Claustros vacíos justo antes del invierno de la Iglesia

24 de noviembre de 2018

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La foto que hoy pongo es de la abadía inglesa de Downside. La tristeza me embarga al comprobar que lo que se construyó con toda ilusión para convertirse en el gran centro monástico de Inglaterra ahora son pasillos vacíos. Vivimos una época de retirada general.
 
Y encima de ser atacados por fuera, de estar débiles dentro, además divididos. Hace dos días algunas webs católicas se hacían eco de que la Fundación Legatus de empresarios norteamericanos dejaría de dar el óbolo al Vaticano este año. Varias webs católicas (y anti papales) achacaban eso a la decisión vaticana de que no se votara en la Conferencia Episcopal el asunto de la creación de la comisión de laicos para investigar a los obispos sobre pedofilia.
 
He mirado la noticia en sus fuentes y he descubierto que no, que la decisión no tiene nada que ver con eso, sino con otros asuntos. También he comprobado que la donación del año pasado estaba bastante por debajo del millón de dólares, es decir, tampoco era una cantidad como para echar cohetes.
 
Pero la conclusión es clara: en una situación de debilidad, encima divididos. No importaría que toda la jerarquía de la Iglesia fueran santos canonizables. Estamos en una situación de apostasía general. Incluso obispos tan buenos como José María García de la Higuera o José Guerra Campos no pudieron evitar el avance de la secularización en sus diócesis. En otros países, sucedió lo mismo con obispos santos.
 
Cuando hay una sequía general y con una plaga de insectos, hasta el mejor agricultor, a veces, tiene que ver cómo gran parte de sus cultivos se van secando o van siendo devorados. Sean cuales sean los planes, sean cuales sean los prelados, vivimos una etapa de pre - apostasía: hay que aceptarlo. Hacer lo que se pueda, ser constructivos, no dividir.

 

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