Impactante testimonio revela la decisión que hizo posible un milagro

29 de septiembre de 2017

Silvia Fasana nació en Como (Italia), a orillas del lago que lleva el mismo nombre, se licenció en Obstetricia el año 2005 y era feliz no sólo por asistir a las mujeres en el momento del parto, sino apoyándolas en los meses previos y posteriores.

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El año 2009 Silvia Fasana dejaría su trabajo para dedicarse a formar familia y concretar con su esposo el mutuo anhelo de emigrar al extranjero; cuestión que sería realidad año y medio después al emigrar a Dubai, donde aún viven con sus tres hijas.
 
Cuatro años después de haberse afincado allí en los Emiratos Árabes,  tenían una vida estable. Roberto Avallone, su esposo, ya era consultor de una empresa multinacional y el saber que Silvia estaba embarazada de un cuarto hijo potenciaba la felicidad de esta familia.
 
Giacomo, una vida amenazada
 
Fue en la segunda visita de control, mientras su marido estaba en Italia por viaje de negocios, cuando recibió la noticia. El bebé padecía anencefalia; nacería entonces sin la mayor parte del cerebro y cráneo. Cualesquier adjetivo es insuficiente para plasmar lo que experimenta una madre al ser informada que el hijo alojado en su vientre padece una malformación que es habitualmente incompatible con la vida.
 
Creyendo que le ayudaban, los médicos ofrecieron a Silvia una solución legal y que, bajo su mirada profesional, permitía superar el trance dramático: aborto. Silvia guardó silencio y sólo los miró, llena de asombro, por respuesta.

En el dolor Dios sufre contigo

Roberto y ella fueron un solo espíritu para cuidar y defender la vida del pequeño, que llamaron Giacomo. El dolor y angustia permanente ante esa inesperada realidad que amenazaba llenarlo todo, fueron enfrentados por este matrimonio desde la fe, aferrados a Dios. Al mismo tiempo, en un ejercicio que le daba paz, Silvia fue narrando en un diario aquellas experiencias de ambos, pero también cómo imaginaba lo vivía su pequeño hijo. “Dios no engaña, y si permite una prueba tan difícil, debe ser para bien, debe ser para un buen proyecto para la conversión y salvación de muchos”, escribe en ese texto que hoy se ha transformado en el libro “Giacomo, il mio piccolo missionario”.
 
Los esposos no callaron lo que vivían y la distancia sólo fue un estímulo para que miles de personas apoyaran la batalla que daban Giacomo y sus padres, comprometiéndose en diversas expresiones de afecto y fe. Algunos les visitaban, surgieron grupos de oración, eucaristías e incluso un médico neonatólogo que desde New York (USA) les orientaba.

¿Cuál era el milagro?

La historia y testimonio de Chiara Corbella de quien Silvia supo en aquél tiempo; la fe inquebrantable de esa madre tras saber que su hija, María, padecía anencefalia fueron un referente. "Ella y su historia han sido para mí como un faro en la niebla, ver como lo imposible se hace posible, la prueba de que Dios no traiciona sus promesas", señala Silvia en su libro.

También fue de ayuda, dice, el consejo sabio de una Misionera Comboniana, italiana, conocida por haber sobrevivido a la barbarie y el secuestro en Uganda. Es la hermana Rachele Fassera quien casi profética le dice: “Tu Giacomo es un evangelizador, un pequeño misionero. Él, con su vida y presencia, dice sí a la vida. El Señor te hace ir entre médicos y hospitales porque quiere le digas a todos que Giacomo está aquí, vivo, y que tú decidiste no abortarlo. Porque su vida es valiosa”.
 
Finalmente llegó el día del nacimiento de Giacomo que también sería el de su pascua y llegada al cielo. Con su esposo, señala Silvia, hicieron a Dios muchas preguntas y finalmente pudieron comprender su respuesta, dónde estaba el milagro… “Giacomo vivió sólo ocho horas, pero marcó y cambió la vida a tantos. Hizo surgir interrogantes, dio consuelo, dio a todos la esperanza y certeza de que la vida es valiosa, siempre… ese hijo, como todo hijo, pedía ser acogido, amado y acompañado hacia la plenitud de su vida… breve y significativa”.
 
25.08.2017/ Silvia y su esposo Roberto testimonian en el “Encuentro de Rimini”




 

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