Francesco María, el converso del ateísmo que predicó un retiro al Papa

19 de julio de 2019

Hoy lleva por nombre Bernardo, es monje benedictino olivetano, abad de un monasterio y fue elegido para predicar al Papa Francisco y a la Curia Romana, los ejercicios espirituales de esta pasada Cuaresma 2019.

Compartir en:



En Prato, una localidad italiana famosa por sus telas, a 15 kilómetros de Florencia y con el peso histórico que a esa tierra dieron los Medici, nació Francesco María Gianni el año 1968.
 
Desde su infancia y con mayor énfasis durante la juventud cuando desarrollaba estudios de literatura y filosofía en Florencia, Dios no hacía parte de la vida cotidiana para Francesco.
 
Admitirlo hoy, cuenta en una entrevista del año 2015 al diario Toscana Oggi, “hace que mi indignidad brille más que nunca, por un lado, y por el otro, la sobreabundancia de la misericordia del Señor que se detuvo a llamarme cuando estaba en las sombras de la duda y la razón, por así decirlo…”, reflexiona.
 
Además, confidencia, había momentos del año en los cuales era muy difícil mantenerse ajeno a las expresiones de la fe, máxime en un territorio cuya cultura y costumbres de sus gentes estaban imbricadas al cristianismo por siglos. Puntualmente Semana Santa y Navidad eran dos de esos momentos en los cuales Francesco transaba en participar de las festividades.

Converso por gracia
 

Es así como la nochebuena del año 1992, con poco más de veinte años, Francesco María se encontraba en la Iglesia del Monasterio de las Benedictinas Santa María, en Rosano, a orillas del río Arno. A pesar de su falta de fe, dice, le resultaba imposible no sentirse emocionado por el ceremonial en “una noche en la que el tiempo tiene intensidad y significados especiales, diferentes a los demás. Una noche en la que es hermoso encender las luces…”

La lectura anunciando el nacimiento del Salvador tuvo tal impacto en el corazón de Francesco María que pudo sentir, señala, la propia “voz del Señor… y su llamada persuasiva”.

Sin poder explicarlo racionalmente, desbordado, supo que “Dios estaba ahí” y entonces, ya  no pudo resistirse ante ese Dios que, haciéndose pequeño como un niño,  “encendió en la noche de mi corazón una luz especial de amor y de gracia, de sentido, trayéndome de la incredulidad resignada a su misterio, a la vivencia y a la experiencia apasionada de Él”.

Una vida para encontrar a Cristo

Su certeza de Dios recibida por gracia era de tal magnitud que junto con la conversión recibió el don de la vocación. “Cuando sentí que él estaba allí, inmediatamente sentí que valía la pena buscarlo por el resto de la vida, buscar los rastros del Señor a quien encontré esa noche”, explica.

Como en una obra donde todas las notas conjugan armoniosamente, al finalizar la ceremonia se acercó a compartir unos minutos sus vivencias con el sacerdote que había celebrado la eucaristía. Se trataba de un monje que pertenecía al cercano Monasterio benedictino de San Miniato al Monte. “Pocos días después de Navidad me dirigí allí e inmediatamente me di cuenta de que este era el lugar donde el Señor me esperaba", recuerda Gianni.

Al ser recibido sus votos Francesco tomó el nombre de hermano Bernardo. Fue elegido prior de esa abadía el año 2009 y Abad en diciembre de 2015. Este año 2019, a sus 51 años, predicó el retiro de Cuaresma al Papa Francisco y la Curia romana.

 

Compartir en:

Portaluz te recomienda