Capilla del Primado de Pedro con el “Mensa Christi” la roca sobre la que según la tradición Jesús encargó a Pedro la misión de “apacentar a su rebaño”

El Primado de Pedro

20 de enero de 2018

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Un tema del que trato/discuto en las redes sociales con los hermanos separados con cierta frecuencia es el asunto del primado de Pedro. Es un tema que naturalmente les interesa en el sentido de rebatirlo, puesto que sus congregaciones para empezar surgieron muchos siglos después y además no reconocen el sacramento del orden.
 
He de confesar que me producen mucha tristeza sus preguntas con respecto a este asunto, no por el contenido de las mismas, que pueden ser muy interesantes, sino porque en la mayoría de los casos lo hacen de forma deshonesta, no les interesa la respuesta sino sólo la objeción y les da igual al final lo que les expliques que ellos seguirán en sus trece… ¿para qué pregunta alguien que no quiere conocer la respuesta?
 
Los católicos sabemos que Cristo fundó una sola Iglesia sobre Pedro, al que consideramos como el primer Papa, y esa misma Iglesia que subsiste en nuestro tiempo no es ni puede ser otra que la Iglesia Católica. La cita bíblica es bien conocida Mt 16,18a “Pues yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta Piedra construiré mi Iglesia”.
 
Como los protestantes no pueden negar que dicha frase fue pronunciada por Cristo y tampoco van a reconocer que “no hacen caso a lo que dice la Biblia” (que es curiosamente la crítica que hacen hasta la extenuación a los católicos con el fin de legitimarse), no pueden hacer otra cosa pues que afirmar que la hemos interpretado mal, que Cristo no fundó su Iglesia sobre Pedro, que eso no es lo que significa la frase.
 
¿Qué argumentan para ello? Algo tan sencillo como falso, si Jesús es la roca, la piedra, Pedro no puede serlo. Esto es sencillamente absurdo porque sabemos desde niños que una misma palabra puede tener varios significados o utilizarse de diversas maneras según el contexto. Sería como decir que como Jesús ha dicho que Él es la puerta, lo que hay en la entrada de tu casa no puede ser la puerta de la misma.
 
Pero veámoslo en las misma Escrituras, en la Biblia, y desde un primer momento ya comprobamos que  no existe una acepción única para el término “piedra” como los hermanos separados pretenden hacer creer. Así encontramos la palabra piedra para referirse a los ídolos (Jr 2,27), al corazón impío (Job 41, 46), a YHWH (Dt 32,4)… junto al adjetivo “angular” aparece en los salmos y en los profetas como anuncio mesiánico (Is 28,16; Sal 118), el mesías será la piedra rechazada por los arquitectos y convertida en piedra angular, de la misma manera que los doctores de su propio pueblo rechazaron a Jesús… pero también, y este es el caso que nos ocupa, será usada como nombre propio, “Cefas”, Pedro, cuando Jesús le cambia el nombre a Simón.
 
¿Por qué Jesús cambia el nombre a Simón? Si vemos en la Biblia cada vez que Dios cambia el nombre a alguien es para darle una nueva misión y/o dignidad, Abram a Abraham, Saray a Sara, Jacob a Israel… ¿cuál es esa nueva misión que Jesús le da a Simón, ahora Pedro? Siempre que Dios le cambia el nombre a alguien a continuación explica el significado del mismo, en este caso es claro tal como leemos en Mt 16,18a “Pues yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta Piedra construiré mi Iglesia”. Jesús sabe próxima su muerte y posterior partida al Padre y quiere dejar su Iglesia, (la suya, la única Iglesia de Jesucristo) bajo la dirección de sus apóstoles y de Pedro en particular.
 
¿Y no podría ser que, tal como dicen los protestantes, Jesús estuviese hablando de sí mismo? Esta afirmación resulta también un sinsentido. Para empezar Jesús no hace jueguecitos de palabras ni trabalenguas, no le dice a Pedro “tú eres Piedra, y sobre esta Piedra que no eres tú sino que soy Yo edificaré mi Iglesia sobre mí mismo”… no, está claro que Jesús se refiere a Pedro, la piedra sobre la cual va a construir.
 
