Discurso sobre su homosexualidad: ONU

11 de julio de 2014

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Tenemos la suerte de contar con personas como Sean Patrick, que han vivido la experiencia profunda del cambio, dejando atrás su atracción hacia personas de su mismo sexo y desean contarnos su historia. Este es un discurso pronunciado por Sean Patrick a los delegados de la ONU sobre la homosexualidad y la terapia de cambio.
 
"Este es un discurso que pronuncié en enero de 2012 a un grupo de 20 delegados de la ONU que asistían a una conferencia en mi ciudad. Tuvo tan buena acogida, que me pidieron que lo pronunciara nuevamente al año siguiente. Los delegados nunca habían oído antes hablar de la posibilidad de cambio, esto reforzó la resistencia que ya experimentaban a la agenda "gay" en sus países.
Hoy en día experimento tanta alegría que hace que se me olvide lo mal que lo pasé una vez.

Estoy tratando de recordar esos días para poder dar este discurso ahora. Lo que me motivó a buscar la terapia fue la angustia e insatisfacción que estaba experimentando en mi vida. Sentía nerviosismo y ansiedad cuando estaba alrededor de hombres. Me sentía como un observador externo, no encajaba en ningún sitio...ni con hombres heterosexuales, ni con hombres "gay". Me sentía perdido, sin propósito ni dirección. A menudo estaba deprimido, como si estuviese en un profundo agujero negro y sin salida.

Los encuentros sexuales con hombres sólo empeoraban las cosas. No satisfacía lo que yo buscaba, de hecho ni siquiera sabía lo que buscaba. De alguna manera tenía que encontrar el modo de conectar con mi masculinidad. Así que después de años, siendo sexualmente activo con hombres, intenté reducir mis encuentros, pero quedé atrapado en la pornografía gay y todavía mantenía algún encuentro. No me gustaba nada esta atracción, había tocado fondo. No podía continuar.
 
Tenía que enfocar esta situación desde el punto de vista psicológico y ver si podía reducir la atracción no deseada y conectar de una manera saludable con el mundo masculino. Empecé terapia con Floyd Godfrey. Me ilusionaba saber que Floyd creía que era posible el cambio en mí. El hecho de que yo fuese un escéptico por naturaleza sembraba la duda en mí, pero creía en Floyd. El me sugirió que leyera libros sobre (AMS) Atracción al mismo sexo. En esos libros había muchas cosas que me hablaban de mi vida y eran un reflejo de mi experiencia personal. Una vez que entendí los "porqués" de mi AMS los muros se fueron derrumbando ante mí. Me di cuenta de que la atracción que yo experimentaba hacia las mujeres, cuando era joven quedó enterrada con mi AMS.

Me enteré de que en general, no hay una causa solamente la que provoca la atracción al mismo sexo (AMS). Son como muchos hilos de un cable cada uno con causas diferentes pero que están todos unidos. En la terapia comenzamos profundizando en mi infancia. Mi padre era un hombre encantador, pero alcohólico, esto no ayudó a que nuestra comunicación fuese fluida. Mi madre criticaba constantemente a mi padre y esto provocó que me separara de mi padre y perdiera el respeto hacia él, terminé aferrándome mucho más a mi madre. Mi hermano era extremadamente crítico y acabó con la autoestima que yo luchaba para adquirir.

Así que cuando llegué la pubertad, me convertí en el candidato ideal para ser atraído hacia los hombres, en un intento de obtener de alguna forma masculinidad y sentirme aceptado. Esos sentimientos pronto terminaron sexualizándose. Hacia los 20 años, empecé a tener relaciones con hombres, aunque no era algo que yo hiciese público.
Pero sí actuaba públicamente ya que iba a bares “gay” y parques. Yo no aceptaba esta práctica como algo bueno y no estaba en mí el sentimiento de "Orgullo Gay".

