Orissa, donde incluso los hindúes cultores del yoga doblan sus rodillas ante Cristo

13 de octubre de 2017

Es ya un lugar de peregrinación en India, "una experiencia de fe que debemos proclamar"

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“Estoy orgulloso de mi fe en Jesucristo y estoy agradecido a mi esposa por haberme estimulado para aceptar la fe católica”, declaraba el pasado mes de enero de 2018 a la agencia de noticias AsiaNews Naba Kishore Patra; un ex militar, ya retirado, que pertenece a la parroquia de San Pablo en Hatigarh, la cual forma parte de la diócesis de Balasore (en Orissa). Nacido en una familia hindú, se convirtió al cristianismo luego de su matrimonio. Ahora está retirado y ha decidido dedicar su vida a servir en la parroquia, donde se ha vuelto catequista.
 
La brutal persecución padecida por los cristianos en el estado indio de Orissa (India) en 2007 y 2008, la sangre de los mártires va dando frutos de conversión. Así lo afirma a la Agencia Fides el Arzobispo John Barwa, quién guía la archidiócesis de Cuttack-Bhubaneswar, en el estado indio de Orissa: “Son testigos de una fe auténtica, que han superado las pruebas y persecuciones, y hoy inspiran a muchas personas en la India y en el extranjero”.

La información que es también recogida en crónica por el portal Religión en Libertad, destaca que el distrito de Kandhamal, escenario de la violencia, se ha convertido en “un lugar de peregrinación para escuchar el testimonio de los sobrevivientes y luego compartir la solidaridad con las víctimas, personas pobres a nivel económicamente pero fuertes y ricas espiritualmente”, dice el Obispo.
 
 Según Fides, ha viajado recientemente a Kandhamal una delegación de 45 mujeres representantes de 14 regiones de la India, convocadas por la Conferencia Episcopal de la India para un encuentro nacional sobre el tema 'El papel de la mujer en la creación de la familia'. La delegación ha estado encabezada por Mons. Jacob Ma Bernabas, presidente de la Comisión Episcopal Nacional para las Mujeres y por la hermana Talisha Nadukudiyil, Secretaria de la Comisión.
 
"Hemos visitado una tierra de mártires"

Después de la visita, monselor Jacob Mar Barnabas relató que “hemos visitado una tierra de mártires, tenemos una experiencia de fe muy rica que debemos proclamar. Estas personas necesitan nuestra solidaridad. Hemos compartido su dolor y sufrimiento vividos por causa de la fe en Jesucristo, con quién han compartido su propia cruz. Nosotros también estamos llamados a vivir y proclamar que Cristo es el Señor, como el pueblo de Kandhamal. Su experiencia puede ser muy importante especialmente para los jóvenes indios”.
 
“Estamos llamados a no ser sólo meros espectadores. Frente a nuestros hermanos y hermanas que han demostrado tanto valor en la defensa de la fe, no basta con mostrar simpatía y escuchar su historia, sino que tenemos que comprometernos en participar como única comunidad en todo el proceso de reconstrucción. Sólo entonces nuestra visita será fructífera. Esta es una tarea para toda la Iglesia en la India” ha agregado monseñor Barnaba.
 
"Mi marido ha sido testigo"

“Mi esposo sacrificó su vida por no negar a Cristo. Su sacrificio me ha hecho más fuerte en la fe en Jesús. Cada vez que respiro es un aliento de la fe en Jesús, del que mi marido ha sido testigo”, dice la viuda Kanakarekha Nayak, esposa del cristiano Parikit Nayak, asesinado y torturado por militantes hindúes.
 
“Esta visita me ha causado una gran conmoción y me he visto realmente inspirado y fortalecido en la fe en Jesús”, dice Chinama Jacob, mujer católica de Delhi, después de escuchar estas historias. “Me gustaría venir a Kandhamal y enseñar a los estudiantes locales”, añade Mary Lucia de Tamil Nadu.
 
“Muchas mujeres han expresado el deseo de ayudar económicamente y materialmente a la comunidad local”, dice la hermana Bibiana Barla, secretaria regional de la Comisión para las mujeres en Orissa.

Dios es la única riqueza del pobre

 Todo el grupo de mujeres visitantes se ha conmovido al compartir las experiencias de los aldeanos, todos muy pobres. “Aunque la gente es pobre e incluso analfabeta, su fe es firme en la palabra de Dios”, dice a la Agencia Fides Talismán Nadukudiyil, prometiendo su compromiso en cultivar la cooperación y la amistad.
 
 A raíz de la violencia indiscriminada perpetrada en Kandhamal en 2008, cerca de 100 cristianos fueron asesinados por extremistas hindúes militantes, 600 aldeas cristianas fueron arrasadas, 5.600 hogares fueron saqueados, 295 iglesias y otros lugares de culto destruidos junto con 13 escuelas y leproserías. Unos 56.000 cristianos de Kandhamal tuvieron que huir para salvarse y convertirse en refugiados. Durante la violencia, se decía a los fieles que la condición para permanecer en ese distrito era hacerse hindúes.


 

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