Atento a la voz de Dios

Enzo Bianchi prior del Monasterio de Bose, impacta por su fe en el poder de la oración

05 de septiembre de 2014

"Sin la oración no es posible una acción dentro de la historia" destaca Enzo Bianchi, recién nombrado por Papa Francisco como asesor en temas de ecumenismo.

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Del 3 al 6 de septiembre se ha estado celebrando en Bose (Italia) el XXII Congreso Ecuménico Internacional de Espiritualidad sobre el tema “Bienaventurados y pacíficos”, organizado en colaboración con las Iglesias Ortodoxas. Papa Francisco envió un telegrama de apoyo y su bendición apostólica al encuentro.

Servidor relevante en este congreso es Enzo Bianchi, prior del Monasterio de Bose, quien fuera nombrado por Papa Francisco hace algunas semanas como uno de los nuevos asesores del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos…

Enzo tenía apenas 22 años el año 1965, recién finalizaba el Concilio Vaticano II, cuando decidió quedarse a vivir en una de las casas rurales del pueblo de Bose, en el municipio italiano de Magnano. Las cimas de los Alpes cercanos le inspiraban hacia el silencio, la búsqueda de Dios, que desde su infancia lo cautivaba.

Nacido en Castel Boglione un 3 de marzo de 1943, su madre falleció cuando apenas Enzo tenía ocho años. Aún recuerda que su devota madre pidió a dos vecinas amigas suyas que lo educaran en la fe; petición que cumplieron a cabalidad porque, a los trece años, el chico ya había leído las reglas monásticas. Luego marcarían profundamente su espiritualidad algunos amigos católicos y baptistas con quiénes compartía el gusto por estudiar las Escrituras; también dejaría su impronta el conocer la  comunidad ecuménica de Taizé y la Iglesia ortodoxa. Pero el corazón de Enzo se encendía en la celebración eucarística.

Así, no fue extraño para nadie verlo fundar allí en el Piamonte italiano la Comunidad Monástica de Bose, ecuménica, de la que es hoy su prior. Son 50 varones y 40 mujeres, célibes, monjes y monjas, católicos en su mayoría, pero también de otros credos cristianos y que provienen de diferentes países.

Tres iconos representativos de la espiritualidad ecuménica de esta comunidad se sitúan en la entrada del monasterio: san Basilio, autor de la regla cenobítica del siglo IV en Capadocia, inspirado por la experiencia comunitaria de su hermana Macrina; san Benito, autor de la regla benedictina de  tradición occidental; y santa Clara, referente de la espiritualidad franciscana y de muchas comunidades de mujeres.

Enzo Bianchi es un testigo de la fe, carismático, que atrae tanto a creyentes como a quienes no lo son para escuchar la lectio divina que se ofrece en el monasterio. Su libro Por qué orar cómo orar da cuenta de estas enseñanzas, simples, pero vitales. El magazine italiano Familia Cristiana se reunió con él para recoger algunas de sus enseñanzas…

¿Tener tiempo para orar es hoy visto por muchos laicos como un lujo?
Es verdad, es un momento de crisis para la oración y esta nebulosa se siente en todo el, así llamado, mundo occidental, que corresponde al mundo de la abundancia, de la opulencia. Falta la oración, porque el hombre ha puesto la toda la confianza en sí mismo, en la ciencia y la tecnología;  parece no tener más necesidad de Dios. Por ello debemos hacer un acto de discernimiento y preguntarnos en primer lugar, ¿qué es exactamente la oración cristiana, sin confundirla con una oración cualquiera.

¿Qué es lo específico del orar cristiano?
La oración es una expresión de todo ser humano, universal, pero la oración cristiana tiene sus propias peculiaridades. Está constituida sobre todo por el escuchar a Dios, incluso antes de hablar con Él; quienes oran primero han de escuchar antes de expresar algo a Dios. Esto significa que la oración debe ser transformada, re-florecer: Debemos devolverle la primacía cristiana de la escucha. Hoy, en cambio, es común que se considere a la oración como una práctica general que es "buena", que "es propicia para la salud del cuerpo", o como una actividad beneficiosa para la higiene mental, casi como un antidepresivo. Pero el auténtico sentido de la oración cristiana no es este.

¿Los ruegos de la oración terminan pasando a un segundo plano?
Alguna vez se discutió mucho sobre ciertas maneras del orar: las devociones, la piedad popular. Las escuelas de espiritualidad han experimentado y propuesto tantas formas de oración, que representan también una renovación espiritual. Pensemos en la oración contemplativa que enseñó la escuela de Charles de Foucauld al final del siglo pasado. Hoy, sin embargo, la cuestión es más radical: no es tanto el cómo orar, sino ¿por qué orar? La oración para el cristiano, no es un acto que pueda realizar en forma automática. Para orar se requiere tener fe o recuperarla. Usted ora si tiene fe, si tiene la confianza de obtener una respuesta, la esperanza de estar en una relación, si está seguro de poder escuchar a un Otro y de poder a su vez ser escuchado por Él. Hoy el desafío a la oración es mucho más radical en Occidente que en otras partes del mundo, desde África a América Latina, donde también hay formas de oración profunda, porque aquí, entre nosotros, se ha perdido el sentido mismo del orar.

La fe es entonces la clave...
Ciertamente. La oración es la elocuencia de la fe; si falta una, la otra tampoco puede estar presente.

¿Qué amenazas pueden llevar al cristiano a desestimar el valor de la oración?
El cristiano debe ser capaz de comprender la historia y ver que un componente constante en ella es la oración: nos lo dicen todos los libros de la Biblia, desde el Génesis hasta el Apocalipsis. De hecho, cuando oramos no hacemos una actividad intelectual o del pensamiento, sino que nos predisponemos a entrar en una situación, en el contexto de una relación. La intercesión, orar por la paz, por los inmigrantes que mueren en el Mediterráneo o por los cristianos perseguidos y asesinados, no es inútil, ya que nos prepara para hacernos responsables de estos hermanos. La (oración de) intercesión es literalmente dar un paso en el medio, para llegar al corazón, de las situaciones, de la historia. La oración no es evasión. Es significativo que el Papa Francisco insistentemente nos pida que oremos por él, por la Iglesia, por muchas situaciones difíciles. Es como decir, queridos hermanos y hermanas, os pido la corresponsabilidad, les pido que trabajen juntos, en comunión… este es el verdadero significado y la profundidad del orar juntos. Sin la oración no es posible una acción dentro de la historia.

Algunos argumentan que en la actualidad carecen de tiempo para orar
Es un problema real, pero también es falso. En realidad lo que es difícil parta el hombre de hoy no es tanto el orar sino estar sólo, permanecer en silencio De hecho, eso es muy difícil para nosotros no es tanto como dejar de orar, a estar solo, a permanecer en silencio. Quién dice que no tiene tiempo para orar es un alienado del tiempo, alguien que no domina ni ordena el tiempo y su vida, sino que es absorbido por él.

 

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