Continúan los signos de muerte que impone Justin Trudeau

15 de diciembre de 2017

El gobierno de Canadá, liberal y autoproclamado progresista, es en realidad totalitario, pues obliga a estar de acuerdo con el aborto y la ideología de género para recibir subsidios al contratar empleados.

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En las antípodas de las enseñanzas de la Iglesia el gobierno de Canadá, presidido por el liberal Justin Trudeau, prohibirá a cualquier empleador recibir subsidios de verano para estudiantes si no firma primero una «certificación» de que están de acuerdo con el aborto y los derechos de las personas transgénero. La noticia que ha sido difundida por Life Site News y replicada en el portal de noticias Infocatólica, señala que los nuevos criterios se enviaron a todos los parlamentarios y se harán públicos cuando el Programa de empleos de verano de Canadá se abra oficialmente el 19 de diciembre de 2017.

A mediados de año Portaluz informó que Canadá reconocía ejercer lobby pro aborto internacional, porque para el gobierno de Trudeau es "una herramienta para acabar con la pobreza" (pulse para leer).
 
Ahora, para recibir subsidios de trabajo federales de Canadá, los empleadores deben dar fe de que:
 
Tanto el trabajo como el mandato principal de la organización respetan los derechos humanos individuales en Canadá, incluidos los valores subyacentes de la Carta de Derechos y Libertades del Canadá, así como otros derechos. Estos incluyen los derechos reproductivos y el derecho a no ser discriminado por motivos de sexo, religión, raza, origen nacional o étnico, color, discapacidad mental o física, orientación sexual o identidad o expresión de género.
 
El parlamentario conservador Brad Trost fue el primero en dar la alarma públicamente en un video distribuido en Twitter y Facebook, en el que denuncia a los liberales por discriminación...
 




«En términos prácticos, esto significa que tiene que estar con la posición del Partido Liberal sobre el aborto, el matrimonio gay, los derechos de los transexuales, todo tipo de legislación en la Cámara de los Comunes; de lo contrario, será un empleador inelegible para este programa», dijo Trost.
 
«Eso está mal, eso es discriminación. Está permitido que los canadienses tengan creencias políticas diferentes a las del gobierno actual y no deberían cortarse sus fondos porque no están de acuerdo con el gobierno», agregó.
 
«El segundo problema con esto es que excluye automáticamente todas las organizaciones religiosas que son tradicionales en sus valores sobre la vida humana y moral sexual. Eso incluye a millones y millones de canadienses», advirtió Trost.

 

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