolígrafo de aluminio. Al final, todos acabaron huyendo.

Wagoner pudo recuperarse de esta amenaza explícita a su vida. Pero podían haberlo matado. Así lo señaló a los medios en su momento el comisario de Policía Michael Pauley, jefe de los agentes que encontraron las dos balas estampadas en el ejemplar de la Biblia.

Los proyectiles atravesaban precisamente el versículo que dice:  “Mirad que os envío como corderos en medio de lobos”. (Lc, 10-3) Una cita de Lucas que parece trágicamente adecuada para un ataque tan violento. 

Wagoner considera que ha sido agraciado por un milagro. No le encuentra otra explicación.

 

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