Victoire dice que recuperó la salud y la fe "bebiendo agua de Lourdes"

01 de febrero de 2019

Luego de estar hospitalizada "por un episodio depresivo mayor" registró en un video su experiencia de Dios: "No creo que estemos hablando de una sanación milagrosa como las que se dan en Lourdes; pero a través de María tuve un encuentro diario con el Señor."

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Aún demasiadas personas desconocen que revistas científicas de prestigio internacional suelen publicar regularmente investigaciones cuyos resultados revelan que la fe y la práctica religiosa son factores protectores de la salud en las personas. Victoire era una de ellas. Esta joven madre francesa desconocía que asistir a misa, por ejemplo, potencia factores benéficos para la salud mental en personas que -como le ocurría a ella- padecen depresión (pulse para leer artículo de investigación relacionada).
 
Nacida en una familia católica practicante, creció “con la misa dominical y la oración diaria”, narra en un registro de video que puedes ver al final. Sin embargo, debió haber sido una fe tibia, pues Victoire no olvida que en su familia “los conflictos eran habituales”. Mirar su infancia es hablar de sufrimientos, de dificultades, dice, y puntualiza sin dar mayores detalles: “en concreto porque sufrí una agresión sexual”.
 
Llegados los años de juventud la tristeza fue siendo una realidad psico anímica habitual, hasta “perder el control” de su vida, señala, debiendo ser hospitalizada en medio de una crisis, afectada de “un episodio depresivo mayor”. Esta situación, agrega la joven, fue un remezón no sólo para ella, sino también para sus padres.
 
En medio de esta realidad que la desbordaba, estando hospitalizada -recuerda Victoire- su “abuela” la visitó y le llevó un regalo que la anciana consideraba poderoso: una pequeña botella con agua de Lourdes. “Ella era muy piadosa pues iba a Lourdes todos los años. Totalmente convencida me aseguró que bebiendo el agua de esta botella sanaría de mi enfermedad. Por supuesto que -por las circunstancias en que me encontraba- su agua de Lourdes me hizo sonreír. Sin embargo, incluso sin tener la convicción que da el ver todo desde la fe, cada día que pasé en el hospital bebí un sorbo de esa agua”.
 
“A través de María… Dios me tomó en sus brazos”
 
Victoire recibió el alta después de algunas semanas, y muy pocos meses después estaba definitivamente mejor. Hoy, mirando en retrospectiva, su experiencia no admite dudas respecto de lo que ha vivido:
 
“Sé que pude lograrlo gracias a esta agua de Lourdes. No creo que estemos hablando de una sanación milagrosa como las que se dan en Lourdes; pero a través de María tuve un encuentro diario con el Señor. Cuando tomaba ese diario sorbo de agua tenía un encuentro con Jesús, experimentaba confianza en Él.  En ese momento, cuando ya no tenía fuerzas para seguir adelante, me entregué a Él, me abandoné a Su voluntad. Fue Dios quien me tomó en sus brazos, quien me llevó. Creo que antes yo vivía mi fe pasivamente, dejando que Él caminase un poco delante de mí. Incluso si lo seguía, mi enfoque era pasivo. A partir de ese momento, decidí seguir adelante junto a Él y con Él”.
 
“Dios suscita personas en nuestro camino”
 
Una razón por la cual se decidió a dar este testimonio -destaca esta joven francesa- es compartir a otros la importancia de reconocer sus propias debilidades confiando plenamente en Dios, entregándose a Él, para dejarle actuar en la propia vida. “A veces se dice que nuestra vulnerabilidad nos acerca más al Señor. Pero creo que solo cuando reconocemos nuestra vulnerabilidad podemos acercarnos a Jesús”, afirma.
 
Madre de tres hijos, habiendo vivido post partos difíciles, aún “sintiéndome completamente abrumada, fatigada por la carga de trabajo”, fue complejo para ella reconocer que necesitaba de ayuda. Para su alegría y bienestar, “Dios suscita personas en nuestro camino para ayudarnos a crecer, a sanar; y así detrás de la ayuda que recibes, más allá incluso de lo que un médico puede hacer está la ayuda y el apoyo de Cristo en mi vida”, señala sonriente al finalizar su testimonio.




 

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