Tentados por el demonio en Magallanes

24 de marzo de 2018

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A las 15:30 hrs, del domingo anterior al comienzo de la Semana Santa 2018, comenzamos el retiro espiritual en nuestra austral parroquia. Por segundo año consecutivo, realizamos el retiro, peregrinando hasta la Ermita "San Antonio Abad", (capilla que lleva el nombre del Padre del Desierto que vivió por Cristo y que combatió con el demonio).
 
El Señor, en su infinita bondad, permitió que esa tarde la ciudad de Punta Arenas estuviese con temperaturas muy bajas. Corría un viento que calaba los huesos, el trayecto era en subida y la incomodidad era latente, pero justamente la idea era hacer el camino de Jesús en el desierto, con todas las complicaciones y dificultades que Él mismo vivió y soportó.
 
Sólo tuvimos silencio...
 

Hubo pequeños relatos sólo extraídos de la Palabra de Dios. La gente al pasar nos miraba, los perros ladraban y nosotros avanzábamos decididos a profundizar nuestra fe.
 
La tentación más grande era proferir alguna palabra, enfrascarnos en alguna conversación y por supuesto, el espíritu del mal, quiso persuadirnos de abandonar nuestro  precioso diálogo con el Señor. Nos tentó haciéndonos pensar en la "inutilidad de nuestro camino", en "la calidez de nuestro hogar versus el frío imperante" y en "lo necesario de alguna conversación en ese momento".
 
Avanzados ya y próximos a llegar a la Ermita, el frío se hacía cada vez más insoportable y para hacer aún más duro el momento y asemejarnos más a aquél bíblico desierto de 40 días, hicimos más lento el caminar.
 
Llegamos entonces a la capilla. Nos arrodillamos ante Jesús Sacramentado y el silencio que se provocó fue aún mayor. Emocionaba constatar la Gracia que el Señor estaba derramando en ese instante...
 

 
Finalmente, se pronunciaron testimonios y lo que más nos sorprendió a todos fue  que cada uno de los participantes, hubiese señalado que esta oportunidad de hacer "camino, silencio y oración", había sido uno de los momentos más especiales de este último tiempo en sus vidas.
 
¿Cómo es posible que algo tan sencillo y tan al alcance de la mano, pueda provocar tanta paz y despertar tanto amor?
 
Concluimos que el demonio siempre va a intentar sacarnos del lado de Dios, de arrancarnos de los momentos de oración y adoración, de convencernos de que todo lo que nos presenta el mundo de hoy es lo que nos hará plenamente felices.
 
Nuevamente -como siempre ocurre cuando te unes a Cristo-, el demonio no pudo ganar.
 
Jesús nos robó nuevamente el corazón y como muchos de los participantes en esta experiencia dijeron: "el mismo Señor caminó en medio de nosotros, enseñándonos a vencer las tentaciones y a ganar la batalla contra el mal".
 
Quiero terminar esta columna invitándolos a vivir la próxima Semana Santa con la ¡Pasión de Cristo!

 

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