En la terapia analizamos lo que provocó mi atracción sexual hacia los hombres. Sentía admiración por hombres musculosos y quería ser como ellos, me sentí atraído hacia ellos. Si se fijaban en mí y me hacían sentir especial, entonces mis necesidades estaban satisfechas. El sexo era la expresión definitiva de que me aceptaban, o al menos eso pensaba yo.

Me enteré de que la atracción en sí era algo normal, pero el problema era que yo la sexualizaba. La envidia parecía ser en mí un tema pendiente. Me enseñaron a enfrentar mis miedos, decidí ir a un gimnasio nuevo y enfrentar mi problema de envidia. Cuando veía a un hombre musculoso me acercaba a él de una manera no sexual, me presentaba, le saludaba, le preguntaba su nombre y lo memorizaba para saludarle otro día por su nombre. Le preguntaba sobre sus entrenamientos y le felicitaba por sus buenos resultados. Me llevaba la sorpresa de recibir igualmente felicitaciones por mi progreso. De esta manera conseguía dos cosas: des-mitificar a los hombres y des-sexualizarlos, al mismo tiempo que obtenía esa afirmación que tanto reclamaba de ellos.

Cuanto más lo hacía, más me sentía como uno de ellos. Me sorprendió descubrir que a todo tipo de hombres les gustaba recibir afirmaciones tanto como a mí. Empecé a sentir que estaba realmente dándome al tiempo que recibía, esto me hacía feliz. Cuanto más lo practicaba más seguro me sentía de mi propia masculinidad. Mi autoestima iba en aumento, sentía que podría ser querido y aceptado.

En mi comunidad religiosa, me paraba a charlar con los hombres y sus mujeres, jugaba con sus hijos. Sabía que tenía que hacer este esfuerzo para conectar y valió la pena porque me sentía aceptado y querido. Significaba mucho para mí sentirme aceptado por hombres con los que compartía los mismos valores.
Empecé a darme cuenta de que mi atracción sexual hacia los hombres iba disminuyendo. Mis necesidades emocionales estaban cubiertas sin tener que recurrir al sexo. Ahora, no experimento este deseo ni tampoco la necesidad de ver pornografía gay. Y si experimentase algún impulso, no me arriesgaría a perder todo lo ganado. ¡Estoy disfrutando ahora tanto! ¡Mi atracción sexual hacia los hombres ha desaparecido!

También aprendí que debo mantener relaciones saludables y actividades normales y sanas con hombres. Trabajé mucho por mantener amistades a largo plazo. En el pasado, tenía miedo de que una vez me conociesen no les gustase. Ese sentimiento se ha esfumado. Sé que me valoran y yo también me valoro ahora.

Como soltero quiero ser prudente, pero la idea del matrimonio está creciendo cada vez más en mí y con más fuerza. La atracción sexual hacia las mujeres también se ha incrementado. Estoy quedando con muchas mujeres para conocer a la que será mi mujer y pasar con ella el resto de mi vida. Ahora sé que es posible seguir adelante con mi vida. Cuando miro hacia atrás veo cómo me había aislado, pasaba tanto tiempo en el ordenador inmerso en la pornografía. Ahora me siento tan libre y conectado a las personas en mi vida. Ahora vivo con sentido de pertenencia.
No podría ser más feliz. Estoy muy contento de haber tenido la oportunidad de poder elegir esta terapia. Mi preocupación ahora es que a otros se les niegue su derecho a tomar una decisión hacia la terapia. Espero sinceramente que la elección siempre esté ahí para todos, hombres y mujeres con AMS como lo estuvo para mí.

Gracias por escucharme".

Versión traducida: The Speech (to UN Delegates) By Sean Patrick.

Este testimonio ha sido cedido por: voices-of-change.org


Para quienes siguen el "Cuaderno de Terapia de Emma", acaba de publicar su 2ª página (Pulsa aquí)


Si quieres conocer más sobre la AMS y la terapia de cambio, visítame en mi blog: LoSé

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