Medios de comunicación: Llamados a doblar sus rodillas ante Cristo

27 de marzo de 2014

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Se hacen presentes de forma digital, impresa, auditiva o audiovisual. El impacto de su acción es tal que logran moldear creencias e incidir en las vidas de quienes leen, escuchan y reciben lo que nos dicen. Son los medios de comunicación masiva (MCM en el resto de la columna).
 
No deja de sorprender el hecho que muchos de ellos omiten, desvirtúan o derechamente rechazan todo aquello que comunique la experiencia de la fe cristiana… que corresponde a la vida de las mayorías que habitan en Chile y Latinoamérica. So pretexto de neutralidad laica toman la bandera del ateísmo o agnosticismo. Parapetados tras una engañosa libertad y modernismo -sin ética ni contenido de valor- promueven en sus contenidos ideologías que deshumanizan y esclavizan.
 
Pero señores de los medios de comunicación. ¡Entérense! Hay una buena nueva de arrolladora transformación que es la gran noticia (les guste o no): Chile y Latinoamérica son y seguirán siendo de Cristo. Hoy entre católicos y protestantes los chilenos sumamos casi el 90 por ciento de la población.  ¿Por qué entonces los MCM se niegan a esta identidad en sus contenidos?... Sin embargo no trepidan en bombardear con basura a nuestros niños, jóvenes y personas cuya escaza formación u otras fragilidades les dificultan la discriminación reflexiva de lo que a diario escuchan, ven o leen en los MCM.
 
Es evidente que tras lo dicho por el locutor de radio o televisión, tras el medio impreso o el digital, tras lo que se dice o muestra y lo que no se dice o no se muestra, existen otros que toman la decisión y sobre ellos las empresas que financian con publicidad y más allá otros señores que tienen un objetivo que hoy es claro… Acabar con la fe cristiana.
 
Para ello la estrategia es mentir, desvirtuar, magnificar u omitir. Escuchaba hace unos días a una mamá que quiso enviar a su hijo de quince años a la catequesis de confirmación. Pero el hijo le respondió que no, “porque mientras más conocía de la historia de la Iglesia menos creía en ella”… ¿Dónde creen ustedes que fue engañado? A millones como él los privan de la verdad… que Dios existe, nos ama y está presente en nuestras vidas a cada instante; lo privaron de informarse que la mayoría de las personas son buenas y que existen millones de anónimos que por amor a Cristo actúan con amor al prójimo en miles de acciones anónimas… que aún esperamos todos los MCM den a conocer.  
 
Un sacerdote canadiense me decía tiempo atrás que en su país, donde padecen una cruz semejante, el parlamento pretendía que se sacara de todo edificio las cruces cristianas porque no representaban al estado laico (sic). Recuerdo también que en Francia hace unos años atrás, no dejaron entrar a un sacerdote católico a un colegio público porque iba vestido con su traje clerical…
 
Hablo y denuncio que los MCM son siervos de esta ‘nueva pillería’ de minorías aliadas con “los poderosos del mundo” para instaurar con guante blanco la dictadura del laicismo (nuevo rostro maquillado del ateísmo en nupcias con la masonería), pretendiendo aplastar el alma del creyente.
 
¡Pero no teman! Antes bien oremos por aquellos que nos persiguen. El sello que Cristo ha plasmado en su Iglesia es su propia Sangre Redentora, exhortándonos a orar por quienes nos persiguen y amar a nuestros enemigos: “No hay amor más grande que dar la vida por los amigos (Jn 15,13).
 
No teman, el triunfo es de nuestro Dios y miles de años de historia nos lo muestran. Dios nos comunica la palabra en Cristo, Palabra que nos humaniza, nos renueva, nos levanta, nos hace hermanos; nos ayuda a recuperar nuestra identidad de hijos y sentido trascendente que se nos regaló en Jesús… “La palabra se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1, 1-18) y Cristo, que viene del Padre, nos comunica su rostro: “Quien me ve a mí, ve al Padre...”, nos enseña Jesús cuando le habla a Felipe en el evangelio (Jn 14, 8).
 
Los medios de comunicación no son entes abstractos. Son personas las que allí toman y despliegan decisiones… son también, como nosotros, llamados a ser fieles a la Verdad y –lo reconozcan ahora, luego o cuando sea demasiado tarde- están llamados a doblar sus rodillas ante Cristo.
 
Que Dios Padre bendiga a todos, nos conceda su misericordia, la gracia de la conversión y el auxilio del Espíritu Santo para dar testimonio del amor de Cristo, con nuestra propia vida si fuere necesario.

 

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