¡Alerta del Papa! Convocó a los cristianos a rezar el Padre Nuestro a las 12 horas (horario de Roma) este 25 de marzo

24 de marzo de 2020

En una semana dedicada a la oración por el fin de la pandemia del Covid19, el Pontífice acude a la mediación de la Santísima Virgen María con el rezo del Rosario, la Adoración Eucarística y el Padre Nuestro.

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El pasado miércoles 11 de marzo, el Papa agradeció a todos los que rezan en estos momentos difíciles, sin importar su tradición religiosa, haciendo un especial énfasis en los enfermos y en los que más sufren, pidió elevar todos juntos la oración “Bajo tu amparo” a la Virgen María, implorando su protección: “Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios; no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita

Son momentos críticos para los habitantes de todos los países del planeta, pero el Papa Francisco los vive con fe y oración. Sus acciones lo demuestran: El pasado tercer domingo de Cuaresma, rezó ante el ícono de la Salus Populi Romani para enfatizar su cercanía a los que sufren e implorar la protección especial de la Santísima Virgen María. Después, en una peregrinación hacia donde se halla el crucifijo que en 1522 fue llevado en procesión para acabar con la peste en Roma, pidió por el fin de la pandemia.
 
El Papa invita a rezar y anuncia su bendición Urbi et Orbi
 
Una sola voz en miles de lenguas distintas subió a los cielos este 25 de marzo, día en que celebramos la Encarnación del Verbo en el vientre de la Virgen María. Cristianos de todas las Iglesias y comunidades rezaron hoy junto con el Sucesor de Pedro al Padre Santo que está en los cielos. Lo hicieron en sus hogares y en los hospitales, en las cárceles y en las residencias para ancianos, en las farmacias y en los supermercados, en las fábricas, en los coches, caminando, sentados en una silla de ruedas o yacientes en una cama de hospital. De rodillas y de pie, en los almacenes, camiones y puertos. En el campo y la ciudad, en las costas del mar y en el desierto. También en medio de los escombros de las guerras y en los campos de refugiados. Lo hicieron juntos en familia y también en el silencio de la soledad. Niños, jóvenes, adultos y ancianos de cada país, lograron unirse a la oración del Padrenuestro dirigida por el Papa Francisco gracias a la difusión a través de los medios de comunicación.





El Papa Francisco introdujo la plegaria transmitida por Vatican Media y reproducida por medios del mundo con estas palabras:

Queridos hermanos y hermanas,
Hoy nos hemos dado cita, todos los cristianos del mundo, para rezar el Padrenuestro, la oración que Jesús nos enseñó.
Como hijos confiados nos dirigimos al Padre. Hacemos esto todos los días, varias veces al día; pero en este momento queremos implorar misericordia para la humanidad duramente golpeada por la pandemia del coronavirus. Y lo hacemos juntos, cristianos de todas las Iglesias y Comunidades, de cada tradición, de todas las edades, lenguas y naciones.

El Pontífice se detuvo en particular en las personas que están sufriendo directamente los efectos de la pandemia causada por el Covid-19:

Rezamos por los enfermos y sus familias; por los trabajadores de la salud y los que los ayudan; por las autoridades, los organismos encargados de hacer cumplir la ley y los voluntarios; por los ministros de nuestras comunidades.
Hoy muchos de nosotros celebramos la Encarnación del Verbo en el vientre de la Virgen María, cuando en su humilde y total "Aquí estoy" se reflejó el "Aquí estoy" del Hijo de Dios. Nosotros también nos encomendamos con plena confianza a las manos de Dios y con un solo corazón y alma rezamos:

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.


 
Luego, para el viernes 27 de marzo, el Pontífice ha anunciado que será un tiempo de oración y adoración del Santísimo Sacramento, al final del cual dará “la bendición Urbi et Orbi” con la “posibilidad de recibir la indulgencia plenaria”.

 

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