Laureado velocista Filippo Tortu agradece el aporte de la Iglesia a su vida

17 de mayo de 2019

"La Iglesia y la religión han sido muy importantes para mi crecimiento… Creo que la nuestra es como cada generación: hay jóvenes que no quieren hacer nada, pero muchos más que quieren hacer algo, trabajar, estudiar o perseguir sus objetivos de una u otra manera".

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Entre los miles de fieles que escuchaban al Papa reflexionar sobre el “don invisible” del Espíritu Santo en la Plaza de San Pedro, durante la Audiencia General del 30 de mayo de 2018, se encontraba el destacado velocista italiano de 19 años Filippo Tortu. 
 

El joven atleta, quien ha hecho público llamado a la solidaridad con los pobres, tendría la oportunidad de estar unos minutos junto al Papa, al ser invitado por la ‘Limosnería Apostólica’ en el marco de las actividades que promueven la integración de emigrantes y refugiados. "Una emoción extraordinaria una experiencia única e irrepetible estar junto al Papa Francisco con todos mis compañeros, escribió Filippo en su página de Facebook junto a la selfie que pudo tomarse con el Papa.
 
Tortu -a quien la prensa ha calificado como “faro del atletismo italiano” y referente de la juventud-, nació el 15 de junio de 1998 en Milano (Italia), pero fue criado a pocos kilómetros, en la quietud de una localidad de campiña, Carate Brianza.


 
 
En declaraciones al portal de la arquidiócesis de Milano Filippo ha sincerado que la habilidad atlética y la fe son asuntos de familia que hacen parte de su ADN, pues tanto el abuelo Giacomo como su padre Salvino eran velocistas y le compartieron los valores de la fe que formaron su identidad. “Por la forma en que yo lo viví, la Iglesia y la religión han sido muy importantes para mi crecimiento. Veo a la Iglesia como una ‘figura’ que se puede colocar al lado de la de los padres... Por supuesto, cuando uno envejece no es que los padres desaparezcan, sino que uno crea su propia identidad. Así que creo que es importante esa ayuda primordial que recibimos de la Iglesia, para que tu identidad (adulta) incluya también las enseñanzas de cuando eras más joven”, comenta el deportista.

Cesare Minotti, párroco a cargo del Oratorio de Costa Lambro -cercano al hogar de la familia Tortu y donde el pequeño Filippo jugaba al basket- aún conserva una de las primeras camisetas de competición del atleta, colgada en una pared.
 
También el deportista atesora recuerdos de aquel lugar y destaca que allí aprendió "el valor de compartir, ayudar a los más necesitados o quizás a los que no han sido tan afortunados como uno. Porque no solo es importante tener fe, sino el si uno respeta o no las enseñanzas del Evangelio, que ofrecen un orden moral a la propia vida", reflexiona.
 
 

Pero ostentar el récord de Italia y ser el tercer blanco del mundo que corre los 100 metros planos en menos de 10 segundos, no se le ha subido a la cabeza a este joven de 20 años. “Aunque muchos jóvenes de mi edad me siguen en redes sociales y me alegra, me veo como un chico normal”, comenta.
 
Filippo agradece el tener como entrenador a su propio padre –“es el mejor”, acota- quien le ha transmitido, dice, valores que son fundamentales como “lo importante que es mantener mi palabra, respetar mis compromisos y mis elecciones… Creo que la nuestra es como cada generación: hay jóvenes que no quieren hacer nada, pero muchos más que quieren hacer algo, trabajar, estudiar o perseguir sus objetivos de una u otra manera”.
 
El próximo 6 de junio grandes nombres del sprint mundial se darán cita para competir en la 39ª Golden Gala Pietro Mennea de Roma y Filippo Tortu, el italiano más rápido de la historia en los 100 metros estará allí para competir…"Por suerte hay muchos de los mejores y será un placer competir”, ha comentado sobre el encuentro Filippo, quien también se encuentra pronto a iniciar una nueva etapa en su vida ingresando al próximo curso en la Facultad de Economía y Marketing de la Universidad Católica de Milán.

 

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