Valiente mujer en lucha con el cáncer defiende la vida de su bebé: "El aborto no es una opción"

04 de agosto de 2017

"Lo supe desde el principio. Incluso si me hubiesen dicho algo como que «no podremos hacer nada por ti», habría esperado. Realmente sólo me preocupaba por ella".

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Poco después de sonar las campanas del nuevo año en Phoenixville (Pennsylvania, USA), Melissa Gormley, de 31 años, descubrió que estaba embarazada. Ella y su novio Dave Good aunque estaban sorprendidos por la noticia, comenzaron a prepararse para dar la bienvenida a su bebé.

Pero este embarazo no sería la única noticia que recibiría la joven pareja. Casi al mismo tiempo los médicos informaron a Melissa que tenía cáncer.

En la semana 14 de gestación ella tuvo un leve sangramiento y fue al médico. Los exámenes que derivaron hacia una biopsia confirmarían que la joven madre gestante padecía cáncer en el cuello uterino. "Estábamos muy emocionados y muy luego pasó ese impacto del '¡estamos embarazados!”, cuenta  Dave al Daily Local News. "Comenzábamos a disfrutar esto, ‘que era algo impresionante, que seríamos capaces de comenzar nuestra vida juntos’ y de repente nos dan esa otra noticia y nos preguntábamos qué implicaba, si ya no podríamos hacer lo que pensábamos. ¿Podríamos tener la bebé? ¿Estará bien Melissa? Era duro para mí porque esa noticia interrumpía todo".

Ella no dictaría sentencia de muerte a su bebé

Como si no hubiere suficiente presión, en ese mismo momento los médicos le dieron a Melissa la opción de abortar a su bebé; argumentando que -aunque estaba casi a mitad del embarazo-, finalmente su salud y vida estaban en riesgo.  Pero esa no era ni siquiera una idea a considerar para Melissa Gormley y lo dejó bien en claro. Ella no asesinaría a su bebé. "El aborto no es una opción para mí", dijo a todos esta valiente mujer. “Lo supe desde el principio. Incluso si me hubiesen dicho algo como que «no podremos hacer nada por ti», habría esperado. Realmente sólo me preocupaba por ella”.
 
Los médicos ofrecieron a Melissa tratar su cáncer con quimioterapia; un tratamiento considerado históricamente riesgoso -no recomendable al menos- durante el embarazo, pero que la investigación reciente sugiere. Les informaron que planeaban tres series de quimioterapia, luego comprobar si el tumor se había reducido y, de ser positivo, aplicar una cuarta quimioterapia. Si el tumor no se reducía los médicos proponían sacar al bebé por cesárea y extirpar quirúrgicamente el tumor... aunque desconocían qué tan extendido podría estar el cáncer o si tras esa cirugía podría volver a tener hijos. Melissa insistió en que no le importaba el riesgo para su propia salud y vida. Su decisión era asegurar la vida de su bebé.

El triunfo de la vida
 

"Definitivamente hubo momentos en los que rompí en llanto", confidencia esta madre. "Era aterrador pensar en lo que aquello implicaba. ¿Y si no funcionaba? ¿Qué, si algo sucedía durante el parto? Todos esos pensamientos pasan por tu cabeza. Ella (su bebé) se movía mucho, así que cuando lo hacía yo pensaba en hacer lo necesario para que ella estuviese a salvo y que yo pudiese sanarme para estar con ella. Eso me ayudó a enfrentarlo todo”. Papá Dave agrega que, como tenían un doppler fetal en casa, "si nos sentíamos tristes por algo, nos animábamos proponiendo ‘¿quieres escuchar los latidos del corazón?’ y esto nos ayudó a sentirnos mejor".
 
Olivia Madeline Good (o Liv Good como su padre la llamó) nació el 24 de julio de 2017 recién pasado, mediante cesárea, a las 33 semanas y un día de gestación. Melissa fue operada inmediatamente después. "Ella salió llorando por su mami, pero tras algunos minutos tuvo que conformarse con conocer a papá", escribió Dave en Facebook y agregó: "La cirugía de mamá fue exitosa, pero duró un poco más de lo que esperábamos. Finalmente está despierta, recuperándose en la UCI ... Publicaremos fotos de Olivia en cuanto mamá la conozca. Gracias por todas sus amables palabras, amor y apoyo. ¡Estamos esperando ansiosamente la buena noticia de que mamá está lo suficientemente sana como para ver a su bebé!"
 
Dos días después, el 26 de julio, madre e hija finalmente se encontraron cara a cara. Olivia ha necesitado una máquina de asistencia para respirar sin riesgo y una sonda de alimentación. Ambas se recuperan muy bien, teniendo en cuenta las circunstancias.

 

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