Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau

Canadá reconoce ejercer lobby pro aborto internacional, porque es "una herramienta para acabar con la pobreza"

14 de julio de 2017

Los obispos cuestionaron al primer ministro, Justin Trudeau, por haber comprometido 650 millones de dólares para aborto en el extranjero…

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El pasado 13 de julio la Ministro para el Desarrollo Internacional de Canadá, Marie-Claude Bibeau, reconoció ante la prensa el lobby que su gobierno despliega en diversos países, sobre cuestiones que afectan directamente la vida y la familia. Las polémicas declaraciones ocurren precisamente en momentos que el Senado de Chile se apronta a votar una ley que facilita el aborto en ese país sudamericano.
 
Esta mujer (imagen a la derecha), licenciada en Economía, Diplomada en Gestión Medioambiental y miembro del Partido Liberal, se incorporó el año 2015 al gabinete del mediático “Prime Minister” de Canadá, Justin Trudeau.  Desde entonces, su labor política como Ministro para el Desarrollo Internacional, involucra proyectar más allá de las fronteras de Canadá los acentos ideológicos del gobierno de Trudeau.
 
Fue ella misma -según denuncia The Blaze- quien reconoció ante la prensa que Canadá da apoyo financiero y estratégico a otros países para que aprueben y apliquen leyes que faciliten el aborto. Marie-Claude argumentó que "la anticoncepción e incluso el aborto es sólo una herramienta para acabar con la pobreza" y "dar a las mujeres el control sobre sus vidas", agregó.
 
El lado oscuro del “Prime Minister”
 
Declarado feminista, manifestante activo en las marchas del orgullo gay, deportista, rebelde al punto de hacer un striptease pro ayuda de una beneficencia, con un discurso enfocado en la diversidad y la ideología de género. Así es la estudiada performance que situó a Justin Trudeau como “Prime Minister” de Canadá, proyectando incluso su liderazgo en otros países.
 
Pero tras esa carismática presencia, este popular político no sólo pretende inocular cambios en Canadá, sino también en países pobres o en vías de desarrollo que se doblegan ante el dinero que ofrece para financiar programas de ayuda social, pero bajo el criterio que él impone.
 
En una carta a la Ministro de Relaciones Exteriores, Chrystia Freeland, el obispo Douglas Crosby de Hamilton (Ontario), presidente de la Conferencia Canadiense de Obispos Católicos, expresó su "profunda preocupación" por un discurso que Freeland dio a la Cámara de los Comunes el pasado 6 de junio. Concretamente cuestionó que Freeland igualara los derechos de las mujeres con el derecho al aborto y a los derechos sexuales reproductivos;  y que proclamase que estos derechos "están en el centro de la política exterior canadiense".
 
Los obispos también cuestionaron al primer ministro, Justin Trudeau, por haber comprometido 650 millones de dólares para apoyar el financiamiento del aborto en el extranjero, cuando sólo se prometieron 119,25 millones de dólares para ayudar a 20 millones de personas en riesgo de morir de hambre en Sudán del Sur, Yemen, Nigeria oriental y Somalia.
 
¿Matar a los desvalidos para reducir la pobreza?
 
Pero los obispos tampoco fueron escuchados por los liberales de Canadá. Así fue como durante una entrevista esta semana con CTV News, la ministro Marie-Claude Bibeau, reiteró la política exterior canadiense argumentando:
 
"No debemos considerar la anticoncepción como el objetivo. Este no es el objetivo", puntualizó y continuó diciendo: "Esta es sólo una herramienta para reducir la pobreza y la desigualdad y para tener un impacto en términos de desarrollo y paz y seguridad en el mundo".

 

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