¿Cómo se vive un duelo en tiempos de COVID 19? Con sabiduría de ciencia y fe una psiquiatra ofrece testimonio

23 de mayo de 2020

"Nosotros creemos en que existe una vida más allá de la muerte, existe la misericordia de Dios. En cada Eucaristía podemos estar presentes con esos seres queridos que ya no están acá, pero viven en la vida eterna", afirma la psiquiatra.

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Día tras día aumenta el número de familias que han sufrido la muerte de un ser querido a causa de la pandemia por COVID 19. Afrontar el dolor y vivir el duelo son hoy una dramática experiencia, porque las medidas sanitarias impiden los ritos personales y religiosos que colaboran a vivir en forma sana y acorde a la propia fe esa despedida.

Muchas sociedades médicas en el mundo están alertando sobre los problemas de salud mental que genera el estrés y la frustración, debido al encierro que demanda esa pandemia; como asimismo por la muerte de seres queridos y el no poder vivir en forma normal el duelo.

Para observar desde la fe y la ciencia estas duras realidades, Portaluz ha entrevistado a la médica psiquiatra Danelia Cardona Lozada. Católica, especialista en bioética, acompañó profesionalmente a las delegaciones de víctimas en los procesos de paz, durante los diálogos entre el estado colombiano y las FARC

 
Es normal sentir dolor cuando perdemos a un ser querido, pero ¿cuáles son los indicadores que deberían alertarnos de que ese dolor puede estar derivando a un estado psico espiritual de riesgo para la vida?
Los duelos patológicos son aquellos que ponen en riesgo nuestra salud mental. Todo proceso de duelo a uno generalmente le puede llevar más o menos hasta seis meses; puede prolongarlo a un año (…) Pero a veces estos duelos se capsulan y las personas empiezan a deprimirse, empiezan a abusar de sustancias psicoactivas, empieza a aislarse, a encerrarse, a llenarse de desesperanza. Estos son signos de alerta: que el duelo no está evolucionando y que la persona puede tener en riesgo su salud mental.


 
La pérdida es una experiencia humana que nos acompaña desde que nacemos. Pero la pérdida de seres amados es hoy dramática para muchos que ni siquiera pueden vivir el duelo ¿Cómo vivir el duelo en tiempos de Covid 19 cuando muchos ni siquiera pueden sepultar a sus familiares?
Yo lo abordaría de la misma manera que abordamos el tema con las personas que han tenido una experiencia (traumática) postaborto y es la escritura de una carta. Escribirle una carta a ese ser querido donde se expresa todo lo que le hubiéramos podido decir si hubiera tenido la oportunidad de despedirse. Por cierto, para quienes somos católicos es indudable que la fe nos ayuda a vivir con esperanza estos duelos, aunque no exista la oportunidad de despedirnos, porque creemos en la comunión de los santos; sabemos también que en la Eucaristía nos unimos… la iglesia purgante, militante y triunfante.
 
¿Es la fe religiosa un factor catalizador del duelo?
La fe nos ayuda a poder elaborarlo y a poder llevar mejor el duelo cada día. Porque nosotros creemos en que existe una vida más allá de la muerte, existe la misericordia de Dios. En cada Eucaristía podemos estar presentes con esos seres queridos que ya no están acá pero viven en la vida eterna.


 
¿Cómo enseñar a nuestros hijos a relacionarse de forma sana con la pérdida, el dolor, la muerte?
Pues mira lo primero es que a los niños hay que hablarles de la muerte tal cual como es. Muchas veces se les dice mentiras: que se fueron a un viaje. Evitamos presentarles historias de qué es la muerte, cuando es lo que les ayuda. Debemos explicarles con verdad lo que está pasando. Explicarles que está bien llorar en estos momentos dolorosos. Así en estos momentos de crianza, ellos van entendiendo que el mundo tiene matices, que no todo es felicidad, que no todo es entretención y no todo es consentimiento.
 
Mucho se habla en estos días de salvar vidas ante el Covid 19 y poco de la salud mental. ¿Alguna prioridad que líderes civiles y religiosos deban considerar?
Sin duda alguna hay dos elementos de esta experiencia del Covid 19 que están afectando la salud mental de las personas: lo primero es la pandemia porque nos hace extremadamente vulnerables. La pandemia vino a quitarnos nuestras seguridades. De hecho parte de esta zozobra y el temor que vive el mundo o las reacciones que hemos visto, es porque estamos viviendo un duelo. Duelo por pérdidas de seguridad y pérdidas humanas. Lo segundo es el encierro que claramente aumentará la ansiedad.  En Colombia, por ejemplo, ya hemos visto algunas líneas guías de ayuda. Se está implementando un programa de apoyo psicológico voluntario a las personas, Así entonces ante todo este tipo de situaciones, se va previniendo que empeore la situación de quienes se encuentran en riesgo.


 
¿Tiene algunos tips que nos ayuden a enfrentar los múltiples escenarios que al alma y la psique plantean ante el Covid 19?
Claro, hay cosas que suenan muy simples y muy obvias pero que las dejamos de lado. Es lo que digo a mis pacientes deprimidos en lenguaje simple: ‘hay que bañarse y vestirse apenas uno se levante’. Se trata de tener hábitos de vida saludable: levantarse, bañarse, vestirse, no quedarse en pijama todo el día, tener una rutina diaria, tener un plan para el día. Hacer ejercicio es fundamental, el ejercicio libera endorfinas, nos hace sentir bien y dormir bien y si yo como bien, duermo bien, hago ejercicio, pues siento que me estoy cuidando. Esto inmediatamente impacta en positivo mi estado de ánimo.
Además, no lean ni escuchen todo el tiempo lo que está pasando con el Covid 19 porque nos saturamos de información. Hay muchas noticias falsas, muchas noticias inadecuadas o que no son específicas y certeras. Escoger una fuente que sea confiable una vez al día, es lo que yo recomendaría. Pero lo fundamental es buscar el espacio interior…
 
Sobre este punto de lo trascendente… ¿Qué prácticas de fe como psiquiatra reconoce que colaboran a la salud mental?
Hay tres elementos de nuestra fe: una es vivir una devoción; otras son las prácticas piadosas que yo considero son fundamentales para la salud mental. ¡El rezo del rosario! es una excelente oración de estilo meditativo que nos permite además activar la parte cognitiva motora de nuestro cerebro y eso hace que baje la ansiedad; porque inmediatamente yo estoy activando partes de mi cerebro que se están conectando con mi parte interior, con mi alma, con esa certeza de fe que estoy ofreciendo.
Lo segundo que yo recomiendo, sobre todo cuando hay mucha ansiedad -aparte de hacer un examen de conciencia, antes de acostarse-, es entregarle todo a Dios. Hoy pasó esto, me faltó caridad, etc.  Lo mismo en la oración de la mañana, poder entregarle el día. Y, lo tercero, finalmente, es que no solo creamos en Dios, sino que ¡le creamos a Dios! Hay que ejercitar la confianza. La Biblia nos dice 365 veces no tengáis miedo, una para cada día del año.

 

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