El Papa en homilía de Nochebuena... "Jesús nos dice hoy: «Te amo y siempre te amaré, eres precioso a mis ojos»"

24 de diciembre de 2019

"¡Humanidad, Dios te ama, se hizo hombre por ti, ya no estás sola! Antes de ir en busca de Dios, dejémonos buscar por Él", dijo también el Vicario de Cristo en su homilía.

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“Se ha manifestado la gracia de Dios”. La gracia de Dios, “que trae la salvación para todos los hombres, ha envuelto al mundo esta noche”. Con estas palabras el Papa Francisco dio inicio a su homilía, y ha afirmado que esta gracia es el amor divino, el amor que transforma la vida, renueva la historia, libera del mal, infunde paz y alegría.
 
“Jesús nos lo manifiesta esta noche. No cambió la historia constriñendo a alguien o a fuerza de palabras, sino con el don de su vida. No esperó a que fuéramos buenos para amarnos, sino que se dio a nosotros gratuitamente. Tampoco nosotros podemos esperar que el prójimo cambie para hacerle el bien, que la Iglesia sea perfecta para amarla, que los demás nos tengan consideración para servirlos. Empecemos nosotros. Así es como se acoge el don de la gracia. Y la santidad no es sino custodiar esta gratuidad”, reflexionó el Pontífice.
 
En esta noche, continuó, el amor de Dios se ha mostrado a nosotros: es Jesús. En Jesús, el Altísimo se hizo pequeño para ser amado por nosotros. “Y aunque no estábamos a la altura, Él se hizo pequeñez para nosotros; mientras andábamos ocupados en nuestros asuntos, Él vino entre nosotros”, señaló, la Navidad nos recuerda que Dios sigue amando a cada hombre, incluso al peor, dijo el Papa Francisco, a mí, a ti, a cada uno de nosotros, Él nos dice hoy: «Te amo y siempre te amaré, eres precioso a mis ojos»”.
 
Puede que tengas ideas equivocadas, que hayas hecho de las tuyas; sin embargo, “el Señor no deja de amarte. ¿Cuántas veces pensamos que Dios es bueno si nosotros somos buenos, y que nos castiga si somos malos? Pero no es así. Aun en nuestros pecados continúa amándonos. Su amor no cambia, no es quisquilloso; es fiel, es paciente”, recordó el Vicario de Cristo.
 
Una hermosa leyenda

El Papa recordó también una hermosa leyenda la cual cuenta que cuando Jesús nació, los pastores corrían hacia la gruta llevando muchos regalos.

"No veas tus manos vacías -dijo el Pontífice-, acoge la gracia. Mientras todos los pastores se esforzaban, con generosidad, en llevar lo mejor, había uno que no tenía nada. Era muy pobre, no tenía nada que ofrecer. Y mientras los demás competían en presentar sus regalos, él se mantenía apartado, con vergüenza. En un determinado momento, san José y la Virgen se vieron en dificultad para recibir todos los regalos, sobre todo María, que debía tener en brazos al Niño. Entonces -dijo el Pontífice-, viendo a aquel pastor con las manos vacías, le pidió que se acercara. Y le puso a Jesús en sus manos. El pastor, tomándolo, se dio cuenta de que había recibido lo que no se merecía, que tenía entre sus brazos el regalo más grande de la historia. Se miró las manos, y esas manos que le parecían siempre vacías se habían convertido en la cuna de Dios. Se sintió amado y, superando la vergüenza, comenzó a mostrar a Jesús a los otros, porque no podía sólo quedarse para él el regalo de los regalos”.

“Querido hermano, querida hermana: Si tus manos te parecen vacías, si ves tu corazón pobre en amor, esta noche es para ti. Se ha manifestado la gracia de Dios para resplandecer en tu vida. Acógela y brillará en ti la luz de la Navidad”, afirmó el Santo Padre Francisco.

 

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