Fray Juan María Crisóstomo (derecha) haciendo autostop con un hermano y una hermanita de Jesús y María. Fuente: Pequeños Frailes pobres.

Juan María, el fraile que vivió una extraordinaria experiencia cercana a la muerte

25 de enero de 2019

"Vi mi cuerpo cuando el médico intentaba ayudarme a volver a la vida... desde arriba. Al mismo tiempo, dos alas - bueno, eran algo así como un ángel - me llevaron a este lugar, un lugar muy hermoso."

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Acontecimientos admirables han dado forma a la vida de Fray Juan María Crisóstomo hasta llevarle a la pobreza radical y a la sencillez de su vocación de Pequeño Fraile de Jesús y de María.

Desde una curación inexplicable y luego una extraordinaria experiencia cercana a la muerte, Fray Juan tiene una historia que contar. Este hermano comparte a quien quiera escucharle su historia mientras hace autostop por los Estados Unidos e Italia; siempre con el propósito de recordarte y motivarte con la presencia de Cristo en la Eucaristía a lo largo del camino.

El comienzo de la vida de fray Juan en República Dominicana estuvo marcado por un trágico accidente. A los siete meses de edad se volcó desde la cuna y cayó en una chimenea. Las quemaduras severas dejaron sus ojos cerrados, la cabeza hinchada y los pulmones funcionando mal. Los médicos le dijeron a su madre que era muy probable que el niño muriera. “Después de esto, mi mamá me tomó llorando en sus brazos y le rezó a Mamá María: «María, intercede por él a través de tu Hijo, Jesucristo», dijo. Ella rezó esta hermosa y sencilla oración con fe”, cuenta fray Juan a CNA y agrega: "Tres días después de esa oración mi cabeza volvió a la normalidad, mis ojos volvieron a abrirse y mis pulmones empezaron a funcionar".

Los médicos -cuenta el fraile- lo llamaron un milagro y luego se pusieron a trabajar en su primera cirugía de reconstrucción facial. En los 30 años que siguieron tuvo 22 cirugías más en su cara. Sin embargo, más que centrarse en esta dificultad, el hermano dice que su misión es compartir la gran alegría y la paz que ha encontrado en la Eucaristía y en su "vida sencilla con Cristo". Este es el mensaje que Fray Juan transmite durante sus viajes de autostop por Estados Unidos e Italia.
 

Como parte de su formación con los Pequeños Frailes de Jesús y María, también conocidos como los Pequeños Frailes Pobres, Juan dormía en las estaciones de autobuses mientras abrazaba el carisma de la comunidad: "Salir a la calle" para "llevar almas a los sacramentos".

Los Pequeños Frailes de Jesús y María, una comunidad religiosa aprobada por el Vaticano en 2014, fueron fundados en Sicilia y abrazan la espiritualidad de la contemplación carmelita y la pobreza y evangelización franciscana.

Durante una peregrinación desde Houma, Louisiana -donde los Pequeños Frailes Pobres tienen una comunidad- a las escaleras sagradas en Santa Fe, Nuevo México, Fray Juan dice que se encontró con muchas "personas que estaban tratando de encontrar un sentido a sus vidas".

"Preguntan: ¿Por qué no tienes un coche? ¿Por qué no tienes una vida normal?" Fray Juan lo explica, y esto le abre la puerta para comunicar cómo "encontramos nuestra paz".

Sin embargo, no todas las personas con las que se encuentran son acogedoras. "Algunas personas llamaron a la policía porque nos confundieron con terroristas de ISIS. Siete carros de policía vinieron y nos rodearon con armas de fuego", asevera. "Nerviosos y asustados.... les preguntamos: ¿Por qué nos hacen esto? Venimos en la paz de Jesucristo”. Después de poner la verdad en la situación la policía se disculpó y les dijo a los frailes que podían quedarse todo el tiempo que quisieran.

Fray Juan que está ahora formándose en Roma para ordenarse sacerdote en algunos años, relata cómo su vocación le fue confirmada después de una experiencia durante una de sus cirugías faciales… A los 14 años le habían quitado un injerto de piel desde la espalda para que pudiera mover el cuello. Después de la operación, las complicaciones de la anestesia hicieron que el electrocardiograma se aplanara en la sala de recuperación. Su corazón se había detenido, recuerda.
 
Durante ese tiempo tuvo una experiencia extraordinaria y así lo narra:
 
"Vi mi cuerpo cuando el médico intentaba ayudarme a volver a la vida... desde arriba. Al mismo tiempo, dos alas - bueno, eran algo así como un ángel - me llevaron a este lugar, un lugar muy hermoso. Vi a Mamá María y vi a Jesucristo. Jesucristo estaba en su trono. Tenía una ropa blanca muy brillante. Con una sonrisa asombrosa María dijo: «Hijo mío, no es tu tiempo porque tienes una misión que cumplir en la tierra». Después de que ella me habló, volví rápidamente. Esto cambió todo en mi vida. A través de esta bella visión, comprendí que sólo nos quedamos un tiempo en este mundo. Comprendí que necesitamos vivir una vida con valores. Creo que el infierno existe, y sé que el paraíso y el purgatorio existen. Hoy, cuando rezo y comulgo en la Eucaristía, le digo algo a Dios a través de María. Yo digo: «María, ayúdame porque no quiero que mi corazón se convierta en una roca. Quiero un corazón de carne, un corazón simple y abierto»".

 

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