El V Centenario del nacimiento de santa Teresa de Jesús, cuyas festividades inician este 15 de octubre de 2014 -aunque el aniversario se cumplirá el 28 de marzo de 2015-, busca refrescar el carisma que esta enamorada de Cristo legó a la iglesia.
Fue el pronto beato Papa Pablo VI quien la declaró con justicia, Doctora de la Iglesia (27.09.1970). Término que -junto a Catalina de Siena- por vez primera se otorgaba a una mujer. Reconocimiento de aquel carismático legado, de una sabiduría que habla de entrenamiento cotidiano en el silencio; también de doblegar el propio ego, abrazar humilde y obediente la voluntad de un otro, que es el Padre Creador. Porque sólo así puede hablar el Espíritu Santo y el ser humano lograr comprender y comunicar este “sueño de Dios” para el hombre.
Hace pocos días Papa Francisco recordaba a los partícipes del Sínodo Extraordinario que para no frustrar el “sueño de Dios”, el ser humano debe entregarse al Espíritu Santo.«El Espíritu Santo nos da la sabiduría que va más allá de la ciencia, para trabajar generosamente con verdadera libertad y humilde creatividad».
Esto es precisamente lo que santa Teresa de Jesús alcanzó y el V Centenario busca comunicar a los fieles de este tiempo.
En coherencia con lo anterior, el lema del Vº Centenario del Nacimiento de Santa Teresa, Para Vos Nací, está tomado de una de sus poesías, cuyos dos primeros versos dicen así:
Vuestra soy, para Vos nací:
¿Qué mandáis hacer de mí?
Cientos de actividades se han organizado por todo el mundo, tanto en conventos, universidades y plazas públicas, que puedes seguir online ya desde la web del “Congreso Internacional Teresiano” o el Sitio Oficial del V Centenario.
Papa Francisco ha enviado también su mensaje por el inicio del Año Jubilar que celebra el nacimiento de santa Teresa destacando que con su vida ella nos muestra que "¡El Evangelio no es una bolsa de plomo que se arrastra pesadamente, sino una fuente de gozo que llena de Dios el corazón y lo impulsa a servir a los hermanos!" (pulse para leer el mensaje completo)
Camino en el Carmelo
Santa Teresa de Jesús (1515-1582) es la fuente de inspiración y de orientación, es la Madre Fundadora del Carmelo Teresiano. Nació en Ávila, en el hogar Cepeda y Ahumada, el 28 de marzo de 1515.
Cuentan que a los 7 años convenció a su hermano Rodrigo para que se fugase con ella de casa y se fueran “a tierra de moros”, buscando el martirio. La fracasada intentona da muestra de la religiosidad que marcó su infancia y también de su carácter enérgico y fuerte voluntad. La siguiente fuga no se quedaría en intento. En 1535, ante la negativa de su padre para concederle el permiso paterno para ingresar en el convento de las carmelitas de la Encarnación, se iría de casa para tomar los hábitos y hacer los votos.Una grave enfermedad le obligaría a salir del convento. Nada se sabe de esta dolencia a la que la santa solo se refirió con la frase «Dióme una gran enfermedad, que hube de tornar en casa de mi padre». Durante su convalecencia, su tío don Pedro de Cepeda le dio a leer las Epístolas de San Jerónimo que le harían decidirse por tomar los votos.
Luego retornaría con las Carmelitas dando sus votos perpetuos a los 20 años en el monasterio de La Encarnación de su ciudad natal. Allí permanecerá por 27 años, hasta que el 24 de agosto de 1562 inaugura su propio y nuevo Carmelo. Tras estas nuevas experiencias eclesiales, continúa, por ordenanza del superior general, P. Juan Bautista Rubeo de Ravenna, a partir de 1567 realizando o interviniendo en 17 fundaciones por la geografía española. Un año más tarde, 28 de noviembre de 1568, organiza con san Juan de la Cruz el comienzo de la nueva vida de los Carmelitas Descalzos en Duruelo, provincia de Ávila.
Acusada de enseñar cosas inapropiadas, Santa Teresa tuvo que defenderse ante el Tribunal de la Inquisición en 1575. El Definitorio General de la orden le mandó encerrarse como «presa» en el convento que ella eligiera y su reforma sufrió tal persecución que a punto estuvo de desaparecer hasta que en 1580 el Papa Gregorio XIII concedió a los descalzos una provincia separada de los carmelitas calzados mediante la bula «Pia consideratione».A sus 67 años muere hija de la Iglesia en el monasterio de Alba de Tormes en la tarde del 4 de octubre de 1582. Beatificada el 24 de abril de 1614, fue canonizada el 12 de marzo de 1622.