“Cuando la política pretende hacer la obra de Dios pasa a ser no divina, sino demoníaca” enseñaba el Santo Padre Benedicto XVI, hoy Papa Emérito. Su denuncia da el marco inicial a un reciente video de HM Televisión titulado: “P. Josef Toufar. Testigo de la Cruz”.
En dos minutos se describe el “Milagro de la cruz de Číhošt” y posterior martirio padecido por el joven sacerdote Josef Foufar, a manos de la “satánica barbarie del comunismo en la República Checa”, según citan los editores de HM Televisión.
Padre Josef tenía solo 47 años de edad durante estos acontecimientos. En dos ocasiones, el 11 y el 25 de diciembre de 1949, en su parroquia de Číhošt, los fieles reunidos para la celebración eucarística fueron testigos de un increíble milagro...
El día 11 era Tercer Domingo de Adviento y casi finalizando su homilía el padre Josef Toufar miró detenidamente a sus fieles y les dijo: “En medio de vosotros está uno a quien no conocéis”. Luego, indicando con su mano hacia el sagrario agregó: “Aquí en el sagrario está nuestro Salvador, allí vive, palpita y nos espera a nosotros pecadores el misericordioso Corazón del Salvador”.
Nada más finalizada la afirmación la asamblea -que eran unas 20 personas- se quedaron con los ojos fijos hacia donde había señalado su párroco, pues sin mediar acción natural alguna la cruz sobre el sagrario comenzó a moverse de izquierda a derecha. El movimiento se sucedió varias veces hasta detenerse en una curiosa posición pues se inclinaba apuntando hacia el púlpito desde donde predicaba padre Josef. Él, como estaba de espaldas al sagrario, no se dio cuenta de lo ocurrido hasta que luego se lo informaron sus feligreses y ya era información conocida por todo el pueblo.
El mismo suceso ocurrió durante la Santa Eucaristía del 25 de diciembre. El párroco estaba algo escéptico pero el revuelo de la noticia traspasó fronteras. Pronto llegaría una comisión eclesial para estudiar el asunto, pero también los organismos del régimen comunista totalitario pondrían sus ojos sobre esto…
El 28 de enero de 1950 dos agentes de la policía secreta (STB) llegaron hasta la casa parroquial de Cíhošt y se llevaron al padre Josef. Fue la última vez que se le vio con vida.
Secuestrado e injuriado públicamente, fallecería el día 25 de febrero a las 20:35 horas como mártir de la fe a consecuencia de las torturas recibidas.
El personal de una clínica en Praga donde lo llevaron ya en estado agónico denunció posteriormente las horribles tácticas de interrogación utilizadas con el sacerdote por los agentes comunistas. Una de las enfermeras declaró en 1968: “… estuve en un campo de concentración, vi muchas cosas en mi vida, pero nunca he visto un caso de violencia tan horrible. En su cuerpo no quedaba ni un sitio que no sangrase, de su boca continuamente salían salivas y sangre…”. Y este fue el testimonio del médico František Maurer: “Asistí durante la operación de Josef Toufar. Hicimos todo lo humanamente posible para salvar su vida, pero no lo conseguimos. Fue golpeado hasta la muerte de una manera increíblemente cruel. Yo digo que se trató de un claro asesinato”.