Exorcista Luis Escobar: Nuestra Señora del Rosario de Fátima visita Chile dando "una particular batalla contra el demonio"

05 de octubre de 2019

Creo que la Virgen, así como en las bodas de Caná intercedió para que Jesús convirtiera el agua en vino y la fiesta no se quebrara, vio que aquí en Chile algo parecido estaba pasando. "Se les acabó el vino, así es que voy a ir para allá…", le tiene que haber dicho la Virgen a Jesús en el cielo.

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El día 16 de septiembre Chile recibió por primera vez en su historia la Imagen de Nuestra Señora del Rosario de Fátima enviada en visita oficial desde su santuario en Portugal para recorrer hasta mayo de 2020 diversas diócesis de ese país sudamericano remecido en años recientes por los escandalosos delitos de abusos cometidos por algunos sacerdotes, religiosos y religiosas.

En esa contingencia propicia para que los históricos críticos y enemigos de la Iglesia disparasen sus piedras a mansalva, los golpes han sido recibidos por la mayoría de los miembros de la Iglesia, inocentes de ser responsables de esos delitos: laicos, sacerdotes, obispos, religiosas y religiosos.
 
En este contexto de dolor, de solidaridad con las víctimas, de creer que eran muy pocos quienes continuaban identificándose en Chile como católicos, un grupo de laicos chilenos, que como único nexo tenían el ser católicos, amigos entre ellos y devotos de la Virgen María, se organizaron como “Misión Fátima Chile” para traer la referida imagen y difundir los mensajes dados por la Virgen.
 
Ni este grupo de laicos, ni obispos y sacerdotes que aceptaron recibir la imagen, ni el presidente de la República de Chile que la recibió en el Palacio de Gobierno, ni menos los medios de comunicación podían suponer el fervor que esta visita de Nuestra Señora del Rosario ha comenzado a generar, avivando la fe, en miles de chilenos.
 
Para ahondar sobre lo que está ocurriendo con esta peregrinación, Portaluz entrevistó al conocido sacerdote y exorcista, el padre Luis Escobar Torrealba quien ha destacado no solo el fondo espiritual de esta peregrinación, sino los desafíos que en su parecer han de asumir los fieles.
 
 
Usted acaba de recibir en su territorio parroquial y llevado a otros rincones de la zona la Imagen de Nuestra Señora de Fátima enviada desde su santuario en Portugal. ¿Chile estaba necesitando una visita del cielo para sanar heridas…?
Desde el punto de vista de los frutos para el país, yo espero que la visita de la Virgen nos ayude a reencontrarnos como chilenos. Acabar con los odios que nos han dividido durante tantos años, dejar atrás el pasado que nos ha paralizado y nos tiene estancados; a no dividir el país en buenos o malos, en ricos y pobres, en violentos y pasivos. No. Sino que reunir este país en un solo rebaño porque somos una sola nación.
 
 
¿La Virgen intercesora en la contingencia?
Creo que la Virgen, así como en las bodas de Caná intercedió para que Jesús convirtiera el agua en vino y la fiesta no se quebrara, vio que aquí en Chile algo parecido estaba pasando. “Se les acabó el vino, así es que voy a ir para allá…”, le tiene que haber dicho la Virgen a Jesús en el cielo. Y vino a motivar la fiesta, la vida, la fe de la gente. Vino a ayudarnos a mirar que en este pueblo el tesoro de la fe está en la devoción popular, que está intacta; como un diamante en bruto, pero hay que cuidarla porque es un tesoro. No está en los escritorios de los grandes teólogos, ni tampoco en las oficinas de los grandes pastores. Eso ha quedado claro.
La fuerza que sostiene todo este edificio está en la fe popular, en la gente sencilla, que no han visto alterada su fe por todas las situaciones dolorosas que nos ha tocado vivir desde el ámbito de los pastores.
 
Pocos suponían que en Chile las personas saldrían masivamente a expresar su devoción a la Virgen recibiendo la Imagen de Nuestra Señora del Rosario
La Virgen es la Mamá y cuando los hijos están en problemas acuden a ella (…) El pueblo le está diciendo a los pastores que se animen, que la fe está viva, que la Iglesia está herida, pero de pie; que se pongan de pie con la sencillez de ser parte del pueblo.
 
 
De los mensajes dados en Fátima por Dios a través de la Virgen, ¿qué debería incorporar ahora ya el pueblo fiel de Chile?
A mi modo de ver dos cosas en primer lugar: penitencia y oración (del Santo Rosario). Penitencia que abarca el perdonar. El perdón es lo único que nos permitirá encontrarnos como una nación, un solo país. Necesitamos reconciliación desde el corazón.

¿Tiene algo más que decir sobre esta perspectiva espiritual que involucra la visita de esta Imagen enviada desde el Santuario de Fátima en Portugal?
Sin duda alguna la Virgen vino a dar una batalla particular contra el demonio aquí en Chile. Como lo vemos en el Evangelio, la Virgen pronuncia muy pocas palabras y lo que no entiende lo guarda y medita en su corazón. A Chile vino en silencio. La Virgen solo con su presencia está cautivando el corazón de todos sus hijos. Con el silencio de María somos llamados a actuar con esa misma prudencia y sabiduría de la Madre. Ella viene en silencio y su Imagen estremece al pueblo en sentido positivo. La gente rompe su rutina, deja todo para encontrarse con la Madre que les viene a visitar. Por esto se emocionan, lloran, suplican, se alegran, hay fiesta, mucha fiesta.


Extracto de un tramo de la peregrinación emitido por televisión regional de Chile:
 


 

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