El porno era tema recurrente en las confesiones y el padre Kyle decidió dar la batalla

01 de junio de 2018

"Todos piensan que están solos en esto, y eso es lo que el demonio quiere que piensen. Necesitamos derramar la luz de Cristo sobre todos".

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El ‘Grupo Barna’, una organización de investigación cristiana, presentó el año 2014 un estudio estadístico informando que el 63% de los hombres estadounidenses entre los 18 y 30 años ven pornografía varias veces al mes; seguidos por un 38% de quienes tienen entre 31 y 49 años y un 25% de los adultos entre los 50 y 68 años. Los investigadores también revelaron que el 50% de las mujeres menores de 25 años buscan pornografía y hasta un 25% de aquellas que son mayores.  

Son abundantes las investigaciones y referentes académicos que coinciden en identificar el consumo actual de pornografía y el negocio de la pornografía misma como una plaga, una auténtica emergencia sanitaria.
 
A la luz de estos hechos, diversas entidades católicas y sacerdotes vienen desde hace tiempo ocupándose en ayudar a sanar de esta lacra espiritual que -según indican- daña a la persona, sus relaciones y por defecto a la comunidad.

El padre Kyle Kowalczyk es uno de estos guerreros conscientes, que el pasado mes de abril entrevistado sobre su ministerio por The Catholic Spirit,  denunció a la pornografía como “el elefante en la cristalería”. Su batalla se intensificó desde que en la fiesta de Epifanía del año 2017 convocó desde el púlpito a sus feligreses a iniciar un "cambio de paradigma".

Argumentó el padre Kyle que aunque durante su formación en el seminario habían discutido sobre la pornografía y escuchado conferencias del conocido terapeuta Mark Laaser, fue sólo después de su ordenación que comprendió la gravedad del problema, estando allí con la comunidad en la parroquia. "Todo sacerdote sabe que la pornografía es un problema importante, pero como todas las cosas, a veces se necesita un encuentro personal para que la verdad se arraigue en el corazón", comentó al The Catholic Spirit padre Kowalczyk.

Un sacramento revelador

Señaló el sacerdote que fue al escuchar las confesiones de sus feligreses que comprendió cuán grave y extendida estaba la adicción al porno. "Cuando varias personas muy cercanas a mí compartieron cómo sus matrimonios habían sido dañados, en algún caso destruidos, a causa de esto, me desperté. Descubrí que este es un problema en la parroquia, y es como si todo el mundo estuviera luchando con esto".

El sacerdote comenzó entonces a dar batalla y propició una nueva iniciativa pastoral en la cual se apoya a los feligreses, tanto para superar sus propios hábitos relacionados con la pornografía, como para ayudar a sus hijos a evitar esta trampa. Lanzó la campaña durante una homilía en la misa dominical del 29 de octubre, en la que expuso directamente los peligros morales de la pornografía, animó a los padres a hablar de ella con sus hijos y ofreció la esperanza de la misericordia de Dios.
 
La parroquia también creó una página web sobre pornografía que incluye recursos, una grabación y transcripción de la homilía del Padre Kowalczyk, y un portal a través del cual contactarlo anónimamente. “Todo el mundo sabe que es algo de lo que no se puede estar orgulloso, pero a eso se le añade el pecado (...) Hay demasiada vergüenza", destacó padre Kyle.

Hablar, confiar, orar

En lugar de intensificar la vergüenza y el aislamiento que rodea a la pornografía, quiso exponerla a la misericordia de Dios y a la ayuda de amigos, padres y la comunidad parroquial. "Todos piensan que están solos en esto, y eso es lo que el demonio quiere que piensen", dijo, invitando luego al diálogo: "Necesitamos derramar la luz de Cristo sobre todos. Creo que la gente lo entiende. Creo que la gente reconoce que necesitamos hablar de ello".

Y fueron los hombres de la parroquia quienes masivamente reaccionaron al desafío del sacerdote. Cuarenta y cinco se unieron a su propuesta de formar una comunidad de ayuda mutua mediante un programa de espiritualidad intensiva que en tres meses motiva la voluntad al cambio de conducta fortaleciendo la vida de oración, el compañerismo para la ayuda mutua y el ascetismo.

El Padre Kowalczyk anhela que otros laicos y sacerdotes se animen a poner su confianza en Cristo y vencer así uno de los problemas morales más graves entre los jóvenes. "Los padres deben darse cuenta de que si uno cree que su hijo no ha visto pornografía, seguramente está viendo pornografía”, advirtió.


 

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