Ñusta Huillac «La Tirana» princesa Inca cuya conversión alentó en Chile la devoción a la Virgen del Carmen

15 de julio de 2021

"¡Chinita del Carmen, Madre de Dios y Madre nuestra, tú eres el orgullo de nuestra raza!", le cantan en Chile desde tiempos inmemoriales a la Santísima Virgen María.

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Cada 16 de julio los descendientes de la unión entre españoles, incas, aymarás, quechuas, atacameños y otros pueblos originarios de Chile, se reúnen en una ciudad cuyo nombre -“La Tirana”- rememora a una princesa inca conversa. Revestidos de coloridos y simbólicos atuendos ofrecen variopintos bailes religiosos en honor de la Virgen del Carmen, la Reina y Madre de Chile, que con cariño ellos llaman “Chinita del Carmen” o “Reina del Tamarugo”.


 
Pero esta historia de fe y devoción surgió siglos atrás por un particular vínculo con Ñusta Huillac, una guerrera princesa Inca que huía de sus captores españoles, la expedición invasora liderada por Diego de Almagro.


 
Ella se refugió en los bosques del Tamarugal, territorio desde donde lideró con tal fiereza la resistencia a los españoles y contra quienes no se unían a su lucha, que se hizo conocida como “La Tirana”. En uno de sus ataques a la expedición española, Ñusta Huillac tomó prisionero a uno de ellos, Vasco de Almeida, de quien se había enamorado. Con el tiempo -según transmite la tradición de los pueblos originarios del lugar- fortalecido el vínculo con de Almeida, la princesa se convirtió al cristianismo alrededor del año 1540.
 
Cuentan que, tras solicitar el bautismo, esto fue considerado por los Incas una traición y junto a de Almeida la condenaron a muerte. A petición suya, y tomando en cuenta su alta alcurnia, los verdugos colocaron sobre la tumba de “La Tirana” una cruz que, años más tarde, descubriría el fraile Antonio de Rondón quien seguía la expedición de Pedro de Valdivia.


 
El clérigo construyó una ermita en el lugar y colocó allí la imagen de la Virgen del Carmen, transformándose rápidamente en un lugar de culto a la Madre del Señor por parte de los habitantes del lugar. Es así como iniciaron las peregrinaciones anuales que fortalecían la fe en Jesucristo, también por el amor que los fieles manifestaban a la Virgen en danzas que organizaban las familias ante la ermita.


 
Surge así la devoción a la Virgen del Carmen de “La Tirana” que comienza a cobrar mayor fuerza a partir del siglo XVIII, cuando se acrecienta el número de feligreses y masividad de estos bailes religiosos que honran a la “Chinita”, la Reina y Madre de Chile.



Forzados por la pandemia del Covid19, al igual que ocurriese el año 2020, este año 2021 el encuentro de los miles de fieles que acuden a rendir honores a la Virgen del Carmen de La Tirana, se desarrollará por medios digitales.



 

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