El terrorismo verbal de Carlos Peña contra el Papa

09 de enero de 2018

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Señor director

En un artículo del diario El Mercurio de Chile del domingo 7 y en carta del 9 de enero 2018, el señor Carlos Peña pone en duda los frutos de la visita pastoral del Papa Francisco a los habitantes de ese país sudamericano; y aprovechándose de tal circunstancia descarga toda su diatriba en contra de la Iglesia, sus enseñanzas y el aporte al bien común y la reduce a la moral sexual, pero olvida todo el bien hecho en favor de los más pobres con cientos de iniciativas sociales como por ejemplo el Hogar de Cristo. Y esto es aporte al bien común, pues nos invita a construir una cultura de la solidaridad pensando en los más pobres y vulnerables.

Por otra parte, y en fidelidad al Evangelio, la Iglesia no puede renunciar a una visión integral del hombre, el matrimonio y la familia conforme a una sana antropología cristiana, acogiendo siempre en un proceso de discernimiento que escucha y acompaña las situaciones complejas y difíciles de la vida.

Respetando la increencia del señor Carlos Peña cabe señalar, además, que el Papa ha condenado y pedido tolerancia cero en los casos de abusos sexuales en reiteradas oportunidades. Y si hay hechos con caracter de delitos aún pendientes, estos deben ser siempre investigados por los tribunales de justicia, ya sean civiles o eclesiásticos, toda vez que se presenten las denuncias formales conforme a derecho.

Por tanto, en el contexto de la visita, reitero que el Papa ya ha logrado muchas cosas. Una de ellas, por ejemplo, desde la sencillez del compromiso: 15 mil voluntarios dispuestos a servir durante el tiempo de la visita. En su mayoría jóvenes con vocación de servicio, lo cual le hace muy bien al país y esas semillas darán fruto abundante, pues se desarrollan en la cultura del encuentro que promueve la fe católica y no del descarte que promueve el laicismo ateo, beligerante e intolerante

Servicio, entrega, que se despliega desde una comprensión integradora del hombre y no dualista o maniquea como plantea el señor Peña al separar fe y cultura, pues estas son las dos caras de una misma moneda.

Asimismo, otro fruto abundante, es el testimonio sencillo y comprometido de los bailes religiosos del norte de Chile que se han preparado con total dedicación para celebrar la fe y recibir al Papa, siendo una expresión privilegiada de la religiosidad popular y de la cultura de Chile.

Finalmente, le pido – sinceramente – al articulista que no ofenda la fe del pueblo cristiano y su aporte a la cultura y el bien común con los valores de una fe sencilla, vivida y celebrada en medio de la ciudad. Y no tenga la menor duda – aunque no crea – que Dios sacará sus frutos de esta visita pastoral.

La Iglesia con sus pecados y virtudes, y siempre necesitada de purificación, irá adelante. Así lo prueba la historia de más de 2000 años de cristianismo.

 

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