Una empresaria reencuentra su fe y devoción a la Virgen al enfrentar la enfermedad y muerte de su esposo

13 de marzo de 2020

A la Virgen "le pedí perdón y le pedí su auxilio, me llené de ella en todo momento y traté de transmitirle a mi esposo ese amor que yo le tenía enseñándole como se reza el Rosario y empezamos a rezarlo en las quimios y en las radios"

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Dubilia Dobles Chavarria, es una de las pocas mujeres en el mundo que ha llegado a liderar una empresa dedicada a la comercialización de vehículos. Nacida en Costa Rica hace 51 años, es también madre de tres hijas y jefe de familia desde la inesperada muerte de su esposo, que fue un factor determinante para la evolución de su vínculo con Dios y la Virgen María.

 “Mi esposo un hombre ejemplar trabajador de sol a sol, se iba en las mañanas y las chiquitas dormidas…Regresaba en la noche y las chiquitas dormidas, porque pasaba trabaje, trabaje y trabaje…Teníamos una empresa de comercialización de vehículos que se importaban de Corea y Estados Unidos, y bueno también maquinaria pesada” comenta a Portaluz esta empresaria.

Un camino de conversión

Los negocios y el dinero lentamente fueron siendo la prioridad en la vida de esta familia reconoce Dubilia: “El tiempito alcanzaba nada más para ir a misa los domingos y en muchas oportunidades si había tiempo, porque a veces las visitas el cansancio y el trajín del trabajo de toda la semana no daba tiempito o se dormía uno para ir a misa”, confidencia.
 
Pero las enseñanzas y prácticas de fe que desde niña le habían inculcado mantenían un sustrato básico de su fe incólume. “No rezábamos en pareja y ese es un daño que un matrimonio puede hacer, es decir no rezar, ni orar en pareja, porque sacramentalmente la oración es mucho más fuerte”, reflexiona.

Un día cualquiera sin que hubiese síntoma de enfermedad alguna, recuerda, fue con su esposo al hospital para realizarse un chequeo de rutina: “Le encontraron un linfoma; resultó ser un cáncer que tienen que ver con la sangre. Él se fue tratando con quimio, con radio, no sé cuántas quimios, no sé cuántas radios en un año, eso era una inmensidad. El 80 % fue erradicado, pero el tumor de mi esposo era monstruoso y el médico cuando se dio cuenta le dijo que no tenía más de tres meses de vida”, dice Dubilia.

La noticia inesperada les hizo retomar esa fe que habían perdido o sencillamente tenían olvidada, comenzando ella a retomar su vínculo con la Santísima Virgen. Lo primero, cuenta, fue “pedirle perdón porque, aunque podíamos rezarle, tener la estampita de ella y todo… pues la pereza muchas veces me ganaba, el sueño me ganaba. Le pedí perdón y le pedí su auxilio, me llené de ella en todo momento y traté de transmitirle a mi esposo ese amor que yo le tenía enseñándole como se reza el Rosario y empezamos a rezarlo en las quimios y en las radios” relata.
 
La gracia de Dios mediante la oración
 
Aferrados a su fe, “orando a la Virgen en todo momento”, el esposo de Dubilia se sometió a un trasplante de médula. Poco antes de iniciar este proceso recibieron la visita desde Argentina del padre René Cari quien oró por su recuperación. “El llegó y tocó la puerta de mi casa, oró por mi esposo que supuestamente no le daban tres meses de vida y duro 4 años más fue una gran bendición” recuerda agradecida.
 
Fue un tiempo en que él estrechó su alianza con Dios por medio de la Virgen, llegando a comulgar a diario y rezando el rosario con sus hijas, lo que antes parecía un imposible.
 
Alberto, el esposo de Dubilia murió el 5 de febrero de 2017 y dos días después ella tomó las riendas del negocio familiar, con la ayuda de su hija mayor. Hoy en sus momentos de dificultad ya sabe dónde acudir, afirma esta empresaria: “Yo voy a los pies del sagrario la mayor parte de la semana para poder cargarme de baterías porque o si no me vuelvo loca. Lloró y oro frente al Sagrario. Bendito sea Dios pues cuando yo me sentía más mal, más rápido iba a la iglesia, más rápido al Santísimo, más rápido a la misa”.
 

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