Señor director:
Un niño, que hoy tiene un año, dentro de cinco años, será un niño de cinco años y, dentro de diez años, será un niño de diez años y así, sucesivamente, un joven de veinte años y un adulto de cuarenta años, que tal vez ya habrá formado su propia familia y será padre de varios hijos. Si la madre de ese niño, que hoy tiene un año, lo mata, habrá negado la existencia al niño de cinco y al de diez y al joven de veinte y al adulto de cuarenta con todos los hijos y nietos que habría podido tener.
Un niño que hoy ha sido concebido en el seno de su madre, dentro de cinco años, será un niño de cinco años y dentro de diez años, será un niño de diez años y sucesivamente un joven de veinte y un adulto de cuarenta. Si su madre lo aborta hoy, habrá negado la existencia también al niño de cinco y al de diez y al joven de veinte, etc. ¿Qué diferencia hay entre ambos casos? En ambos casos se habrá truncado la existencia de una persona humana, se habrá atropellado su derecho a la vida y a todo su futuro.
Se habla del «derecho prevalente de la madre sobre el derecho del feto». En realidad, no son derechos comparables. En el caso de la madre se reivindica su derecho a concebir un hijo con quien ella elija, el derecho a su comodidad, a su libertad de movimiento, etc. En el caso del feto se reivindica su derecho a la vida. ¡Es prevalente el derecho a la vida!
Resulta hipócrita una sociedad que proclame la defensa de los derechos humanos y no defienda el derecho a la vida, que es la base de todos los derechos. Jesús, nuestro Señor, llama hipócritas a quienes «cuelan un mosquito y se tragan un camello» (Mt 23,23-24).
Un Estado que tiene en su ordenamiento una ley de aborto no es un Estado de derecho. No queremos esto para Chile.
+ Felipe Bacarreza Rodríguez
Obispo de Santa María de Los Ángeles