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En la Celebración Eucarística el cielo se inclina sobre la tierra enseña el Papa

10 de enero de 2018

"Pidamos a la Virgen María que interceda por nosotros para que la Santa Misa sea de verdad una auténtica escuela de oración", expresó el Pontífice al finalizar su sexta catequesis sobre la Celebración Eucarística.

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Durante la Audiencia general del segundo miércoles de enero de 2018, Papa Francisco ha continuado con su 6ª catequesis sobre la Celebración Eucarística. El Vicario de Cristo comenzó recordando la catequesis pasada donde expuso que el Acto Penitencial nos ayuda a despojarnos de nuestras presunciones y a presentarnos a Dios como somos realmente, consientes de ser pecadores, con la esperanza de ser perdonados.

“Dedicamos la catequesis de hoy –señaló el Santo Padre- al canto del Gloria y a la Oración Colecta que forman parte de los ritos introductorios de la Santa Misa”.

El canto del Gloria que recoge y se une a las palabras de los ángeles en el nacimiento de Jesús en Belén, extendiendo además “aclamaciones de alabanza y agradecimiento a Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Representa, en cierto modo, un abrirse de la tierra al cielo en respuesta al inclinarse del cielo sobre la tierra”, destacó el Papa.
 
Después del Gloria –recordó el Papa- la Celebración Eucarística continúa en la oración llamada Colecta que inicia con la expresión “oremos”, pues el sacerdote invita así al pueblo a un silencio que es ponerse en presencia de Dios. “Hacer silencio significa disponerse para escuchar la voz de nuestro corazón y sobre todo la del Espíritu Santo”, destacó el Santo Padre.
 
“La oración colecta está compuesta, primero, de una invocación del nombre de Dios, en la que se hace memoria de lo que él ha hecho por nosotros, y en segundo lugar, de una súplica para que intervenga. El sacerdote recita esta oración con los brazos abiertos imitando a Cristo sobre el madero de la cruz. En Cristo crucificado –concluyo el Pontífice- reconocemos al sacerdote que ofrece a Dios el culto agradable, es decir, el de la obediencia filial”.

El Papa, como cada miércoles en la Audiencia General, saludó a los peregrinos presentes exhortándoles en español: “Pidamos a la Virgen María que interceda por nosotros para que la Santa Misa sea de verdad una auténtica escuela de oración, en la que aprendamos a dirigirnos a Dios en cualquier momento de nuestra vida”, y les ha deseado “que el Señor los bendiga”.

 

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