Millones de niños en el mundo, solos o con sus familias, están obligados a huir. La guerra, el hambre, el abuso en sus facetas más crudas, generan migración; la decisión de escapar es siempre forzada. Se trata de salvar la vida, anhelando encontrar en otra tierra algo mejor.
Las enseñanzas de Jesús -como las del Magisterio- son claras respecto a que ningún cristiano puede negar ayuda al migrante, en particular al niño migrante. “El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe a Aquél que me ha enviado”, dice el propio Jesús en cita que registra el Evangelio de Lucas capítulo 9, versículo 48.
Pero hoy en el mundo, como en tiempos de Jesús, pululan los “Herodes” que en muchos casos violentan la dignidad humana del Niño Migrante…
Migrantes y luego esclavos
Mohamed H. tiene hoy 14 años y roba horas al sueño intentando aprender a escribir en español. Cuando estallaron los conflictos bélicos en Siria el año 2011, tenía apenas ocho años de edad y ya había comenzado a trabajar como costurero en su Alepo natal, pues sus padres estaban enfermos. La violencia cotidiana, el miedo a ser matado por los del Daesh (Estado Islámico, EI) forzaron la huida a Turquía, solo. Allí el calvario tomó cariz de esclavitud a manos de un empresario que le hacía trabajar 12 horas al día, toda la semana, a cambio de 75 liras turcas mensuales, unos 25 euros.
Se ha vuelto regular que los medios de comunicación, agencias de cooperación y entidades de la Iglesia denuncien los abusos que padecen millones de niños como Mohamed en Medio Oriente, Asia, Africa, las Américas o Europa.
¿Quién se acuerda de los migrantes expulsados el año pasado del campamento conocido como “La Jungla” en Calais (Francia)? La organización Safe Passage Uk denunció a fines de 2016 que muchos de esos menores han sido obligados a realizar trabajos forzados. También The Guardian ha corroborado la denuncia a partir de entrevistas con más de un treintena de adolescentes obligados a trabajar gratis recogiendo manzanas en granjas para supermercados franceses.
Informes de la vergüenza
Unos 50 millones de niños en el mundo viven fuera de sus lugares de origen, de los cuales 28 millones han sido forzados a huir de sus hogares por conflictos y violencia de la que no son responsables. Otros millones más han tenido que migrar con la esperanza de encontrar una vida mejor y más segura. Pero luego son víctimas de xenofobia, discriminación y violencia reiterada.
Cifras y realidades documentadas en el informe que UNICEF publicó el pasado mes de septiembre 2016 titulado: "Desarraigados: “Una crisis creciente para los niños refugiados y migrantes”.
Tu desafío es su esperanza
Desde el año 2014 Papa Francisco ha puesto de relieve que existen “decenas de miles de niños que emigran solos, sin acompañantes para escapar de la pobreza y de la violencia”.
“Menores migrantes vulnerables y sin voz. Reto y esperanza” es el lema elegido por el Pontífice para esta 103ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado que este 15 de enero de 2017 busca movilizar la oración y caridad efectiva de los católicos hacia los niños migrantes, en todo el mundo.
En su mensaje para esta Jornada, Papa Francisco plantea la interrogante del “¿cómo responder a esta realidad?”, destacando la necesidad de oración, protección, defensa e integración.En cada diócesis y conferencia episcopal existe al menos un organismo y personas que coordinan las acciones y ayudas. Puedes contactarles.
Los grupos de oración -en especial aquellos que rezan el rosario y realizan adoración eucarística- deben organizar campañas que muevan conciencias y movilicen la caridad.
Para apoyar mundialmente las acciones Pontificias en beneficio de los migrantes puedes escribir al secretario adjunto en Ciudad del Vaticano, P. Gabriele F. Bentoglio, e-mail: gbentoglio@migrants.va