La cultura de la muerte está derrotada, ¡sean fuertes en la Fe!

01 de agosto de 2013

Compartir en:



Jesús es la buena nueva inesperada que restauró el sello fraterno de toda relación humana de la cultura pasada, presente y futura. Primero nos muestra a Dios como Padre y luego que el prójimo es todo hombre o mujer y no solo los del propio grupo familiar o religioso. Nos desafía señalando que nos reconocerán como sus discípulos cuando efectivamente amemos a nuestros enemigos y oremos por nuestros perseguidores.
 
No son vanas palabras. Desde la cruz El mismo declara la inocencia de sus verdugos: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. Quien quiera o diga seguir a Jesús, debe tomar su Cruz para ser uno con Él. Renunciar a todo, deshacerse de todo lo que le impide acceder al único tesoro que es El mismo. 
 
Esta verdad es hoy urgente cuando reflexionamos en los graves hechos que afectaron a la comunidad católica, por lo ocurrido en la catedral de Santiago de Chile, el día 25 de julio pasado en la fiesta patronal de la ciudad… Manifestantes pro aborto rompiendo el recorrido autorizado, ingresando en el templo Catedral, ofendiendo y profanando la eucaristía que se celebraba; enceguecidos por la cultura de la muerte que promueven grupos anticristianos y partidarios de filosofías que reducen al ser humano a una ‘cosa’; y en el caso de los niños que están en el vientre de sus madres, a una enfermedad para la cual la terapia del aborto es el alivio.
 
Esos mismos grupos alegan derechos y tolerancia, valor que no conocen porque quieren implantar la tiranía de la muerte que busca también hacer desaparecer a todos los que no piensan igual que ellos: eso es dictadura, no militar, pero sí de muerte. Insisto en lo que he señalado en otras columnas de este periódico… Reviven la barbarie de Hitler: buscar la raza perfecta donde desaparecen los que están enfermos, los que vienen con taras, los minusválidos, los que no podrán valerse por sí solos.
 
Por cierto para estos grupos organizados, para sus lobby que denuncia nuestro querido Papa,  los cristianos somos un estorbo,  porque nosotros ¡amamos la vida y somos discípulos de Cristo que es el Camino, la Verdad y la Vida…! No en vano mueren en el mundo cien mil cristianos al año perseguidos a causa de su fe. Somos la religión más perseguida en el mundo por el solo hecho de amar. El genocidio más grande a lo largo de la historia es el cristiano y de él no se habla. Las grandes dictaduras ideológicas del mundo han destruido comunidades enteras en su afán de hacer desaparecer la Iglesia desde su nacimiento hasta nuestros días.
 
Somos contrarios a la muerte y hasta nuestros enemigos son nuestros hermanos. Dios creó todo y vio que todo era bueno dice la Biblia y por eso creo que no existen personas malas sino personas que tienen conductas malas por causa del pecado que acumulamos en nuestra vida y por nuestra soberbia ante a Dios. Queremos ser como dioses y algunos individuos creen que lo pueden manipular todo y siembran ideas de muerte y violencia entre los seres humanos por buscar y privilegiar intereses económicos que favorecen la ambición de grupos transnacionales que lucran con la vida humana. 
 
No seamos tan ingenuos como para pensar que esta marcha pro aborto es un hecho aislado, convocado por un grupo de chilenos contestatarios. Es parte de un movimiento concertado en diversos lugares del mundo, que aparece periódicamente con la misma dinámica. Recuerdo que en Argentina hace un tiempo atrás también otras comunidades de Iglesia fueron atacadas en reiteradas ocasiones. Allí las pro abortistas, unidas a movimientos de homosexuales y lesbianas, junto a movimientos ateos organizados y otros, a dorso descubierto buscaban profanar el lugar sagrado. Pero jóvenes cristianos valientes lo impidieron formando una cadena humana alrededor del templo mientras las mujeres los vejaban, insultaban, agredían, sin que ninguna autoridad hiciera algo para detener semejante vejamen.
 
En Europa un obispo fue insultado y agredido por un grupo pro aborto utilizando la misma modalidad y en Estado Unidos un anciano sacerdote fue también atacado con brutalidad por defender la vida que está por nacer. Si los grupos ofendidos no fuesen cristianos lo más probable es que los medios de comunicación, siervos de los grupos económicos imperantes, rasgarían vestiduras por la ofensa y el vejamen por el cual los agresores deberían pedir disculpas públicas.
 
La cultura de la muerte busca justificar filosóficamente sus ideas homicidas con el apoyo de grupos antirreligiosos  siervos del sistema materialista y hedonista que manejan la economía mundial. Se justifican diciendo que somos muchos millones de seres humanos, que la tierra no podrá sostener tantos habitantes y siempre dirigen su mirada hacia los más indefensos y pobres quienes pagan el precio. Acomodan y acumulan en pocas manos los recursos, sin respeto por los seres humanos que mueren de hambre mientras los dominantes derrochan en comida, vicios y lujos que roban a los pobres.
 
Los católicos tenemos un desafío: vivir lo que creemos y celebramos, empoderándonos de lo que nos ha sido confiado, amar nuestra fe, tener una vida más santa y consecuente, amar al prójimo como a nosotros mismos, haciendo el bien y defender la vida a como dé lugar, aun a costa de nuestra propia vida como lo hacían los mártires y lo siguen haciendo hoy. El Señor nos regala un tiempo particular de Gracia para que testifiquemos su amor y demos gloria a su nombre. Para orar por la conversión de nuestros perseguidores y amar a nuestros enemigos y proteger nuestros templos, pues allí está Cristo sacramentado… la mayoría del tiempo sólo y abandonado. ¡Hermanos no teman y recuerden: Ningún poder humano, ni grupo económico, ni político, ni ideológico, tiene lo que hemos recibido nosotros: CRISTO EL SEÑOR! ¡Suyo es el triunfo, sean fuertes en la Fe!
 
Al acabar esta columna me he enterado que el arzobispado de Santiago presentó querella judicial ante los tribunales contra todos los que resulten responsables. Los pro abortistas han recibido el repudio de la mayoría de la ciudadanía a través de los distintos medios de comunicación del país y el mundo, muchos han solidarizado con la Iglesia mostrando su apoyo. BENDITO SEA DIOS…Un abrazo y bendiciones.

Compartir en:

Portaluz te recomienda