Pero además, y por si hubiera alguna duda, no es la única vez en que Jesús le manifiesta esta misión, sino que lo hace en dos ocasiones más y muy significativas, sin que tenga que usar esta vez los términos roca, piedra, ni ninguno similar.  La primera durante la última cena, Lc 22,32, “yo he rogado por ti, para que tu fe no falle; y tú, una vez vuelvas, confirma a tus hermanos. Si nos fijamos Jesús habla personalmente a Pedro, “rezo por ti” no “por vosotros”; “confirma” no “confirmad”… Jesús vuelve a encargarle la misión de “confirmar en la fe a los hermanos” a Pedro. Y la segunda aún más significativa en Jn 21, 15-17 una vez Cristo ha resucitado, frente a un fuego y tras preguntarle por tres veces si le ama (un claro paralelo a las tres veces que le negó junto a otro fuego) le dice en otras tantas ocasiones “Apacienta mi rebaño”. A Pedro, en persona y de manera individual, le encarga esa misión, el rebaño no es de Pedro, es de Cristo, pero el encargado de dirigirlo es Pedro por decisión del mismo Jesús.
 
Esto además lo podemos luego corroborar en la práctica apostólica y de la Iglesia primitiva, Pedro, aún formando parte del cuerpo apostólico, se le menciona a parte, “Pedro y los doce” (1 Cor 15,5); cuando Pablo sube a Jerusalén a presentar a los apóstoles su misión es a Pedro al que acude, cuando Juan y Pedro llegan a la tumba del resucitado Juan cede el paso pese haber sido el primero, en Pentecostés el Espíritu Santo desciende sobre María y los apóstoles pero es Pedro el único que toma la palabra…
 
¿Por qué entonces los protestantes que presumen tanto de seguir la Biblia omiten estas referencias bíblicas, acaso las desconocen? Evidentemente no es ese el problema. Hemos de tener en cuenta que la cita completa del primado de Pedro es Mt 16,18 “Pues yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta Piedra construiré mi Iglesia, y el imperio de la muerte no la vencerá”.
 
Queda claro que Jesús funda una sola Iglesia, no funda cientos de miles de congregaciones como las protestantes; queda claro que la Iglesia de Cristo es la fundada sobre Pedro, y por tanto no pueden ser cientos de miles de congregaciones dispersas surgidas 16, 17 y hasta 20 siglos después y queda claro también que Jesús profetiza que su Iglesia nunca será vencida, por lo cual la misma Iglesia que Él fundó sobre Pedro subsiste hoy en día (y ha subsistido desde entonces), evidentemente, en la Iglesia Católica. Cada sacerdote ha sido consagrado (que no nombrado, autonombrado o elegido como sucede en las congregaciones protestantes) por un obispo que a su vez fue consagrado por otro, y ese por otro… y así sucesivamente hasta los mismos apóstoles.
 
Que un protestante tenga en cuenta todo esto supone reconocer que no tiene sentido estar separado de la Iglesia de Pedro, de la Iglesia que Jesús fundó, la Iglesia Católica… con lo cual sólo tienen dos salidas, o emprenden el “regreso a casa” y se convierten al catolicismo, cosa que han hecho miles y miles de ellos, Bendito sea Dios, o se enrocan en sí mismos intentando de manera torticera dar una interpretación absurda de Mt 16 y cerrando los oídos y el corazón a Lc 22, Jn 21 y a todo el resto de citas bíblicas sobre el primado de Pedro.
 
Mientras eso no suceda los católicos y los protestantes, en lugar de enzarzarnos en las diferencias que nos dividen, deberíamos tratar de convivir fraternalmente y hacer hincapié en aquello que nos une que es mucho más de lo que nos separa. ¿Volveremos algún día a estar todos los cristianos unidos en la única Iglesia de Cristo bajo el primado del sucesor de Pedro? Dios lo quiera, recemos pues.

 

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