El misterio que revela la Sábana Santa enamoró a la científico Emanuela Marinelli

14 de abril de 2017

Desde hace 40 años estudia la tela que envolvió a Jesús en la tumba. "Contemplar la Sábana Santa es como leer un quinto Evangelio. Tienes la sensación de inclinarte ante el umbral del misterio, de la resurrección de Cristo".

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Emanuela Marinelli llega a sus conferencias con paso firme y con frecuencia carga un proyector de diapositivas e incluso en ocasiones una copia a tamaño natural del sagrado lienzo, la Síndone, la Sabana Santa, que en cierto momento expone ante la audiencia. Pero todo empezó sin que ella lo buscase, hace más de cuarenta años según cuenta a la revista italiana Famiglia Cristiana… "La primera vez que vi la imagen del rostro de Cristo impresa en la Sábana Santa fue en 1975; yo estaba en la Via della Conciliazione en Roma. Miraba la vitrina de una tienda de recuerdos y ver esta cara me llamó la atención. Lo reconocí, por supuesto, pero no sabía quién era el autor, pensé que debía ser una litografía o alguna técnica especial. Así que fui y pregunté a la monja que estaba allí. Me respondió sobre qué era esto de la Sábana Santa, lo esencial. Me fui escéptica pensando que si la fe se reducía a esto, era bien poca cosa. En ese entonces yo tenía 25 años y sin duda no estaba pensando con claridad sobre esta reliquia".
 
Fue su primer encuentro. Hoy Emanuela (imagen a la derecha) es una experta en estudios de la Síndone que -según narra la tradición y sugieren los estudios realizados-, envolvió el cuerpo de Cristo mostrando hasta hoy, cual negativo fotográfico, la intensidad de la Pasión que impactó la tela. Un reportaje en detalle sobre estos estudios científicos que acreditan la autenticidad de la Sábana Santa, puedes leerlo pulsando aquí.

Llamada por el misterio

En 1977 estalló el "amor por el misterio de la Síndone" en el corazón de Emanuela. Ocurrió luego que el director científico de la policía de Zurich, Max Frei, un botánico protestante, anunciara haber encontrado en la Síndone rastros de polen de 58 plantas diferentes, incluyendo 38 no europeas, algunas de las cuales son propias de Jerusalén. El mundo de la ciencia estaba sorprendido ante este big bang de la Sábana Santa, también Emanuela. Como científico, licenciada en Ciencias Naturales y Geología, se sintió tan íntimamente tocada por la novedad que decidió investigar. Lo primero que hizo fue inscribirse en un curso del Vicariato para después de 4 años llegar a ser un auténtica catequista de la Pasión especializada en ‘Sindonología’… En virtud de esto recopilaba y estudiaba artículos científicos, libros, testimonios, todo lo relacionado con la Sábana Santa. Así el ‘amor’ se transformó en obras y esta mujer que por 36 años fue una profesora de ciencias, se convirtió en una apóstol de la Síndone.

El apostolado

Hoy, cuarenta años después del primer encuentro ha estudiado casi 900 libros sobre el tema, más de 300 artículos científicos, escrito ella misma 18 libros junto a estudiosos de diversas disciplinas y realizado alrededor de 3.000 conferencias en todo el mundo, desde Brasil a Kazajstán, de Rusia a Burkina Faso, proclamando por las cuatro esquinas del mundo la evolución de la evidencia científica que posiciona la autenticidad de la Síndone.

"Mi vida con la Sábana Santa es así, casi casual. Nací en una familia católica y practicante, con un padre y mis cinco hermanos recitando el rosario en latín; con un tío que es cura. Mi fe era firme, pero la Sábana Santa habla a mi inteligencia y mi razón, así como a mi corazón".

Un quinto Evangelio



Que el hombre de la Sábana Santa es Jesús de Nazareth lo argumentó el experto en Nanotecnología Alessandro Paolo Bramanti en entrevista que Portaluz publicó el año 2015.

Emanuela que comparte la argumentación de Bramanti, mucho antes llamó la atención del conocido historiador y periodista Vittorio Messori, quien le invitó a escribir su primer libro sobre la Sábana Santa... "No he hecho nada para alentar todo esto", dice con sencillez y agrega: "Solo seguí las señales de Dios en el camino. Nunca pensé que mis estudios científicos podrían servir como testimonio… El Señor es sorprendente y, como diría mi padre, nunca se sabe cómo Dios usará lo que eres".

"Contemplar la Sábana Santa es como leer un quinto Evangelio”, prosigue Emanuela. “…Tienes la sensación de inclinarte ante el umbral del misterio, de la resurrección de Cristo. La Sábana Santa es el icono de la misericordia de Dios, que da a su Hijo, el Cordero, para salvación de la humanidad. Ese cuerpo torturado es la fotografía del amor que se dona, del pecado expiado, de la salvación consumada. Ese rostro que después de la salvaje flagelación y crucifixión estaba hinchado, pero sereno, garantiza la dulzura del perdón… expresa profunda y divina majestad".

 

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