La fe de los sencillos

Vincenzo alcanzó la triple corona del ciclismo en el Tour de Francia… "rezando el Padre Nuestro y el Ave María"

27 de marzo de 2015

Cuando era niño reconoce que "invocaba a Dios Todopoderoso" para lograr el éxito. Pero al crecer, descubrió que esto no tenía sentido.

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En 2014 el italiano Vincenzo Nibali consiguió la victoria en el Tour de Francia, entrando así en un selecto grupo de seis hombres que han ganado la "triple corona",   las generales de la Vuelta a España (2010), Giro de Italia (2013) y Tour de Francia (2014).

Nacido en Stretto (Italia) en noviembre de 1984, creció feliz con sus hermanos Carmen y Antonio gracias al cuidado amoroso de mamá Giovanna y de papá Salvatore. Hoy Vincenzo es un hombre casado y, desde hace algo más de un año, padre de una hermosa niña llamada Emma Vittoria. La amabilidad de su joven esposa, Rachele y la serena alegría de la pequeña Emma durante la entrevista de revista Credere a Vincenzo, completan la imagen de una joven familia que ha construido su historia desde la fe en Dios, alejada de los estereotipos que rodean a muchos deportistas exitosos.

"En realidad no me siento una estrella. Me alegro de dar emociones a mis partidarios y establecer un ejemplo para los niños que quieren comprometerse con hacer sus sueños realidad, pero esto no significa vivir en la cima. Yo vengo de una familia de trabajadores, unidos y anclados en principios de fe muy sólidos".

El ciclismo, un deporte agotador, tiene históricamente en Italia una estrecha relación con los valores tradicionales de la fe; basta pensar en la especial devoción que ustedes disfrutan teniendo a su disposición el Santuario de la Madonna del Ghisallo, la patrona de los ciclistas italianos. También el Giro de Italia a menudo se detiene delante de los santuarios importantes en el Norte, como en el Centro y Sur.
En el sur, un poco menos que en el Norte, para ser precisos -comenta Vincenzo-. Sin embargo es cierto que la comunidad de los ciclistas tiene muchos lugares sagrados en su corazón, tal vez porque somos profesionales llamados a una vida un poco particular. El domingo, mientras otros están descansando y pueden santificar la fiesta, nosotros estamos normalmente compitiendo y así debemos desplegar la dimensión espiritual un poco por nuestra cuenta. Por otra parte, siendo obligados a entrenar y correr por las colinas de Italia, vamos conociendo varios lugares especiales, apartados de la ciudad. Cuando pienso en los lugares sagrados con los que tengo una relación especial, me viene a la mente en primer lugar Nuestra Señora de Dinnammare, encaramada a más de 1.100 metros sobre el nivel del mar sobre "mis" montes Peloritani. Con su ascenso que supera el 20% de pendiente se convierte en una verdadera peregrinación en dos ruedas".

“En compensación -prosigue narrando el campeón italiano de ciclismo-, la vista puede abarcar desde el mar Tirreno al mar Jónico, por lo que es un lugar donde puedes reconciliarte contigo mismo. De niño, estuve muy vinculado al santuario de Tindari y su "Virgen Negra", que es muy querido en la devoción popular de mit tierra desde la época en que se le imploraba a Nuestra Señora protección ante las incursiones de los Sarracenos. Mi esposa, en cambio, proviene de la provincia de Frosinone -nos casamos de hecho en la iglesia Regina Pacis en Fiuggi- y tengo que dar las gracias porque con ella descubrí nuevos lugares sagrados como el Santuario de la Santísima Trinidad. Se encuentra en Vallepietra, una pequeña aldea en los Apeninos cerca de la frontera con los Abruzos; en verano son las peregrinaciones de los fieles que suben hasta allí con cruces al hombro, respetando las antiguas tradiciones. Impresionante".
 

Tus victorias como ciclista te han permitido alcanzar grandes logros. Incluso fuiste designado embajador y modelo para los niños. También sueles prestar tu imagen gratuitamente para campañas sociales...
La iniciativa que más me gusta es la de solidaridad anual del ciclismo –que se celebra en Messina-, en favor de la organización sin fines de lucro Amici di Edy, que la fundó el padre de un niño que sufre Síndrome de Duchenne y Becker. Es una ocasión para reafirmar el valor que el ciclismo puede tener como factor de socialización y, al mismo tiempo, una forma de recaudar dinero para la investigación. Con la edición de enero 2015 hemos financiado el establecimiento de una clínica específicamente para pacientes con distrofianopatías en el Policlínico de Messina.

Vincenzo, eres conocido por tu arrojo, casi atrevimiento, en las carreras. Tanto que te ganaste el apodo de "Tiburón", porque atacas la meta con todo. ¿Realmente haces oración -según se dice- durante una carrera?
Cuando era niño invocaba a Dios Todopoderoso para lograr el éxito. Pero, al crecer, me di cuenta que esto no tiene sentido. Tú no debes orar para pedir algo a cambio, como una victoria deportiva. Al competir en las carreras, voy rezando interiormente el Padre Nuestro y el Ave María, como aprendí cuando niño. Pero ya no pidiendo llegar primero, sino invocando la protección de Dios. De hecho, no pido nada más que poder llegar de vuelta a casa, sano y salvo, con mis seres queridos.

 

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