Crónicas de un obsoleto 16. ¿Quién es el Seudo-Macario?

01 de mayo de 2015

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Estimados lectores: En esta ocasión quisiera transmitirles un pensamiento muy actual de un monje antiguo del siglo V d.C., del cual no sabemos quién es. Es conocido sólo por su seudónimo, el Seudo-Macario.
 
¿Por qué ese misterioso “Seudo”? Porque el Padre del desierto egipcio Macario no dejó ningún escrito, como saben todos los eruditos. Los mismos eruditos afirman además que el tal Macario no es egipcio sino sirio. Misterio perfecto de alguien que se contenta con que Dios lo conozca y nadie más. Darse a conocer, hacerse famoso, vender sus conocimientos lo tenían sin cuidado. Señal de profunda santidad, diría el obsoleto. Bien, aquí va la cita del enigmático Seudo-Macario: “El mundo visible, empezando por los gobernantes hasta el último de los mendigos, está en revoluciones, inquietudes y enfrentamientos. Nadie conoce la causa última de todo esto. Es el “pecado manifiesto”(Rm 7,13) que ha irrumpido por la desobediencia de Adán, el “aguijón de la muerte”(1 Co 15,55). El pecado que ha penetrado en el mundo, y es como una fuerza espiritual de Satanás, ha sembrado todas las desgracias de este mundo. Obra en secreto e influye en el interior del hombre, perturba su inteligencia y lucha con sus pensamientos. Pero los hombres no saben que, impulsados por un poder ajeno, obran el mal; sino que piensan que lo hacen todo por cuenta propia, como algo que les brota de su misma naturaleza. En cambio, los que poseen en su espíritu la paz de Cristo y viven en su luz, saben de dónde  proviene todo esto”.

Esto lo escribía el monje sirio en los años en que el antiguo imperio romano se batía a muerte no sólo contra las tribus germánicas que lo anegaban por todas partes, sino también contra los persas y a dos siglos de distancia, contra los árabes musulmanes. Ahora bien, el obsoleto se permite avanzar algunas preguntas:

1. ¿Existe alguna semejanza con lo que acontece en nuestra actualidad? El obsoleto piensa que sí: El mundo visible está en revoluciones, inquietudes y enfrentamientos y siempre lo ha estado.

2. ¿Se puede decir también hoy: “Nadie conoce la causa última de todo eso”? El obsoleto concuerda totalmente con el Seudo-Macario. Causas y explicaciones abundan en todo tiempo. Pero ¿causa última?

3. ¿Es cierto que se puede afirmar que “Los hombres no saben que, impulsados por un poder ajeno, obran el mal”?. Afirmativo: sólo aciertan a culparse los unos a los otros, son los eternos “acusadores de sus hermanos”.

4. ¿Puede aceptarse que “los que poseen en su espíritu  la paz de Cristo” saben más?. El obsoleto cree poder defender dicha tesis.  El ateísmo moderno padece una gigantesca falta de información. ¿Cómo puede uno podérselas dar de persona informada cuando ignora o rechaza los datos más elementales que nos presenta la Biblia? ¿Cómo puedo uno actuar el bien y respetar a los demás si no conoce el decálogo? ¿O lo reemplaza por el nuevo invento moral de la “no discriminación”?

 
 

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