El problema de la esclavitud es un problema de heladera

04 de marzo de 2016

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Si la humanidad dependiera de discursos bonitos y emocionantes, con tantos que se pronuncian, este mundo nuestro podría parecerse en mucho al paraíso. Pero los discursos bonitos, corren a un costado una realidad que a veces es demasiado dramática para ser real y esconden bajo la alfombra el sufrimiento de los que realmente sufren.
 
Todos sufrimos, pero algunos se sacaron todos los premios de la lotería y se levantan, desayunan -si tienen-, almuerzan -si tienen-, meriendan -si tienen- y cenan -si tienen- con la amargura de no saber cómo seguir en este mundo nuestro. Un mundo cada vez más separado en dos veredas "el que tiene, es decir puede" y "el que no tiene, es decir no puede"
 
El problema de la esclavitud es un problema de heladera, después podemos teorizar sobre factores socioculturales, y demás. En el fondo después de tres días de debate, vamos a volver al principio, "a la heladera". Es decir el tema es el mismo pero con palabras más o menos complicadas.

Después de años de escuchar directa o indirectamente los relatos de sobrevivientes, hay un punto que es común a la mayoría, para no caer en fundamentalismos y decir todos…

"Vi una heladera llena de comida"; "me invitó a su casa y la heladera tenía de todo"; "en la heladera había helado de chocolate que tanto me gusta y tantas cosas"; "tenía heladera, y encima de todo"; "en mi casa nunca tuvimos así la heladera"; "me mostró la heladera y ahí me pudo"; "qué se yo, ¿lo primero que miré? la heladera".
 
Al comienzo, pareciera que el gancho para atrapar víctimas, son la promesas -indudablemente falsas- de amor, cuidado, trabajo, etc, etc,  pero en el fondo o el trasfondo, esas promesas lo que garantizan es una heladera con los alimentos que cada uno considera que debería estar repleta. Una vez una nena me dijo que soñaba con una heladera cuya puerta cerrara apenas de "tantas frutillas" . Cada quien le pone lo que le significa.
 
La heladera es el origen y el final, y todo aquel que recluta, o convence lo sabe. No solo tener para comer sino tener para comer lo que me gusta.

La humanidad hace miles y miles de años intentaba conseguir el alimento que conocía,. o tenía más a mano. Pero ahora en medio de tanto consumo desenfrenado, los  chicles con azúcar de Colombia, los chocolates con manteca de China, los helados con castañas de Sudáfrica, se transforman en necesidades, que quizás no sean tan necesarias para quienes los pueden comprar pero aparecen como imprescindibles para quienes no pueden acceder.
 
El problema de la esclavitud es un problema de heladera, es decir el problema de la esclavitud es la "Pobreza".

 

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