La violencia es derrotada en Cristo

05 de septiembre de 2014

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El origen de la violencia en  nuestro tiempo tiene sus raíces más profundas en el pecado de la soberbia y en el individualismo materialista que afecta al hombre moderno y que sigue cobrando víctimas hoy en distintas latitudes sin  respetar edades, ni sexo, religión o condición social.

 Chile no es ajeno a ello. Pareciera que la violencia se ha institucionalizado en la sociedad. ¿Las marchas de protesta tienen que terminar necesariamente en vandalismo? Todas las manifestaciones parecen infiltradas por el mismo flagelo.

Vemos también el fenómeno en las familias: Femicidios, parricidios, maltrato, abuso y abandono como parte de esta nueva cultura emergente que se abre paso a través de la fuerza pisoteando al otro que no piensa como yo y que se encuentra en una situación de inferioridad con respecto a mí.

Sorprende escuchar a grupos que  apoyan y justifican la violencia como expresión; y al maltrato como justicia; y a otros que se han atribuido un poder vengador y que buscan al margen de la ley  hacer lo que ellos quieren constituyéndose en jueces y verdugos  de los que ellos consideran son objetivos de su odio y rencor con los cuales pueden abusar y maltratar en la más  absoluta impunidad.

Hace pocos días atrás algunos países "amigos" de Chile alertaron a sus ciudadanos que visiten nuestra nación, que deben cuidarse por los bombazos… los mismos que generan violencia en otras latitudes del mundo donde también gozan de impunidad internacional.

En Medio Oriente están muriendo miles de cristianos torturados, violentados, decapitados, vendidos como esclavos y a quienes se les roban sus bienes. Las organizaciones internacionales que debería velar para que esto no suceda ni siquiera se pronuncian  con fuerza y es más, omiten el término” cristiano” cuando se refieren a ellos.

La violencia contra los pobres en el ámbito  de la salud y la educación pública. Sus sueldos no alcanzan para satisfacer necesidades que son básicas. Recuerdo una vecina que necesitaba  un examen al estómago... el costo superaba todo lo que ganaba y solo debía  esperar la  caridad de un médico con corazón cristiano que la atendiera… Luego un hombre con diabetes que por ser pobre fue mal atendido en un centro de salud de sector empobrecido que le provocó una gran infección y ahora deben amputarle  sus dedos; lleva varios días esperando una cama para poder ser intervenido, mientras tanto yace en una sillón del hospital; otra pobre mujer a la  que le hicieron una punción a su mamá en un centro de salud pública, sin asepsia en la misma sala  de atención lo que le produjo una tremenda infección que  terminó con la  extirpación de su mama enferma… Otros tantos mueren esperando porque los hospitales públicos siguen colapsados.  Escucho los lamentos de mi gente que me dicen que ¡no tienen para “Parar la Olla”!; no tienen como pagar la electricidad y están encalillados con deudas que no pueden pagar porque están sin trabajo… ¡¡Eso también es violencia!! 

La tortura en cualquiera de sus formas debe ser repudiada,  no puede  ser permitida bajo ningún pretexto. La  violencia nos deshumaniza y nos pone perversos… La violencia presente en el discurso de quienes la ejercen es una lacra; pero me conforta saber que fraternizando con mis hermanos que padecen el dolor me uno a la pasión de Cristo y me permite ver la pobreza y la miseria del corazón del hombre cuando está lejos de Dios… ahí vienen a mi mente las palabras de Jesús desde la Cruz: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”… 

¡Qué difícil es comprender que en la mente del ser humano se puedan gestar ideas de tanta maldad y odio!… pero desde la fe puedo percibir la acción del enemigo en sus conductas, porque él les ciega ante la realidad que afecta al otro.  Hace pocos días atrás fui entrevistado por algunos medios de prensa con respecto a los dolorosos acontecimientos sucedidos en la cárcel de mi ciudad donde un grupo de internos fue agredido cruelmente con palos y puntapiés , imágenes que fueron publicadas hace poco pero  los hechos sucedieron el año  pasado,  en ambos medios  insistí en lo mismo: “Nadie tiene  derecho a  maltratar a otro ser humano y rechazamos  la violencia del lado que  venga”. Esos acontecimientos no son hechos aislados en nuestras cárceles… Hace años atrás denuncié los mismo, con fotografías incluidas; no tuvo el  mismo revuelo porque quedó en las  esferas de la institución, pero esta vez  fueron publicadas las imágenes en la televisión después que  el ministerio publico accediera a ellas…. Violencia genera más violencia y no resuelve los conflictos que queremos resolver…Los  coletazos aun siguen…. Solo sigo rezando y pidiendo a Dios cordura y paz… ¡Bendiciones!

 

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