Cómo confesarse tras cuarenta años sin hacerlo

21 de octubre de 2016

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Alguien podría pensar que hacer una bien hecha, es decir, una confesión íntegra, y, por lo tanto, con la materia, número y especie de los pecados graves, requeriría de una hora por lo menos. No es así. Aquí pongo un ejemplo hipotético de una confesión tras decenas de años sin recibir las aguas purificadoras de ese sacramento.
 
Ave María Purísima.
 
Sin pecado concebida.
 
Padre, me confesé hace cuarenta años y me acuso de los siguientes pecados:
 
-He dudado de la fe algunas veces.
-Me he enfadado con Dios, en un par de ocasiones.
-Le he faltado el respeto a Dios alguna rara vez contando chistes acerca de Él.
-He dicho en estos años tres o cuatro blasfemias, pero sin pensar plenamente lo que decía.
-He faltado a misa dos terceras partes de los domingos.
-Cuando he ido misa, en los primeros cinco años, comulgué en pecado mortal.
-No he visitado a mis padres todo lo que he debido.
-Varias veces me he enfadado con mis padres al hablar, hablándoles con acritud o levantando la voz.
-He odiado a varias personas durante largas temporadas y les he deseado el mal.
-He tenido relaciones sexuales de forma regular con varias parejas durante todos estos años.
-En todos estos años, me he masturbado. Dado que he tenido pareja, la media habrá sido un par de veces al mes.
-He visto pornografía. Dos o tres veces al mes.
-He tenido pensamientos y deseos impuros al ver a las mujeres de forma habitual.
-En estos años, he practicado pequeños hurtos. Entre todos ellos unos 200 euros.
-He mentido, pero mentiras que no han hecho daño a nadie.
-He sembrado discordia entre compañeros de trabajo. Pero lo que he dicho era verdad.
-He consultado regularmente el horóscopo.
-Una vez fui a que me echara las cartas un tarotista.
-No he guardado, prácticamente nunca, los ayunos y abstinencias de carne mandadas por la Iglesia.
-Me he emborrachado una media de una vez al año.
-He probado el cannabis unas cuatro veces.
 
Éste es un ejemplo de cómo podría ser una confesión bien hecha en la que se repasan los pecados de más de cuarenta años. Haciéndola así, no se tarda más allá de un par de minutos.


 

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