El Papa Francisco llama a ejercer la autoridad al estilo de Jesús: "Era coherente entre lo que enseñaba y lo que hacía"

14 de enero de 2020

"La autoridad se ve en esto: coherencia y testimonio", reiteró el Pontífice en su homilía durante la Eucaristía matutina que celebró en Casa Santa Marta.

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Cuánto mal hacen los cristianos y los pastores que, incoherentes, no dan testimonio alejándose así del estilo del Señor, de su auténtica "autoridad", dijo el Santo Padre Francisco, en su homilía sobre el Evangelio del día (Mc 1, 21b-28), durante la Eucaristía matutina que celebró en Casa Santa Marta.
 
El evangelio de Marcos (Mc 1, 21b-28) relata la enseñanza de Jesús en el templo y la reacción de la gente a su manera de actuar con "autoridad", a diferencia de los escribas. Es a partir de esta comparación que el Papa explica la diferencia que existe entre "tener autoridad", "autoridad interior" como el mismo Jesús, y "ejercer la autoridad sin tenerla, como los escribas"; que aun siendo especialistas en la enseñanza de la ley y escuchados por el pueblo, no se les creía.
 
Jesús enseñaba como quien que tiene autoridad
 
 “¿Cuál es la autoridad que tiene Jesús? Es ese estilo del Señor, ese 'señorío' -digámoslo así- con el que el Señor se movía, enseñaba, sanaba, escuchaba. Este estilo señorial - que es algo que viene de dentro - nos hace ver... ¿Qué hace ver? Coherencia. Jesús tenía autoridad porque era coherente entre lo que enseñaba y lo que hacía, (es decir) cómo vivía. Esa coherencia es la que da la expresión de una persona que tiene autoridad: ‘Este tiene autoridad, esta tiene autoridad, porque es coherente’, es decir, da testimonio. La autoridad se ve en esto: coherencia y testimonio”, reflexionó el Vicario de Cristo durante la referida homilía.

Por el contrario -destaca el Papa Francisco-, los escribas no eran coherentes y Jesús, por un lado exhorta al pueblo a "hacer lo que dicen pero no lo que hacen". Pero no deja pasar la ocasión de reprocharles -advierte el Pontífice-, porque "con esta actitud han caído en la esquizofrenia pastoral: dicen una cosa y hacen otra". Y sucede en varios episodios del Evangelio.  A veces Jesús reacciona -añade el Papa Francisco- acorralándolos, a veces no dándoles ninguna respuesta y otras veces, "calificándolos":

“Y la palabra que Jesús usa para calificar esta incoherencia, esta esquizofrenia, es ‘hipocresía’. ¡Es un rosario de calificaciones! Tomemos el capítulo veintitrés de San Mateo; muchas veces dice: ‘hipócritas por esto, hipócritas por esto, hipócritas...’. Jesús los califica ‘hipócritas’. La hipocresía es el modo de actuar de quienes tienen responsabilidad sobre las personas -en este caso responsabilidad pastoral- pero no son coherentes, no son señores, no tienen autoridad. Y el pueblo de Dios es manso y tolerante; tolera a tantos pastores hipócritas, a tantos pastores esquizofrénicos que dicen y no hacen, sin coherencia”, señala el Pontífice.

La incoherencia cristiana es un escándalo

Pero el pueblo de Dios -añade el Santo Padre Francisco- que tanto tolera, sabe distinguir la fuerza de la gracia. Así nos enseña la primera lectura de la liturgia de hoy, en la que el anciano Elí "había perdido toda autoridad, sólo le quedaba la gracia de la unción y con esa gracia -explica el Papa- "bendice y realiza el milagro" a Ana que, angustiada por el dolor, está rezando para ser madre. De ahí la consideración del Papa hacia el pueblo de Dios, los cristianos y los pastores:

“El pueblo de Dios distingue bien entre la autoridad de una persona y la gracia de la unción. ‘¿Pero tú vas a confesarte con aquél, que es esto, y esto y esto?’ – ‘Para mí ese es Dios. Punto. Ese es Jesús’. Y esta es la sabiduría de nuestro pueblo que tolera tantas veces, tantos pastores incoherentes, pastores como escribas, y hasta cristianos, que van a misa todos los domingos y luego viven como paganos. Y la gente dice: ‘Esto es un escándalo, una incoherencia’. ¡Qué mal hacen los cristianos incoherentes que no dan testimonio y los pastores incoherentes, esquizofrénicos, que no dan testimonio!”, dice el Papa Francisco.

Al término de su homilía el Santo Padre Francisco eleva una oración al Señor, para que todos los bautizados tengan "autoridad", reiterando que ella "no consiste en mandar y hacerse oír, sino en ser coherente, en ser testigo y, por ello, ser compañeros de camino del Señor".
 
 

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