Desde hace 35 años, cada fin de verano se reúnen en Rímini (Italia) miles de hombres y mujeres para debatir desde miradas diversas sobre temas culturales, religiosos, políticos o artísticos. Se le conoce como el “Encuentro de la Amistad entre los Pueblos” (o ‘Meeting de Rimini’). Este año, Iniciando el domingo 24 de agosto y finalizando el sábado 30 del mismo mes los niños y san Juan Bosco tomaron protagonismo...
Solo un loco podia ir en 1845 donde el Ministro de Gracia y justicia, Urbano Ratazzi, para hacerle esta apuesta: Deje salir por todo un dia a los 300 jovenes reclusos de la carcel de menores, La Generala, y poder llevarlos a dar un paseo hasta Stupinigi, sin guardias, que despues los llevaré todos de vuelta.Ese loco de 30 años era san Juan Bosco, a quien el ministro le respondió despues de una larga carcajada: «Don Bosco, razone, sin gendarmes, usted no volverá ni con uno solo de esos reclusos»... y aceptó la apuesta. Si don Bosco perdia, su destino seria la carcel, pero perdio Ratazzi, quien un dia le pregunto al fundador de los Salesianos... «¿Por que usted logra estas cosas y nostro no?» El santo le respondió: «Porque el Estado manda y castiga. No puede hacer mas que eso. Yo en cambio amo a esos jóvenes, y como sacerdote poseo una fuerza moral que usted no puede comprender».
El ‘Encuentro’ de los pequeños
La muestra que presenta la figura de don Bosco en el Meeting de Rimini, podria comenzar y terminar aqui, señala Tempi, con este episodio de la vida del Santo que lo dice todo. Pero por fortuna tiene más para conocer. Porque aunque paresca extraño, entre tanto famoso pensador que asiste al Meeting concentrando micrófonos y luces, medios influyentes como Tempi de Italia se han sorprendio por el influjo que sobre losniños tiene la muestra sobre el santo.No es casual -comenta Tempi- que en esta edicion del Meeting, las palabras pronunciadas por el padre Pizzaballa, en el encuentro de apertura fueran: “No seremos salvados por las estrategias, sino por los pequenos”. Quizás fuere porque para muchos san Juan Bosco, por esto de la alegría, es el santo de los pequenos por exelencia.
Se paga con Ave María
Juan Bosco respiraba la fe en su casa, sobre todo de su madre, joven viuda con tres hijos y muy pobre, nunca cerró la puerta a nadie y al final de cansadoras jornadas de trabajo decia a sus hijos: «¡Cuántas cosas bellas a hecho el Señor por nosotros! Ha creado el mundo y a puesto en el cielo tantas estrellas» Desde que tenia diez años, Juan (Giovanni) atraía a jóvenes y adultos... En las tardes de invierno, cuando no había nada que hacer, organizaba en el establo pequenos espectaculos, donde hacía equilibrismo, saltos mortales, juegos de ilusionismo, caminana con las manos o simplemente contaba historias. Todos podían entrar, bastaba que pagaran la entrada que él había establecido: rezar un Ave Maria.
El diablo tiene miedo de las personas alegres
Nadie se asombró entonces cuando a los 20 años entró en el seminario; pero hubo de hacer muchos esfuerzos, trabajando y estudiando, porque en ese tiempo para formarse en el seminario se debía pagar 10 mil liras. El programa de vida para Juan era siempre el mismo: la alegria. Decía a sus companeros de estudio con quienes fundo la “Sociedad de la Alegria”: «Yo quiero enseñarles un metodo de vida cristiana, que al mismo tiempo los tendrá alegres y contentos. Recuerden que el diablo tiene miedo de la gente alegre».
El oratorio es fraternidad en Cristo
Don Bosco es famoso por el concepto de ‘oratorio’, que no es un lugar físico donde se ora, sino cualesquier tiempo y lugar donde se pueda hacer presente a Cristo y allí vivir la alegre fraternidad, especialmente con los más desposeídos. El primero lo desplegó en Turin ciudad a la que llegó para perfeccionar estudios luego de su ordenación sacerdotal. Era el tiempo de la revolución industrial y san Juan Bosco encuentra una situación desoladora... niños abandonados y solos, víctimas del trabajo infantil y la trata, muchos en la cárcel. Don Bosco los busca uno por uno, sacándolos de la calle, cantinas o la carcel. A ellos les ensena el catecismo, los confiesa y organiza retiros espirituales, proponiendo siempre el mismo lema: «Para nostros la santidad consiste en estar muy alegres». El Oratorio de Turin llegó a tener casi 700 ninos. Aprovechando su experiencia laboral previa a ingresar en elseminario decidió abrir una Escuela de Oficios para sus pequeños
Buenos y malos
Don Bosco ama a todos, buenos y malos, Domingo Savio y Miguel Magon. El primero, que morirá a los 15 años y será reconocido santo 100 años después, pregunta y obtiene de don Bosco la receta para alcanzar la santidad: “Estar alegres, cumplir nuestros deberes de estudio (trabajo) y oración, haciendo el bien a los demás”. El segundo, Miguel, era un huérfano que hablaba con palabras groseras como ninguno. Provocó una vez al sacerdote y su respuesta lo conquistó. Antes de morir a los 14 años dirá a don Bosco: «Dígale a mis compañeros que los espero en el paraíso». Esa transformación se entiende por la máxima pedagógica que vivía y enseñaba san Juan Bosco: «Jamás he conocido un joven que no tuviera una parte de él abierta al bien; esforzándome en esa parte he obtenido mucho más de lo que anhelaba».Verán qué cosa son los milagros
Para entender como logró san Juan Bosco realizar su inmensa obra, basta leer la nota que entregó al padre Giovanni Cagliero, uno de los primeros niños del Oratorio (de Turín), antes de que partiese a la primera mision de los Salesianos (congregación que al momento de la muerte de don Bosco en 1888 ya se encontraba en cinco naciones, hoy en 132). En el mensaje está escrito:
«Hagan lo que puedan, Dios hará lo que nosotros no podemos hacer. Confíate todo a Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora y verán qué cosa son los milagros».