Tomando su cruz

Mujer que estuvo dos veces casada consagra su vida a Dios, tras "tocar" a Santa Brígida de Suecia

21 de agosto de 2015

Era una conocida de la farándula italiana, mujer de Adriano Galliani, jefe del equipo de fútbol del Milán. Hoy es una laica consagrada a Dios. Todo comenzó, dice, ante las reliquias de Santa Brígida.

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Según lo ha testimoniado en diversos medios de comunicación, fue ante una reliquia de Santa Brígida (Saint Birgitta /  Saint Bridget ) que cambiaría su vida. Una conversión inesperada al tocar uno de los relicarios de la patrona de Europa. Pero, ¿quién es la protagonista de esta historia? La conversa… Daniela Rosati, una conocida presentadora de la RAI italiana y famosa en los medios del corazón por haber sido la mujer del empresario y jefe del histórico equipo del Milan, Adriano Galliani.

Hace 10 años de esta conversión, que luego trajo un paso más al recibir la gracia de ser llamada a consagrarse a Dios en el laicado; invitación que acogió ingresando a la orden brigidiana.

“Cada cristiano tiene su cruz”

Rosati tiene una historia difícil. Educada como católica, recuerda que perdió la fe cuando con 19 años murió en sus brazos la hija de unos amigos de sus padres. Ellos previamente ya habían perdido otros dos hijos. “En ese momento sentí un gran dolor y pensé que Dios no existía”. Añade que incluso “no encontraba consuelo en la fe y fue la razón por la que no iba a la Iglesia. Estaba enfadada”.

Se alejó de Dios y siendo aún muy joven se casó en dos ocasiones por la ley civil. La segunda con el referido empresario Galliani. Sin embargo nuevos hechos potenciaron su desconcierto… Ella, aunque quería ser madre, tuvo cuatro abortos espontáneos. “Cada cristiano tiene su cruz, sufrí mucho y pensaba que no podría vivir. Sólo ahora me doy cuenta de que el Señor tenía para mí otro paisaje”, asegura Daniela.

Creyó que su vida no tenía sentido

La muerte de aquella niña en sus brazos y el perder los cuatro bebés que esperaba le llevó a creer que su vida no tenía sentido y comenzó a buscar respuestas. En esta búsqueda de la paz que necesitaba se encontró primero con un monje tibetano y se hizo budista, religión que profesó durante dieciocho años.

Luego vendría el regalo de su conversión. Para Daniela Rosati el instrumento fue Santa Brígida. Estaba realizando una investigación en la navidad de 2005 sobre la reina Cristina de Suecia, mujer que revolucionó Europa renunciando al trono para convertirse al catolicismo en un país que entonces era el paladín del luteranismo. “Me llamó siempre la atención su figura, su coraje. Quería entender las razones que la impulsaron a la conversión”... historia en la que Santa Brígida tuvo mucho que ver.

Acudió entonces a buscar estas respuestas a la Iglesia de Santa Brígida en Roma, puesto que esta santa es sueca. Al entrar una monja se le acercó, indicándole que siguiera al grupo de turistas suecos que estaban siendo guiados por la iglesia.

Una luz que cambia la vida

Una vez allí llegaron a la sala de Santa Brígida. Lo primero que llamó su atención, cuenta Daniela, fue un cuadro ilustrando la muerte de la santa. “Los demás turistas estaban mientras en fila para ver la reliquia, un hueso de la santa, que se había conservado. Al acercarme pensé: ¡Qué raros son los católicos que se emocionan por una reliquia!”.

Sin embargo se unió a la fila de quienes esperaban y “cuando llegó mi turno la toqué con la palma de mi mano. En ese momento caí de rodillas. Inmediatamente me temí que me había roto las rodillas porque oí un gran ruido causado por la caída, pero no fue así”. Daniela relata que “un momento después, tras caer de rodillas, vi venir desde un rincón de la sala una gran luz que entró en mí y en medio de ella la siguiente inscripción: “Castidad”. Además, en esta visión también se le decía, dice, que “el verdadero amor está en el matrimonio en la Iglesia”, afirmación que le marcó puesto que había estado ya dos veces casada por lo civil y para ese momento, estaba con otra pareja.

A partir de ese instante supo con certeza que debía volver a la fe de su infancia e inició un camino de conversión. “No fue fácil al principio vivir en castidad, por supuesto que tuve que hacer muchos sacrificios”, dice. Pero tras esta llamada a la castidad en esa iglesia romana “fui a casa y le dije (a su entonces pareja) que a partir de ese momento yo viviría en castidad. Me preguntó si pensaba que ese era el momento para tomar tales decisiones, pero yo le dije que el Espíritu Santo escoge las personas y los momentos”.  Santa Brígida -agrega Daniela- quería que yo supiera “que no era la persona adecuada para mí”. Con el tiempo han construido una amistad fraterna.

Laica Consagrada en la orden brigidiana
 
Tras esa llamada en la Navidad de 2005, comenzó a participar de la Eucaristía cada día y a pasar más horas en oración. “He optado por seguir los pasos de la santa, anunciando la Palabra de Dios en el mundo y viviendo en castidad”… asegura feliz esta conocida presentadora de televisión que se consagró como laica a Dios, comprometiéndose a seguir la Regla de las Hermanas de la Orden Monástica de Santa Brígida de Suecia (Brigidianas), en marzo de 2011.



Fue en 1999 que san Juan Pablo II Papa consagró como patronas de Europa a santa Brígida (fiesta el 23 de julio), santa Catalina de Siena y santa Teresa Benedicta de la Cruz.
 

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