El amor y la fe se aliaron con la medicina para dar batalla al cáncer

23 de diciembre de 2020

Una italiana viviendo con cáncer, relata cómo fue que logró enfrentar el dolor físico y agotamiento emocional causado por la enfermedad: "Dios nunca se había ido, al contrario, era yo quien me había alejado".

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"Luisa vivirá si la ayudamos". Fue el profético lema que usaron los estudiantes y colegas de Luisa Stracqualursi, profesora de Estadística en la Universidad de Bologna (Italia), para recaudar los fondos que financiarían su tratamiento contra el cáncer.
 
La convocatoria de la Campaña fue informada en la web por Avvenire en marzo de 2019, cuando la enfermedad de Luisa ya no respondía a la terapia contra el cáncer. Ella llevaba luchando desde 2014 contra un carcinoma infiltrante en el seno, de tal magnitud, que los médicos le habían dado pocas esperanzas de vida. Pero Luisa y sus amigos no se daban por vencidos: organizaron un evento para recaudar los fondos que le permitiesen a la profesora de Bologna tener acceso al tratamiento experimental Car T en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York. Los costos eran prohibitivos, pero sobre 5 mil personas se unieron a la colecta y en pocos meses donaron más de 300 mil euros. A finales de agosto de 2019 Luisa se marchó a los Estados Unidos y entonces, las pruebas a las que se sometió señalaron que su condición no le permitía iniciar el “Car T”.
 
Los nubarrones que amenazaban la esperanza vital de Luisa se disiparon cuando el equipo de médicos en U.S.A. acordó con el departamento de oncología Addarii de Sant'Orsola en Bolonia, aplicar quimioterapias menos agresivas durante un período más extenso. Los primeros meses Luisa parecía mejorar, pero en marzo de 2020 tuvo una nueva recaída. "Mi físico ya no toleraba la quimioterapia", explica Luisa, "y los médicos decidieron suspender el tratamiento. El dolor de pecho no retrocedía, las crisis respiratorias comenzaban".
 
Sintiéndose abandonada por Dios

 

En junio de 2019, el Memorial propuso entonces un ensayo de inmunoterapia avanzada de fase 3 (que no existía en Europa), pues estaba dando buenos resultados, pero el dolor no permitía a Luisa iniciar. "A estas alturas, pensé que el final había llegado. Los oncólogos de Bolonia me animaban a no rendirme" dice la profesora, pero "este era el momento más oscuro de mi viaje, me sentía abandonada por Dios. Era demasiado el sufrimiento".
 
Fue por entonces que Luisa conoció a Stefano Vitali, "un hombre de Rímini, con esclerosis múltiple, que había recibido un milagro: la total curación de su cáncer confiándose a la beata Sandra Sabattini. Me dijo que me confiara a pesar del dolor, pero ya no podía sentir la presencia de Dios".
 
A principios de julio Luisa tenía que someterse a una operación en Bolonia, pero estaba demasiado cansada y no tenía ganas de enfrentarse a ello. “Entonces, una noche, mi amiga Tiziana, viéndome desesperada, me dijo: «¡Si te proponen esta operación, significa que el Señor te pide que la hagas!» Esas palabras entraron en mi corazón. Por primera vez sentí paz interior y experimenté Su presencia. Dios nunca se había ido, al contrario, era yo quien me había alejado".
 
“Agradecida por esta ola de amor”
 


La profesora aceptó la cirugía. Su estado mejoró inesperadamente: las pruebas eran buenas, el tumor comenzaba a ser controlado.
 
"A principios de noviembre volví a dar clases a mis alumnos. Lo sentí como un sueño, un hermoso sueño. Ahora espero que en la próxima Pet (n. del ed.: tomografía) continúe yendo bien. Estoy agradecida a todas las personas que me apoyaron en este viaje, estoy agradecida por esta ola de amor que me envolvió, completamente inesperada. Por eso mi lema de hoy es creer. Creer siempre en tres cosas: Primero, en la búsqueda, porque lo que no existe hoy puede existir mañana. Segundo, en los demás, porque nadie se salva solo y sólo abriéndonos a los demás podemos dar y recibir en gran medida. Tercero, debemos creer que en cada hombre hay mucho más de lo que parece, porque somos hijos de Dios".
 
La batalla de Luisa no ha terminado, continúa, puntualiza ella misma… "dando valor a cada momento que pasa".
 
 

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