Era apenas un adolescente y durante una Adoración Eucarística decidió entregarse por entero a Dios

01 de junio de 2018

El adolescente italiano Alessandro también pasó por el Centro Vocazionale Gozzano, cerrado en 2016 tras conocerse de abusos a menores en el lugar. Él no fue una víctima directa y aunque sufre por lo ocurrido, su vocación sigue firme.

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En 2016 la Congregación Legionarios de Cristo cerró el seminario ‘Centro Vocazionale’ en Gozzano (Italia), luego de que tres jóvenes denunciaran haber padecido allí, el año 2008, abusos sexuales y otras violencias -siendo menores de edad- por parte del director del ‘Centro’ y que era entonces sacerdote (ya fue expulsado y reducido al estado laical), Vladimir Resendiz Gutiérrez.
 
Más allá del escándalo mediático, del debido proceso en la justicia civil que se está siguiendo contra el acusado, conocer los hechos dejó profundas heridas en las víctimas directas, sus familiares y amigos; como también en muchas mujeres u hombres que emocional y espiritualmente son heridos por estos actos reñidos con la justicia, la moral y la sana convivencia. Sin embargo no todo lo vivido durante aquellos años en el “Centro Vocazionale” en Gozzano, fueron signos de muerte. El siguiente testimonio que Portaluz presenta lo deja en evidencia.

“Dos religiosos de gran valía”

Ese año 2008, fatídico para las tres víctimas ya mencionadas, el niño de 10 años de edad Alessandro Verzini, nacido en un pequeño pueblo a las afueras de Verona (Italia), estaba feliz porque durante el verano asistiría a un campeonato de fútbol, su pasión deportiva. No podía imaginar que al fragor de esa actividad, Cristo comenzaría a conquistar su corazón; según él mismo lo cuenta, con 16 años de edad, en el blog del citado ‘Centro Vocacional’ en mayo de 2014. El torneo estaba organizado por dos sacerdotes misioneros de los Legionarios de Cristo que dejaron un impacto positivo en el niño Alessandro. “Me divertí mucho y fue precisamente ese día que conocí al P. Timothy y al Hno. Alessandro Magnoni, dos religiosos de gran valía y con un gran espíritu de acogida y oración. La figura del sacerdote legionario me entusiasmó inmediatamente, tanto que continué manteniendo contacto con ellos. Fue una experiencia maravillosa y quería repetirla”.
 
Pero con el regreso a clases aquél fervor pasó y olvidó “por completo”, dice, aquél encuentro. Desde pequeño, agrega, nunca había dado tampoco “mucha importancia a la oración ni a la figura de Cristo”.

Con la llegada de un nuevo verano fue su madre quien le sorprendió al decirle que aquellos sacerdotes lo invitaban a un campamento. Alessandro disfrutó feliz la experiencia y estaba agradecido por esos días de vacaciones con otros chicos de su edad, pero no esperaba, confidencia, que al finalizar los sacerdotes le invitaran a visitar un seminario… “Para ser honesto, no estaba muy convencido de querer hacerlo porque quedaba muy lejos de casa, pero luego acepté”.

No era la casa de la familia Adams

Así fue como llegó por primera vez al Centro Vocacional en Gozzano, para una visita de dos semanas. “Cuando vi la fachada del edificio (aún sin pintar) pensé que había terminado en la casa de la familia Adams, afortunadamente no fue así”.

Alessandro dice haber estado feliz durante esos días conociendo a los seminaristas, quienes le parecieron “jóvenes llenos de vida” y con los que inmediatamente hizo amistad. “Estaba viviendo un momento inolvidable desde todos los puntos de vista, tanto humanos como espirituales, y no quería que se me escapara…”.

Pero eso fue lo que ocurrió. Al regresar a casa y su rutina, el solo hecho de confrontarse con la idea de dar un año de su vida a Cristo -cual era al parecer la invitación a quienes visitaban el ‘Centro’-, lo asustaba y rápido Alessandro sacó de sus pensamientos lo vivido.

Ven y sígueme

 

El año siguiente pasó en un abrir y cerrar de ojos y llegó el verano. Nuevamente su madre le recordó que quizás podría contactar a los ‘padres’ y él acogió la propuesta "sin pensarlo dos veces". Esta vez, en una experiencia que ya conocía percibiría una inesperada presencia de Dios y esto transformaría el alma de Alessandro. “Me propuse vivir el curso vocacional con más fervor. Recuerdo muy bien los momentos de oración, pero sobre todo aquella hora de Adoración Eucarística que me impactó de una manera particular. Era la tercera semana del curso y esa tarde P. Kristian nos invitó a considerar todo lo que habíamos recibido de Cristo y lo que le habíamos dado; fue precisamente en ese momento cuando decidí entregarme por entero a las manos de Dios”.
 
Con el paso de los años dice Alessandro “a pesar de las dificultades de cada día, todavía puedo experimentar la presencia y el amor de Cristo en mi vida”.  Tiene ya veinte años y por estos días se encuentra en el noviciado del  Movimiento Regnum Christi en Salamanca (España).


Último video testimonial (2017) de Alessandro



 

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