Una directora de orquesta rescatada de la muerte. "La Virgen extendió su mano y dijo: ahora no"

14 de septiembre de 2018

"Apareció una mujer con la silueta de la Virgen, revestida de un blanco cegador…"

Compartir en:



Damiana Natali es una mujer que ha dedicado su vida a la música, una pasión que desarrolló junto a la fe que le transmitieron. Esta italiana del Piamonte -cuyo testimonio en español difunde el portal Cari Filii- es una de las pocas mujeres que dirige orquestas en el mundo y que además es compositora.

“Cuando dirijo las notas que me llegan de lo Alto, pasan por mis manos y las devuelvo como si fuera un instrumento que coordina algo ya presente en la inmensidad”, relata Damiana quien es también la fundadora de Ars Armónica una orquesta cuyos miembros hacen de la música un fin social.

En honor a la Virgen

Para Damiana, música y fe son inseparables, desde que ya con cinco años y en la sala de estar de su abuela, imitaba ser una directora de orquesta. Ahí empezó el germen de una vocación que agradece a Dios, y también a la mediación de la Virgen en sus momentos de oscuridad…

En entrevista con el semanario Credere, Damiana Natali afirma tener “en el corazón el deseo de componer un Ave María para voz solista y orquesta, dedicado a la figura de la amada Virgen María. Espero estar inspirada y que sea digna de ser ejecutada”.

Este, confiesa, es un deseo que viene de lejos, y para el que necesita tiempo y paz interior, pues no quiere componer cualquier cosa. Para ella, la Virgen María es alguien cercano con quien tiene un vínculo profundo desde que intercedió para curarla de una grave enfermedad.

La Madre de Dios intercede a la hora de la muerte
 

Recordando lo sucedido Damiana cuenta que “a los 18 años me dieron unos pocos meses de vida, debido a que nací con una malformación a nivel cardiovascular, un síndrome raro. Fui operada en Lyon, la cirugía fue un éxito, pero entonces mi corazón se detuvo, me sentí privada de la vida y que descendía a una velocidad indescriptible e introduciéndome un túnel negro. Fue entonces cuando apareció una mujer con la silueta de la Virgen, revestida de un blanco cegador que extendió su mano, y dijo: ‘ahora no’. Me envió de vuelta mucho más rápido de lo que estaba cayendo”.

Mientras continúa su relato a Credere, explica que en la ciudad francesa de Lyon “se encuentra la estatua dorada de la Virgen en la gran colina en la que se encuentra la basílica de Nuestra Señora de Fourvière”. Este apunte devocional Damiana lo cita pues al despertar de la operación días después… “cuando abrí los ojos, me encontré colgada en la pared, cerca de mi cama en el hospital una imagen de aquella Virgen y de la basílica. Más tarde me di cuenta también de que era visible desde la ventana, iluminada por el sol y el blanco de la nieve”, puntualiza.
 
La música es la voz de Dios
 
Como efecto secundario de la operación perdió la movilidad de un brazo, pero después de un duro año podría recuperarlo. También por esto, destaca, es claro que “me dieron una segunda oportunidad que iba más allá de cualquier expectativa que había sobre mí, sólo pude darle la bienvenida con gratitud y dar gracias por esta nueva vida. Nunca me habría imaginado poder volver a la música y más aún a la dirección, pero aquí estoy”, asegura.

Desde entonces, la vida de Damiana ha sido una continuación de retos, metas y éxitos fruto del sacrificio, la pasión que se confía con fe. “La música es la voz de Dios, un instrumento con el que nos habla y muestra la belleza del universo” señala y agrega: “es el lenguaje universal, utilizado en todo el mundo con los mismos símbolos. Es el alfabeto más corto que existe, pero puede expresar cada emoción, sin limitaciones sociales, de lugar y tiempo, nacionalidad, raza o sexo”.
 


 

Compartir en:

Portaluz te recomienda